Se acaba 2008, y con él muchos fenómenos que lo definen como año; sucesos como las cansinas elecciones nacionales y estadounidenses, la reelección de Berlusconi (otra vez), las olimpiadas, el triunfo en la eurocopa, el Oscar de Bardem o los disturbios en Grecia. Carme Chacón fue designada ministra de defensa y todos los carcas del país se echaron las manos a la cabeza (¡Una mujer! ¡Habrase visto…!); Ingrid Betancourt fue liberada y casi hace llorar a Nadal (otro de los protagonistas de estos meses), medio país hizo colas de más de un día por conseguir el iPhone antes que nadie (sin comentarios...), y “El Duque” se proclamó como el símbolo sexual patrio por excelencia. Hablando de sex symbols, nos dejó Paul Newman, así como otras muchas personalidades públicas, de la talla de Calvo Sotelo, Rafael Azcona o Michael Crichton, aunque la muerte que más repercusión tuvo fue la del jovencísimo actor Crisis, crisis y más crisis; en la tele, en la radio, en los periódicos, en la calle… y también en mi vida, supongo que por no desentonar. Aún cuando pensaba que nada podría ensombrecer a 2007 como periodo clave de mi existencia, 2008 me ha sorprendido, y al contrario que el anterior, que había sido de lo más contrastado, este año ha sido sobre todo para mal. Personalmente ha sido complejo, socialmente revuelto y académicamente nefasto.
Mi círculo social ha sido drásticamente reducido, en unos casos por decisión propia, en otros por circunstancias ajenas, y en general por dejadez de ambos lados. Era algo inevitable, que además me pedía el cuerpo, y con lo que me siento realizado. En consecuencia, he pasado más tiempo conmigo mismo del que me había dedicado en tiempos anteriores, y aunque me ha hecho bien, me ha dado para pensar mucho, quizás demasiado. Además de todo eso, viví el declive y la muerte de una amiga, y mi ambiente familiar llegó a ser considerablemente tenso; quisiera destacar que he recuperado a personas del pasado, pero en realidad no llegaron a reestablecerse mucho más allá de la mera cordialidad. Ahora que he dejado todo eso atrás y estoy dispuesto a recibir 2009 con una sonrisa, quiero hacer un reconocimiento a un grupo de personas que no me ha fallado nunca, y que siempre me ha animado a seguir en este mundillo que
tanto me gusta: Vosotros. Gracias a TODOS los que me seguís y comentáis. Un abrazo.Dicho esto, y a poco más de un día para que acabe el año, me privo de exclamar el típico “¡Feliz año nuevo!”, para sustituirlo por un sonoro “¡Que te jodan 2008!”

El año pasado, 20 minutos antes de que cerraran las tiendas, le pregunté si tenía algo para mi padre; cayó en la cuenta de que no, así que me dio dinero, me vestí con cualquier cosa, y salí corriendo (literalmente) al centro, para meterme en Springfield y comprarle lo que fuera. Los minutos se iban acercando peligrosamente a la hora del cierre, sorteé farolas y personas, estuve a punto de comerme el suelo, y llegué justo a tiempo de que no me cerraran en las narices. Entré, elegí lo más rápido que mi indecisión me permitió, y cuando me di la vuelta habían bajado la puerta para que no entrara nadie más. De haber llegado un minuto más tarde habríamos tenido todos regalo menos él. Somos lo peor.





