
En general el tema de la moda me da bastante por saco, y no creo que sea el único al que le pase. Las revistas que orientan sobre lo que debes ponerte, son un despropósito que atenta contra la inteligencia, pero todos acabamos pasando por vestir más o menos acorde a los cánones del momento. La moda es cambio, aunque no siempre a bien, y es razonable que nos apetezca variar nuestra apariencia cada cierto tiempo, del mismo modo en que nos cansamos de un corte de pelo o decidimos dejarnos barba. Otra cosa son las fashion victims y el descerebramiento de las tías que idolatran prendas de ropa.
A lo que voy, que me estoy desviando, es a mi absoluta incomprensión al tratamiento que se da a la ropa de firma.
Cuando se habla de moda en los informativos (un enorme WTF
que ya hemos asimilado, igual que el tiempo dedicado al fútbol), todas las creaciones son descritas con adjetivos amables, aunque lo que estén mostrando no haya por dónde cogerlo. Nos ponen a unas modelos con una boñiga en la cabeza, cadenas en el cuello y una teta al aire, y resulta que la colección otoño-invierno es "transgresora y desenfadada". No señores, es una puta mierda sin pies ni cabeza, y nadie cuerdo se pondría algo así.
Como se supone que la alta costura es arte, y lo que se enseña en los desfiles es una exageración de lo que pretenden imponer para esa temporada (no lo digo yo, es lo que me han explicado), se hace la vista gorda y aceptamos pulpo.
El problema viene a la hora de comentar el estilismo de las famosas en las alfombras rojas. El día después de una entrega de premios, todo los medios se hacen eco de cómo iban vestidas las asistentes, algo altamente trascendental. Es entonces cuando empiezan las lamidas de culo a mansalva.
Resulta que las actrices no llevan ropa antiestética, sino que "no la saben llevar"; es como decirte que no eres un engendro, sino que no sabes llevar tu cara. Un vestido nunca es feo; es desafortunado, inapropiado, complicado, no favorecedor, demasiado juvenil o demasiado serio, pero nunca feo. Si se tratara de ropa de Zara o Stradivarius no habría problema en llamar a las cosas por su nombre, pero se trata de prendas de lujo, y por alguna razón eso no se puede criticar. Es la misma razón por la que los diseñadores van disfrazados en plan carnavalesco: saben que nadie les va a decir ni pío porque ellos son "la autoridad".
Yo quiero pensar que caen en esta complacencia idiota por miedo a quedar como catetos, como quien finge interés ante un cuadro que le parece horrible. Si el diseñador ha aprobado un diseño, y una famosa de renombre se lo ha puesto, debe ser porque es bonito, pero quizás no todos los ojos son capaces de captar esa belleza, así que mejor seguirle la corriente a los que saben y no despreciar nada. Lo mismito que "El traje nuevo del Emperador".
Resulta curioso por otro lado, que no haya problemas en soltar las críticas más crueles hacia las
manifestaciones artísticas más populares, es decir: el cine, la música y la literatura. Están al alcance de todos porque hay para todos los gustos; de Spanish Movie a Cinema Paradiso; de Wendy Sulca a Pavarotti; de Federico Moccia a Saramago. Cubren todo el espectro de la población, así que cualquiera puede convertirse en crítico.
Es como si apreciar la moda elitista sólo estuviera al alcance de los paladares más exquisitos, pero tal y como lo veo, lo que de verdad prima es la inseguridad de quienes pretenden moverse en ese mundo sin cagarla, y el borreguismo de los que piensan que locaro y sofisticado pedante y abusivo es necesariamente bueno y bonito. Manada de imbéciles.
A lo que voy, que me estoy desviando, es a mi absoluta incomprensión al tratamiento que se da a la ropa de firma.
Cuando se habla de moda en los informativos (un enorme WTF

Como se supone que la alta costura es arte, y lo que se enseña en los desfiles es una exageración de lo que pretenden imponer para esa temporada (no lo digo yo, es lo que me han explicado), se hace la vista gorda y aceptamos pulpo.
El problema viene a la hora de comentar el estilismo de las famosas en las alfombras rojas. El día después de una entrega de premios, todo los medios se hacen eco de cómo iban vestidas las asistentes, algo altamente trascendental. Es entonces cuando empiezan las lamidas de culo a mansalva.

Yo quiero pensar que caen en esta complacencia idiota por miedo a quedar como catetos, como quien finge interés ante un cuadro que le parece horrible. Si el diseñador ha aprobado un diseño, y una famosa de renombre se lo ha puesto, debe ser porque es bonito, pero quizás no todos los ojos son capaces de captar esa belleza, así que mejor seguirle la corriente a los que saben y no despreciar nada. Lo mismito que "El traje nuevo del Emperador".
Resulta curioso por otro lado, que no haya problemas en soltar las críticas más crueles hacia las

Es como si apreciar la moda elitista sólo estuviera al alcance de los paladares más exquisitos, pero tal y como lo veo, lo que de verdad prima es la inseguridad de quienes pretenden moverse en ese mundo sin cagarla, y el borreguismo de los que piensan que lo