¡Buenas!
Regreso a la bloggosfera después de pasar casi dos semanas en Lanzarote, en la misma zona de la que volví hace dos años diciendo maravillas. He estado en el mismo plan que entonces, es decir,
vacaciones de sol y mar, pero con el aliciente de salir a navegar en el barco de mi padre, que además ejerce de apartamento flotante.
Ya en su momentó conté
lo mucho que me gustó la marina en la que nos quedábamos, lo gratificante que es navegar hacia las playas y fondearse ahí mismo, sin necesidad de desplazarse en coche o llegar hasta la orilla para disfrutar del sol, pudiendo tumbarte en cubierta con más intimidad que en la arena. No es quiera poneros los dientes largos, pero ha sido genial. Ya tengo ganas de repetir el año que viene.
Como digo, ya hablé en su día de todo ello (la crónica completa
aquí), así que creo que una imagen (o unas cuantas), vale más que mil palabras...