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jueves, 28 de enero de 2010

Cara de extrarradio

Cuando mi tía vio en una foto al novio de una conocida, lo primero que dijo fue:

- ¿De dónde es? ¡Tiene una cara de extrarradio que no puede con ella!

Mi reacción natural fue reírme, porque suponía que era otro de sus disparates, pero al ver que no bromeaba, le confirmé que era de una barriada alejada y conflictiva. Me llamó la atención su poder de inferencia, aún cuando en la foto no había ningún signo que pudiera darle pistas, y entonces me lo explicó:

- ¿Tú no te has fijado nunca en los perros satos? De la mala vida que llevan y las veces que los han cruzado con todos los chuchos, acaban con los dientes de abajo hacia fuera. A eso se le llama un perro sato.

- Ya… ¿y eso qué tiene que ver con esto? – le pregunté extrañado.

- Pues que con la gente de extrarradio pasa igual; viven apartados, relacionándose sólo con los suyos, y como están aislados y tampoco es que vayan a ir a buscar pareja a un museo o una biblioteca, acaban reproduciéndose entre ellos, y claro, al final tienen todos los mismos rasgos; todos iguales, todos satos.

- Jajajajaja ¡pero mira qué dices tonterías!

- ¡Que es verdad! Fíjate en ellos; las caras están como embrutecidas, los rasgos son más bruscos. No encontrarás una Nicole Kidman o un Jude Law
en el extrarradio, porque los genes dominantes no dejarían que llegara a nacer.

(Igual era su retórica, pero todo aquello me resultaba cada vez más lógico)

- Párate un momento a pensar en la gente de tu instituto -continuó- ; los que eran quinquis a matar y los que no, y dime cuántos de ellos cumplían la teoría.

- Oye, pues ahora que lo dices… anda coño… ¡Es cierto!

- ¿Lo ves? Es que ustedes se creen que yo no digo más que burradas, pero tienen su fundamento, y ese chico tiene cara de extrarradio. ¡Y punto!


Fui incapaz de rebatirle una verdad tan aplastante.



lunes, 25 de enero de 2010

¿Por qué los finales de las películas son tan previsibles?

Igual que ya hiciera el año pasado cuando se iban a entregar los Oscar, rescato un monólogo de No somos nadie sobre los finales de las películas. Dice así:

Es curioso que nos gusten tanto las películas, sabiendo, como sabemos de antemano, cómo va a ser el final. Todos los finales de las películas son previsibles; he aquí la demostración.

Están los finales en los que, durante la peli, se han inventado una palabra que para ellos es guay, como “Tutanka Yupanqui”. Y entonces, al final de la peli dice el narrador: “Pero todos tendríamos siempre una palabra en el corazón: “Tutanka Yupanqui”. Y en ese momento se aleja la cámara y se los ve allí, cada vez más pequeñitos, tan contentos: “Tutanka Yupanqui” todos disparando al aire y cosas así.

¿Cuántos finales de peli así has visto? ¿Cien? Puede que el número no sea tan redondo, pero por ahí anda.

Otro final de peli en el que también tiran cosas al aire es en las de estudiantes, que siempre acaban con el momento de la graduación, con el lanzamiento de gorros al aire, que se quedan todos parados en el aire, como en pausa: “Clinc”, y ya salen las letras. Lo que no se ve en estas
películas es lo que pasa cuando acaban de salir las letras, que se caen todos los gorros, y nadie sabe cuál es el suyo; a uno le toca un gorro que no le cabe, y cosas mucho más desagradables que no vamos a contar ahora.

Otro final muy común entre las pelis de ciencia ficción como Alien o Critters, es el conocido como “final del huevo”, que consiste en que cuando parece que todo está solucionado, en un rincón escondido de la nave espacial se ve un huevo, como diciendo: “¿El monstruo está muerto? Si, pero ha puesto un huevo”. Estos finales dan lugar a conversaciones a la salida del cine del tipo:

-Pues vuelve todo a empezar, porque está el huevo.
-Pues no, porque el huevo no está incubado.
-Pues a lo mejor hay más de un huevo.

En las pelis de acción hay un final que no se salta bajo ningún concepto: al último malo se le mata siempre con algo mecánico. Tú, durante la película, puedes matar a la gente a cabezazos, con piedras o a balazos, pero al último no… al último lo tiene que matar un ascensor que se cae, un cable eléctrico mal pelao que provoca un incendio, o un disparo que le da a un cable que hace que se caiga un motor de un tractor que casualmente estaba por allí colgado.

Y luego ya están los finales de las pelis de miedo: aquí el más utilizado es el de que, cuando se supone que todo está resuelto, de repente uno de los protagonistas se queda mirando a cámara con cara rara… ¡CHAN CHAN! Y acaba la película; que claro, tú te quedas: "A lo mejor es que iba a estornudar nada más", pero a ver, ya te dejan con la intriga.

Por último están las pelis es amor. Éstas acaban siempre con que gana Meg Ryan.



jueves, 21 de enero de 2010

El evangelio según Diego Torres

Enfrente de mi casa hay una asociación evangelista con nombre de revista de salud, cuyos miembros se reúnen a menudo para compartir su fe. Me parece fantástico. El problema es que no lo hacen calladitos, concentrados y sobando un rosario, sino con entusiasmo, a puerta abierta y con música buenrollista a todo volumen. La selección va desde desesperantes canciones religiosas sobre los trucos mágicos perpretados por "El señor", a temas alegres y pacifistas como el Color esperanza de Diego Torres, que repiten en especial con DEMASIADA frecuencia.

Es paradójico el contraste que se da con esta situación, pues mientras ellos predican el amor cogidos de la mano y cantando a gritos con una sonrisa, yo, que estoy en mi casa tratando de estudiar, siento ganas de matarlos a palos sin ninguna piedad y tirarlos a una fosa común. Eso sí, luego les proporcionaría los auxilios espirituales de los que hablan en las esquelas; que no se diga que soy un salvaje.



lunes, 18 de enero de 2010

No me salen las cuentas

La última vez que me había pesado fue a mitad de octubre, porque tuve a mano una báscula que funcionaba (la mía te añade o te quita gramos de un minuto para otro), y me picaba la curiosidad después de que tanta gente me dijera que me veía "mejor" (más gordo).

Hace poco volví a pesarme en una báscula fiable, pero antes me puse a hacer balance:

- Casi dos meses sin ir a correr, ni salir en bici, ni nada de nada.
- Más sedentarismo por cuestiones académicas.
- Menos sexo que en meses anteriores.
- Unas navidades con 9 comilonas.
- Apenas salí a comprar reyes, sino que estuve más en casa.
- Me como varios polvorones al día, y mis atracones de bombones no conocen límites.
- (...)

Vale... ya estaba listo para ver el desastre:

He bajado dos kilos y pico. ¬¬

¿Alguien me lo explica?



jueves, 14 de enero de 2010

¡Condones para todos!

Hoy, nada más llegar a la universidad, me dispuse a estudiar la entrada del aulario, para ver cuál era el mejor sitio para colocar mi caja-regalo. Resulta que la amiga de un amigo trabaja en una distribuidora, y no sé muy bien cómo (un robo, un excedente o un obsequio de sus jefes), se hizo con un montón de cajas de cartón, un poco más anchas que las de zapatos, llenas de condones hasta los topes. Las fue regalando a sus amigos, y uno de los afortunados (mi amigo), hizo lo propio conmigo; se acaba de ir a vivir a Dinamarca, iba cargado de equipaje y sin manos libres, y no tenía hueco para nada más en la maleta, así que me los cedió a mí. Me quedé con unos cuantos, pero había tantísimos que tendría que pasarme dos semanas sin salir de la cama para poder gastarlos todos, y es que -ahí está el truco- caducan a final de mes.

Los exámenes agrian el carácter, así que no se me ocurre mejor forma de hacer que la gente pase mejor el trámite, que regalándoles preservativos; encontrar con quién usarlos es ya cosa de ellos.

¡Feliz periodo de estudio!



martes, 12 de enero de 2010

Asociando ideas

Hace un rato me entró frio y sobre la marcha cogí una guía de viaje de Suecia. En cuando empecé a hojearla me puse a taraear una canción de Abba... Me fascinan mis conexiones neuronales. ¬¬

sábado, 9 de enero de 2010

Promocionando a La exorsister

Como bien sabrán muchos, La exorsister (es decir, mi hermana), abrió un blog hace ya un año. En principio lo suyo era un "no-blog" (de ahí su paradójico título), pero poco a poco fue picándole el gusanillo y animándose a darle más forma y contenido. Pasó de reseñar alguna cosilla muy de vez en cuando a animarse a escribir entradas más sustanciosas, y aún así la cosa no termina de despegar. Muy mal. Si ya el Zorrocloco, Indo o JuanRa han caído en sus redes, aún queda mucha gente por hacerlo, y no se me ocurre mejor momento para promocionarla que este, pues me ha "robado" la idea para un post colérico sobre los fumadores, desarrollándolo más o menos como lo habría hecho yo. ¿Será porque somos hermanos?
Ya que estamos me ahorro redactarlo yo enlazando su entrada, y a cambio le doy un poco de publicidad. Todo queda en familia.

Por si estas no fueran razones suficientes para ir a dar con ella, existe una superior de corte divino: Rendirle culto a Transilmonio y seguir sus mandamientos, que son mucho más racionales y menos castradores que los de cualquier otra religión conocida. ¿Qué no saben de qué hablo? Pinchen aquí y lo descubrirán...

¡Arriba la Esteban La Exorsister, y alabado sea Transilmonio!

martes, 5 de enero de 2010

Cabalgata de Reyes

El humorista Manel Fontdevila me ha hecho recordar a un odioso personaje navideño, al que ya había conseguido desterrar de mi memoria. ¡Qué recuerdos más amargos!

Atentos al trailer: