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domingo, 31 de agosto de 2008

La cochina vejez

Mientras mis padres disfrutan de una escapada a otra isla, mi hermana y yo hemos tenido que ocuparnos de mantener la casa en pie y desempeñar las funciones para las que ellos no están disponibles, dentro de las cuales figura ir a visitar a nuestras tías abuelas. Están ingresadas en una residencia del norte, y tratar con ambas es toda una experiencia.

Mi madre y mi abuela suben todas las tardes a verlas, y nosotros… no es que seamos malos nietos (sobrinos nietos en realidad), sino que nunca tuvimos relación con ellas, así que no existe un vínculo afectivo suficiente como para sentir que debamos ir tan a menudo. Vivían en La Gomera, las veíamos un día al año cuando éramos niños, y siempre estuvieron más “idas” que cuerdas.

Son las eternas hermanas solteronas que siempre han vivido juntas y casi no han salido del pueblo, y ese particular aislamiento las ha convirtido en seres peculiares que parecen no poder concebirse individualmente. Viven desde hace mucho en su mundo paralelo, no tienen demasiadas habilidades sociales y acaban las frases que empieza la otra.

Hace un tiempo pasaron de “estar mayores” a no poder valerse solas, y mi madre consiguió convencerlas para ingresarlas donde pudieran atenderlas bien. Desde entonces han ido perdiendo facultades e independencia de forma espectacular, y parecen esperar resignadas una muerte que se resiste en llegar, pero que va instalándose poco a poco en sus frágiles vidas. Además de estar seniles, ambas caminan a duras penas a paso de tortuga, una sufre incontinencia y la otra es ciega. Son la alegria de la huerta.

Ir a verlas se hace duro, y es que comprobar cómo es la vida en este tipo de sitios hace que se te caiga el alma a los pies. Los ancianos pasan sus días entre el aburrimiento, la soledad más absoluta y la frustrante resignación de saber que el fin les llegará pronto, y su condición física y mental les impedirá disfrutar de sus últimos momentos. Hay residentes a los que no van a ver nunca y se pasan el día atentos a la tele o sentados en la puerta, quizás esperando una visita que nunca llega; una vez una mujer nos preguntó si podía ponerse con nosotros porque a ella no la iba a ver nadie. Es realmente triste.

Cuando tratamos de hablar con ellas nos enfrentamos siempre a la misma situación: las quejas y paranoias de una y la memoria de pez de la otra. La primera pasa el día maldiciendo su salud y elucubrando teorías sobre lo que ocurre a su alrededor, llegando a asegurarnos que “aunque no podía decirnos nada”, los de la residencia estaban planeando matar a mi madre y a mi abuela, así que más valía que tomaran precauciones a la hora de volver por allí. La segunda tiene un problema de memoria a corto a plazo tan acentuado, que cuando tratas de mantener una conversación con ella llegas a pensar que se está riendo de ti. La cosa va más o menos así:

-¿Y tus padres dónde están?

-Están en Lanzarote, de vacaciones.

-¿Vacaciones? ¿Quién está de vacaciones?

-Mis padres

-¿Y dónde están?

-En Lanzarote

-Ah Lanzarote... ¡qué bonito!... ¿Y tus padres?

-En Lanzarote

-¿Están de vacaciones? ...¡Mira! ¡Un perro!

-(...)

Pisar ese sitio me deprime de forma atroz…¿Llegaré algún día a ese estado? Siempre he querido pensar que envejeceré tan bien como los hombres de mi familia paterna, pero nunca se sabe si acabaré achacoso, con un cerebro “estropeado” incapaz de coordinar un cuerpo aún en funcionamiento, o lo que es peor, una mente activa y joven con un cuerpo débil y marchito que no le responde.

La vejez es una puta mierda y supone un trailer sobre la muerte demasiado largo y sacrificado, y lo peor es que por mucho que hagamos para que nuestra tercera edad sea halagüeña, podemos llegar a ella de cualquier forma. Tendríamos que ser como los tiburones, que están toda su vida como una puncha, hasta que un día sencillamente se mueren y caen redondos, sin agonías ni sufrimientos.

¡Toquemos madera!


15 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que la ciencia, medicina y la mejora de la calidad de vida del mundo en que vivimos ha hecho que nuestra vida se alargue pero por el lado más temible, la vejez. En fin, es un tema difícil, sobre todo porque en nuestra sociedad estas personas están condenadas al abandono o al cuidado de sus nietos. Lamentable.

Anónimo dijo...

Hay una frase que refleja mi visión de la vida: "La vida es tan cruel que nos permite disfrutar de nuestra juventud para luego despojarnos de ella haciéndonos testigos de nuestra propia decadencia" Es una broma pesada que nos juega la vida mientras alguien allá arriba se parte el culo.

Anónimo dijo...

Es super triste pero es verdad. Siempre que me preguntan como quiero que me entierren me da vueltas la cabeza porque aun no concivo que me valla a morir un dia determinado, se que lo haré pero no quiero pensar en ese momento, cuando llegue, metanme donde quieran, se supone que yo ya no me enterare de nada. Yo siempre he tenido una discusion con mi familia muy tipica. Mi abuela que tiene 84 años, esta mejor de lo que algunas estan todo hay que decirlo, aun hace la comida,limpia, sale a comprar y se puede mantener una conversacion con ella, pero claro depende del tema, hay algunos que es mejor no tocar, como la politica, el corazon, o "mira lo que me hizo..." porque ella siempre llevara razon, o eso piensa, yo me ofusco y la rebato mientras ella sigue en sus tres. Mi familia me dice que le siga el juego cuando pasa eso, que le diga "Si, como a los locos" pero es mas fuerte que yo, no puedo, ver como una persona ha perdido tanta capacidad mental me fascina y me aterra a la vez porque claro, ella fue como yo una vez y yo sere como ella algun dia....

Mery

peibol dijo...

Efectivamente Oliver, tu comentario, y la frase que citas, no podría ser más certera. Mi tía siempre dice lo mismo: "Si ustedes ven que yo me quedo echa un cromo, no me dejn sufrir y denme un cholazo". Estoy con ella.

Anónimo dijo...

He leido que algunas tribus nómadas dejaban a sus mayores atrás, cuando éstos empezaban a ser un estorbo para el resto de la tribu, de forma análoga a las manadas de animales salvajes, que van dejando a los miembros más debiles atrás por un bien común. Los ancianos indefensos y débiles, no tardaban mucho en ser pasto de los carnívoros... es cruel pero también terriblemente práctico y racional.

En el mundo "civilizado" no dejamos a nuestros abuelos en una estepa helada sin armas... pero los aparcamos en una residencia cuando empiezan a mearse encima... da que pensar, ¿o no?

Personalmente, a mi lo que me da miedo es quedarme sola, veo noticias de esos viejitos que encuentran muertos en su piso, despues de no sé cuantos días, porque vivían solos... me da pavor.

Alguien me dijo una vez que yo era "una castañuela" y que nunca me quedaría sola... que siempre tendría gente alrededor, pero la vida da tantas vueltas... que una no sabe.

En fin toquemos madera, para que la vejez llegue de la forma más leve posible, y sea indulgente con nuestro cuerpo y nuestras mentes..

Señores a hacer taichi y sudokus...

Marí dijo...

Es triste llegar a la vejez pero más triste es esperar a la muerte....

Saludos desde las Palmas

Anónimo dijo...

Lo que se lee entre líneas es si merece la pena llegar a viejo en esas condiciones. Recomiendo La Naturaleza Humana de Jesús Mosterín, en el cual se habla con claridad de ideas sobre elegir el momento y la manera de morir. Como casi todo el mundo, he visto el atroz deterioro de la mente en mis abuelas y tengo claro que yo no me veré así. Con permiso o sin permiso de los que dicen hablar en nombre del presunto que está allá arriba.

Catalina dijo...

Hola, es la primera vez que me paso por aquí, pero ayer salió el tema de tu blog con una conversación que tuve con mi amigo Oliver.

Me contaba anoche por teléfono su filosofía de vida, de que la vida era una broma macabra..."tu siempre tan positivo" le dije yo. Entonces me habló de tu blog y de la controversia que había creado este post.

Me gusta el estilo, te seguiré.

besos
Catalina

Laura dijo...

Yo en cambio estoy en desacuerdo con ustedes, He tenido una vivencia muy diferente, mis abuelos, tuvieron una vejez feliz, y mis padres (Ambos de 70 años) Son amados, valorados, con una mirada serena y sobre todo, siguen aportando al mundo. Nosotros sus hijos, les admiramos. Pienso que en "SEMBRAR PARA RECOGER" esta la clave. Soy una mujer feliz y sé que seré una persona mayor feliz. Lo tengo claro......Desde hoy visualizo mi vida. Todo depende de tu RIQUEZA INTERIOR........CREO QUE ELLA ES LA QUE TIENES Y TENDRÁS.....DURANTE LA EDAD QUE TIENES Y TENDRÁS.

Laura dijo...

Para mi..............el titulo "LA COCHINA VEJES" es ofensivo.......

Yo lo llamaría: "ENVEJECER CON DIGNIDAD"

Laura dijo...

PERDON V E J E Z

Laura dijo...

Que horror, se me fue la s.....por vecindad con la z.......

VEJEZ

a1 dijo...

Si toda la gente que no VIVE tuviera la opcion de elegir morir sin dolor y sin "ir al infierno" todo iria mejor: menos superpoblacion(que ademas la superpoblacion en ancianos supone el forzar el crear una superpoblacion de jovenes para pagar pensiones), podria reducirse la edad
De jubilacion y que realmente la disfrutaran y no estaria mucha gente 20 años amargada y sintiendoae culpable por ser una carga para sus familiares.

En la generacion de muestroa padres podias contar con tus padres o con la mujer que se quedaba en casa para ayudar a criar a los hijos pero ahora que lo vamos retrasando tanto se junta el cuidar de bebes con cuidar de ancianos.... Y no se da a basto. No es natural estirar la vida mas alla de la VIDA

peibol dijo...

Exor:

Pues sí, bastante práctico para qué mentir. Y en cuanto a lo de quedarte sola... no lo veo, y si fuera así, que sea rápido, que pa estar aparcado en una esquina, mejor no estar.

Mari:

Di que sí. Y cuando ves a la gente mayor en ese plan es tan desesperanzador...

Anónimo:

Es muy fácil hablar ahora, pero no tanto tener los huevos para llevarlo a cabo llevado el momento Yo de momento apuesto por tocar madera, y luego que sea lo que Dios quiera.

Catalina:

¡Qué honor! He sido un tema de conversación. :D

aguila:

Todo lo contrario, lo llamo así, porque llegar así a la vejez me parece una cochinada.

a1:

Tienes razón, pero viviendo en el país que vivimos, aún queda para llegar a ese punto utópico...

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Lo que es una vergüenza es el lugar en la que esta sociedad deja a la vejez... eso es realmente triste... no hay un sólo lugar para ellos. Despues de pasar su vida trabajando y trabajando los dejan alli para que no molesten... esto es el reflejo de lo que se busca hacer con nosotros en esta sociedad consumista y productivista...