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viernes, 5 de octubre de 2007

Canibalismo light



He de hacer una confesión pública: yo… me muerdo las uñas. Sé que es una costumbre asquerosa que da muy mal aspecto, y que afea muchísimo las manos, pero es que no lo puedo evitar. Es una droga que ni siquiera tengo que molestarme en conseguir, no como el fumador que tiene que ir hasta el kiosco o el yonqui que va a al rincón oscuro de un parque, mis uñas están ahí sin más, y cuando se acaban vuelven a salir para saciar mi adicción.

Al contrario de lo que piensa mucha gente, los mordedores de uñas no se las comen, tan sólo disfrutan del indescriptible placer de arrancarlas y dejar la punta del dedo libre de cualquier saliente, padrastro o cutícula “fuera de lugar”. El extraño gusto que extraemos de esta actividad se ve claramente descompensado por todos sus efectos negativos, ya que además de la cuestión estética, tiene consecuencias fisiológicas horribles. Las uñas quedan totalmente inútiles, haciendo que actividades cotidianas como abrir una lata, coger una moneda del suelo, atrapar cosas muy pequeñas entre los dedos, o la que es más importante, rascarse, se vean seriamente dificultadas o directamente impedidas. Las anteriores no me importan demasiado, pero lo de no poder rascarme me mata, y me paso la vida pidiéndole a la gente que lo haga por mi; tengo un máster en lo que a rascadores de espalda se refiere, y he desarrollado predilección por artilugios de lo más variopintos que puedan ejercer esa función, objetos que van desde tenedores a tapas de desodorante, todo vale. Para cuando no hay ningún utensilio que pueda satisfacer esa necesidad, siempre está el socorrido quicio de una puerta o la esquina de algún mueble; es muy común en mi familia vernos rascándonos la espalda contra el filo de una puerta, y nadie se extraña por ello, no así cuando lo hago delante de desconocidos. La gente es demasiado impresionable.

Afortunadamente todo esto ha cambiado porque me llena de orgullo poder decir con la boca bien grande que… ¡¡¡hace una semana que no me las muerdo!!! ¿Se lo pueden creer? ¡Yo todavía no! Es fantástico ver cómo me asoma la parte blanca que jamás dejaba crecer y comprobar cómo el potencial de mis dedos aumenta cada día, y lo que es más importante…¡Puedo rascarme yo solito! ¿Saben lo que es eso? ¡Es increible! Me paso el día rascándome la espalda, preguntándome cómo he podido vivir todos estos años con esta “discapacidad”.

Según la wikipedia, “La onicofagia (del griego onyx, ‘uña’ y phagein, ‘comer’) es el hábito de morderse o comerse las uñas de uno mismo, normalmente asociado con el nerviosismo, el estrés, el hambre o el aburrimiento. También puede ser un síntoma de algún desorden mental o emocional, según su frecuencia. Su nombre clínico es onicofagia crónica”.

La mía desde luego es (perdón, era) crónica y extrema. A veces llegaba al punto de hacerme daño en las puntas de los dedos, dejándome las manos inútiles durante horas por el dolor que me producía cualquier actividad manual. En definitiva es un fastidio y una mierda.

Lo he intentado dejar muchas veces a lo largo de mi vida, pero ninguna cuajaba, y es que por mucho tratamiento o productos farmacéuticos que te puedan recetar, la clave está en la voluntad, y si no estás plenamente convencido de que tienes que dejarlo, no hay nada que hacer. El hecho que me impulsó a hacerlo definitivamente fue que se me inflamara un dedo (seguramente porque se me clavó algún padrastro y se me infectó), y el dolor no sólo me dejara una noche sin dormir, sino que también me propició la maravillosa experiencia de que te drenen pus de un dedo, algo horriblemente doloroso y asqueroso. Aún así, agradezco que me haya pasado esto, porque voy a dejar para siempre atrás mis horribles uñas, y conseguir las manos bonitas que me corresponden.

Dicen que en lo que primero que se fijan en un hombre es en las manos, los zapatos y el culo (además de tópicos más comunes como la sonrisa y los ojos). Tengo unos pies pequeños pero muy bonitos, (pa qué mentir), y siempre pueden disimularse con unos zapatos alargados. Mi culo ha sido alabado en más de una ocasión así que muy mal no debe estar, por mucho que a María le parezca de lo más mediocre, pero claro…es comprensible, pues ella adora el suyo y es incapaz de apreciar los ajenos (la verdad es que siendo objetivos lo tiene precioso). Sólo me quedaría por solucionar entonces el tema de las manos, que en unos meses serán mirables. Así que una vez alcance mi objetivo, podré salir a la calle no sólo con la mirada al frente, sino también con las manos bien altas y visibles. El nuevo Pablo ha llegado.

8 comentarios:

MaRía dijo...

Jajaja, oh Dios mío! has hablado de mi culo en tu blog :P No en serio, y siendo consciente de que está feo que yo lo diga... otra cosa no, pero estoy contenta con mi culo :D Bueno, también tengo las manos bonitas (porque no me muerdo las uñas jiji) y los pies pequeñitos pero monos... Jo, qué modesta soy, ¿no?

Hablando de estas cosas como morderse las uñas, yo tengo el horrible aunque no tan antiestético hábito de morderme los cachetes por dentro :( no puedo evitarlo y con el estrés empeora. Llevo haciéndolo desde que tenía narices y creo que no debe ser demasiado bueno, pero ufff... es que es superior a mí. Una vez estuve unos cuantos días sin hacerlo, masticando chicle, pero cuando ponía la pielilla entre los dientes no podía evitarlooooo!!

En fin Pei, mucha suerte con tus uñitas, ya me las enseñarás cuando te vea ;) que con lo perfecto y maravilloso que eres (digo, que somos, todo sea dicho), te fallaban las manos :D de todas formas, he de decirte que para que tus dedos vuelvan a su estado original tendrán que pasar años, porque mi amigo Javi dejó de mordérselas y nunca ha sido lo mismo XDD

Y si vuelves a recaer, don't worry... yo siempre te seguiré rascando la espalda y poniéndote una uña entre los dientes para que te imagines cómo sería morderla XDD

Besos

Peibol dijo...

Jajajaja Menos mal que tienes una abuela, porque si no tuvieras ninguna serías insoportable XD. Bueno no, lo que es, es, y quien diga lo contrario miente.

Soy consiciente de que pasaran años hasta que mis dedos cojan forma, y auqnue nunca serán perfectos, si serán aceptables, que es a lo que aspiro. En cualquier caso, agradezco que tus uñas estén ahi presentes para lo que me surja, aunquee por favor...¡no me dejes caer en la tentación!

Anónimo dijo...

Si, si, estoy totalmente deacuerdo contigo, lo mejor es dejarse las uñas largas, asi para que la mierdecilla flotane de la vida tenga cabida en ellas, total, una uña negra mas que podra importar??. Yo que quires qe te diga , un hombre con las uñas cortas me gusta mas que un hombre con las uñas largas, aunque esten muy limpias,no me gusta nada, me lo imagino haciendo sus cosas diarias y me da asco, no puedo soportarlo. TAmpoco que se las muerdan hasta la cuticula pero qe siempre las tenga corititas, porque el problem de cortarsela con cortauñas es que llegado el momento de cortartelas pos las tienes largas y puaj!!!, en fin que las uñas largas son fes y las cortas molan...
Por cierto...quien te dijo que tus pies eran bonitos???,porque en fin, hablamos de ellos, son peludos, pequeños y muy finos, en definitiva...qe son feos, no es que lo mios sean super bonitos,porque han tenido mejores momentos pero bueno, decir que los tuyos lo son.....

Mery

Peibol dijo...

Mis pies son bonitos porque lo digo yo XD, y el pelo no hace daño a nadie por dios, ¿qué manía le ha dado a todo el mundo ahora con que los tíos tienen que ir depilados de los pies a la cabeza?

En cuanto a lo de las uñas...no me las voy a dejar como una mujer, sólo lo mínimo imprescindible para que parezcan uñas y no muñones.

Pues eso, un beso, y no me sigas dando disgustos que no voy el domingo a tu casa jajaja

Sar@! dijo...

Pues yo odio mi culo, es extraño, yo he llegado a la conclusión de que en realidad es como cuadrado y poco respingón (aunque no llega a plano del todo) porque todos los pantalones se me escurren por detrás. Bueno, ¿la entrada no iba de uñas? xDDDD
Yo la verdad es que no tengo ninguna de esas manías de autolesionarse físicamente, nunca lo he comprendido. Yo me muerdo las uñas, pero es más bien q muerdo lo blanco, no llego hasta la piel, y sigo pa dentro hasta que ya no hay uña... eso es un poco bestial ya.
Y en cuanto a las funciones "fisiológicas" de las uñas xDDD esas de rascarse y tal, no se como podías aguantarte!!! Rascarse en plan oso en un tronco, no es lo mismo que rascarse cuando a uno le apetezca, o lo de abrir latas y tal, no sé..... a mi todo el mundo me pide que le abra las latas, y yo no me caracterizo pos tener unas uñas enormes precisamente: vale más maña que tamaño xDDD
Pues eso, yo también debería prestarle más atención a mis manos, que son un ENGENDROOOO. Las uñas están dispares, quebradizas, y tengo más padrastros que los hijos de la Preysler. Un desastre.
Pos eso, a ver si un día vamos juntos a la manicura y vivimos esa experiencia!! Besitos

peibol dijo...

¡Soy un ser horrible! Ya van dos veces que me masacro las manos. La primera fué porque estaba muy nervioso y no pude evitarlo, y la segunda hace unos días, por gilipollas.

Me hice daño rascándome porque tenía las uñas demasiado largas, me las corté rápido y mal, y como me quedaron picos "no tuve más remedio" que mordérmelas.

No puedo hacer nada...después de haberme acostumbrado a la autonomía que da tenerlas largas me siento minusválido y torpe. ¡¡Quiero que me vuelvan a crecer yaa!!

Cristina dijo...

¿y, por fin, has dejado de mordértelas?

Yo nunca he sido de mordérmelas, aunque en estados de muchísimo estrés me roo algún dedo, pero tengo compañeras del trabajo que sí se las muerden, no sólo las uñas, sino todo el dedo, y queda horrible.

peibol dijo...

Es horrible, pero prácticamente inevitable. Buaaaaa