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lunes, 3 de septiembre de 2012

Punto y final. ¡Hasta siempre!


Se cumplen 5 años desde que comencé en la bloggosfera, y me veo obligado a hacer una retrospectiva de lo que ha sido este lustro con mi pedacito en la red de redes.

Empecé en el ya lejano 2007, un año trascendental por todos los cambios que supuso en mi vida. En aquel entonces posteaba entradas profundo-reflexivas (deprimentes, vaya), y solía analizar aspectos de la tele y el cine; relataba mis vivencias las veces que me quedaba solo en casa, enaltecía mis recuerdos infantiles, e iba atreviéndome poco a poco con temas de crítica social, algo que luego se convertiría en mi sello personal (y si hablamos de la iglesia, o el borreguismo social, más todavía).

En estos 5 años habéis asistido conmigo a varios acontecimientos memorables, como los cumpleaños sorpresa o las veces que me la han armado por ser ciclista; habéis vivido mis tres encuentros con Julia Roberts, y mis tres encontronazos con los testigos de Jehová, mientras os contaba lo que ocurría en mi entorno o las ocurrencias de mi primo pequeño. Os he ido presentando a mis seres queridos y odiados, os he hecho partícipes de mis viajes y alegrías, del mismo modo que he compartido las pérdidas que más me han dolido, llegando a publicar cosas como esta, que de no poder contar con la seguridad que da el anónimato, seguramente jamás habría expresado. 
He conocido en directo a unos cuantos bloggers, llegando a entablar una amistad real con un par de ellos, y he recibido incontables muestras de afecto y apoyo, tanto en forma de premios (19), como en los comentarios, que son todo un mundo. Uno se lleva sorpresas de lo más agradables al leer y contestar comentarios; el colegueo empático con personas a las que ni siquiera has visto es una sensación tan extraña como reconfortante, y es algo que echaré de menos, porque… “El edificio de las ovejas” cierra sus puertas (aunque las deja entreabiertas para quien quiera entrar a curiosear y participar). 
Creo que tras muchos meses de agonía, con posts poco elaborados y cada vez más espaciados, este blog merece un final digno; ¿por qué dejarlo morir lentamente si con una eutanasia a tiempo aún puede quedar un buen recuerdo? Es por eso que últimamente me he puesto las pilas con escritos pendientes y siendo más prolífico; ya que me iba a ir, por lo menos hacerlo por la puerta grande.

Mis circunstancias han cambiado muchísimo en este lustro; empecé con 20 tiernos añitos y en breve cumplo 26, y en esos cambios también está incluido que ya no sienta ese impulso de transformar mis anécdotas y pensamientos en entradas, que crea que me repito, o que ya no tenga tanto tiempo para dedicarle a esta bitácora. Y no nos engañemos, ver que cada vez se pasa menos gente a participar, tampoco anima demasiado a seguir.
Aunque mi experiencia como blogger ha sido maravillosa, considero que mi momento ha terminado, así que le cedo el testigo a bloggers cercanos como La Exorsister, JuanRa, El Zorrocloco o Sara. Quizás aparezca por sus blogs como invitado o por referencias. Quizás vuelva en unos meses aquí mismo por todo lo alto y me coma mis palabras, o puede que tras un largo descanso empiece de cero con una nueva página. Todo es posible. Uno nunca puede saber lo que le depara el futuro, pero a día de hoy, tras 430 entradas, 6.256 comentarios, y mucha meditación para tomar una decisión que me entristece pero me parece lo más coherente, os mando un inmenso abrazo de despedida.

Muchisimas gracias a todos por haberme acompañado estos años.      ¡Hasta siempre!




                                                                                                                Peibol