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miércoles, 27 de junio de 2012

ArrastraDos

Cada cierto tiempo, cuando el espíritu de Mónica Geller se adueña de nosotros, hacemos limpia general en casa, para sacarnos toda la mierda inútil de la que no nos despojamos en la anterior limpia. Como tirar cosas aún utilizables me da cargo de conciencia, pero tampoco es plan de regalarle a nadie la basura que te sobra, hubo una época en que reunía todos esos trastos y me iba al mercadillo a venderlos. Pasados los años, y después de una larga búsqueda a través de los confines del universo, he llegado a una conclusión: ya no tengo con quien ir a comerciar con mis deshechos.
El problema es que a la gente le da vergüenza, porque lo ven como algo gentucero; una cosa es pasearse por el rastro, en plan turista curioso, y otra extender una sábana con trastos y ponerte a regatear. Además, está el problema añadido de que implica un madrugón el domingo para estar sentado en el suelo; lo mires como lo mires, es un plan de mierda.

Hace años solía ir con mi amigo "F.", que me acompañaba para malvender los bienes de calidad que le sobraban en su casa y pasar un buen rato de palique; yo le preguntaba por qué no iba a anticuarios o tiendas de segunda mano, que seguro que le darían más que la miseria que iba a sacar conmigo, pero él me decía que le daba igual (no hay nada como que te sobre el dinero), que esto era más divertido. Se le agradecía el gesto, pero la verdad es que me hundía en la miseria; imagínense el panorama: yo exponiendo mis tristes baratijas a las que nadie hacía caso, mientras él tenía una bandada de buitres peleándose por llevarse sus gangas; llegó a vender una tele enorme y perfecta por diez euros, porque en su casa habían puesto una panorámica nueva. Los ricos son el demonio.

Tiempo después estuve yendo con una amiga que vendía chatarra de mi estilo, y ahí la cosa ya quedó más equilibrada. Recuerdo que una vez llegó una pareja con cara de querer llevarse algo a casa, aunque no tuvieran claro el qué, y al final, sin comérselo ni bebérselo, les encasquetamos medio puesto con ofertas y asociaciones absurdas:

- Oye, ¿cuánto pides por esto?

- ¿El perrito que mueve la cabeza?
o_O

- Sí, es una monada… ¿a que sí, cari?

- (no te rías no te rías no te rías) Eeeehm… un euro.

- ¡Uy! Pues me lo llevo pa ponérmelo en el coche.


- Ah, pues si es para el coche, por otro euro te dejo el peluche este, pa que lo pongas detrás.


- La verdad es que está mono… pero no sé.


- Hacemos una cosa, si te llevas también el peluche, te regalo cualquiera de las cosas que está aquí delante.


- ¿En serio? Venga vale, me llevo entonces el portafotos este.


- Pues mira, ya que te llevas el portafotos grande, te dejo el pequeño por sólo cincuenta céntimos. ¿Cómo lo ves? 


- Ay no sé…


- Que sí mujer, si tarde o temprano te iba a hacer falta otro portafotos, y así ya es un trabajo que te ahorras.


- Pues tienes razón, me lo llevo también.


- Estupendo. ¿Te gustan estas tazas, que veo que las has cogido varias veces?


- Jejejeje… La verdad es que sí, que son muy originales, ¿a cuánto las vendes?


- Un euro cada una.


- Pfff, ¿un euro? 


- Bueno, si te llevas más de tres te las dejo a 60 céntimos.


- Mmmm…bueno… eh...


- Vamos, son tazas a 60 céntimos, eso está regalado. Llévate 5 y te doy gratis la lechera, ¿vale?


- Jejejej, venga vale.


- Genial, ya que tienes la lechera y las tazas, qué menos que el servilletero, ¿no?


- (…)

Así siguió la cosa hasta que prácticamente nos dejaron sin nada, y lo mejor es que se fueron más felices que Isabel Gemio con una familia de inmigrantes separados, como si de verdad hubieran hecho la compra del siglo. Al final  resulta que mientras sean gangas, la gente se lleva lo que sea.

Resignado, esta vez le he cedido mi mierda a un mercadillo benéfico que hay frente a mi casa, porque mis amigos son demasiado "cool", como para hacer el gitano conmigo. ¡Hay que joderse!




sábado, 23 de junio de 2012

¡A la hoguera!

En unas horas comenzará la celebración de la noche de San Juan, y las playas y descampados se llenarán de hogueras, con o sin monigote, que la gente alimentará con aquello de lo que se quiere deshacer de un modo especial, como los apuntes de una asignatura que por fin han conseguido aprobar (por cierto, aprobe todo. ¡Hurra por mí!), o los recuerdos físicos de una relación tormentosa que quieren dejar atrás. No sabe igual tirar algo a la basura, que lanzarlo al fuego y ver cómo se consume para siempre.

Si por mi fuera, en lugar de cosas, lanzaría a ciertos colectivos de gentuza a las llamas, empezando por la clase política nacional, que nos han hecho pasar de ser la décima potencia económica a nivel mundial, a hipotecar el futuro de la llamada "generación perdida", los que hemos crecido pensando que por tener más oportunidades que nuestros padres, todo nos resultaría mucho más fácil, y que al final hemos sido condenado a sobrevivir prácticamente como tuvieron que hacerlo nuestros abuelos. Hijos de la gran puta.

Si el fuego fuera lo suficientemente grande, seguiría con los kinkis (así, en general), los vecinos que sueltan a sus perros para que caguen en el jardín de la comunidad (sé dónde vives, hediondo), o un par de profesores con el ego sobredimensionado, de esos que se sienten extrañamente orgullosos por suspender a la inmensa mayoría de su alumnado, año tras año. Putos enanos mentales.

Y vosotros... ¿a quién lanzarías a la hoguera?

lunes, 18 de junio de 2012

La caballa

Como ya he comentado alguna vez en el blog, mis primas, mi tía, mi hermana y yo, tenemos muy buena relación, y solemos reunirnos con frecuencia para ir a comer. Gracias a la posibilidad de crear grupos en el Whatsapp, hemos llevado estas reuniones a un nuevo nivel. Mi tía trabaja en un hospital, y ayer nos contó algo que había ocurrido allí, dándonos el pistoletazo de salida a los demás para empezar a desvariar aportando disparates. No podía dejar que esta conversación se perdiera en el tiempo:

  • Ha ingresado una mujer en urgencias, con una caballa (pez como el de la foto) metida en el tal cual. Cada vez que se la intentaban quitar se ponía a gitar, porque se le abrían las aletas y escamas a contrapelo.
  • ¿El qué? :o
  • ¿Quéeee? :o 
  • ¿Pero cómo coño ocurren esas cosas? ¿Y la caballa no se muere del disgusto?
  • ¿Eso es cierto? Estaba COLEANDO y ella salió ESCAMADA.
  • ¡Escamados deben estar en urgencias! Luego no podrá quejarse si le dicen que e huele el tema a cangrejilla.
  • Después de la caballa, sí se quedará SAL-ida
  • Jajajajaja Sí, saladita como después de un baño en el mar. Como para darle un lametón.
  • Asoció montar con caballo, y terminó en caballa... ¡Ay! ... una vocal. Lo que puede cambiar la historia...
  • La verdad es que es un asunto espinoso.
  • Jajajajajajajaja ¡Y trae cola!
  • Pero mira, despues de todo, a caballa regalada...
  • ... No le mires la escama.
  • Exacto.
  • ¿Dónde quedaron los clásicos: el pepino, el plátano...?
  • La gente va de moderna y pasa lo que pasa.
  • Eso lo traía por detrás... iba a hacer un sal-picón.
  • Picar le tiene que picar, eso está claro.
  • A los de urgencias se le habrán quedado los ojos como chernes.
  • Jajajajajajajaja
  • Lo mismo le tienen que tirar un anzuelo, a ver si pica.
  • Para estos casos es mejor el barreno.
  • O si no, que se agachen los médicos, y le canten en el asunto: "¿Quien vive en una piña en el fondo del mar...?" A ver si sale a responder: "BOB-ES-PON-JA". Los peces son muy gremiales. Igual funciona.
  • Jajajajajajajaja. Lo mismo le sacan la caballa, y aparecen las papas guisadas.
  • Jajajaja Mira, y la mujer no sería piscis, ¿verdad?
  • Tendré que mirar en el informe. Jajajaja


Me fascina el Whatsapp.


miércoles, 13 de junio de 2012

No es que sea un bicho, es que lo ha pasado mal...

Hablando el otro día de un cabrón retorcido, al que unos cuantos de mi entorno hemos tenido la desgracia de sufrir, alguien me dijo que el pobre había tenido una vida dura, y que por eso era así. Cuando oigo este tipo de cosas, no hago sino preguntarme: ¿Y a mí qué coño me cuentas? Es decir, ¿las malas acciones de una persona están justificadas si las cosas no le van sobre ruedas? ¡Por supuesto que no, de ninguna manera! Sería como exculpar a Hitler porque –el pobre- era un hombrecillo acomplejado.

Todos nos llevamos palos en la vida, y no por ello nos volvemos unos déspotas insufribles. Tuve una profesora en el instituto con el honor de ser la única persona a la que realmente he odiado a muerte. Era borde, maleducada, seca, cortante, abusadora en todos los sentidos; cínica, ruin, dañina… una mala persona con mayúsculas. Los alumnos le temían y los profesores la evitaban; era una hija de la gran puta que disfrutaba amargando la existencia a todo el que se cruzara en su campo visual. Pues bien, alguien me lo intentó justificar, contándome que hacía un montón de años había perdido a una hija. Me reitero: ¿Qué clase de justificación de mierda es esa?

Si se te muere alguien te la envainas, como hacemos todos; es lo que hay. Pasas el luto y sales (o no) adelante, pero no te dedicas a joderle la vida a los demás. Me parece una excusa muy pobre. Mi tía perdió hace años a una hija de mi edad, igual que la madre de una amiga de la infancia. ¿Se han convertido por ello en unas cabronas? En absoluto, más diría que lo contrario. ¿Por qué entonces debería haber inmunidad para volverse el anticristo en casos similares? Exculpemos pues a los violadores y asesinos por tener una infancia difícil, y pongamos la otra mejilla cuando alguien nos de una cachetada, porque si lo hace seguramente es porque tiene mucha rabia que descargar dentro, fruto de unas malas vivencias. No me jodas.

Si no sabes vivir en sociedad, porque tus circunstancias te han convertido en un ser abominable y tóxico, vete a una isla desierta, pero no nos des por culo a los demás, que ya cada uno tiene con lo suyo. Quién sabe, quizás si no hubiera tantos individuos que defendieran a esta "pobre" gentuza, nadie les aguantaría la más mínima tontería, y aprenderían a comportarse como personas civilizadas. ¿No?
 ¿Soy un radical sin empatía, o vosotros también pensáis que no hay que aguantar a comemierdas hostiles, tengan el pasado que tengan?

domingo, 3 de junio de 2012

Canarias, esa gran desconocida

Canarias es una comunidad tan popular como desconocida; todo el mundo sabe que es una región turística en las que hay "una hora menos", y donde se dice guagua y papa, en lugar de autobús y patata. Más allá de eso, el conocimiento sobre las "islas afortunadas" empieza a patinar. Y mucho.

No sé qué enseñarán en los colegios peninsulares para que la ignorancia hacia esta tierra sea tan grande, porque es de juzgado de guardia. No hablo de conocer aspectos culturales o geográficos de la zona; todos andamos flojos en ese terreno cuando se trata de lugares ajenos, pero lo que no es ni medio normal, es que la gente piense que vayamos en lianas y sacrifiquemos gallinas para honrar al dios de la lluvia.
No son pocas las veces que, en primera persona o a través de terceros, he oído preguntas del tipo de si tenemos coches, carreteras, cines o centros comerciales, como el día que me dijeron que para ser canario, "hablaba muy bien español, y vestía igual que ellos". Eso por no mencionar la extendidísima creencia de que estamos justo al lado de la península, tal y como figura en los mapas del tiempo de los informativos, en lugar de junto a la costa africana. En su día me llegaron incluso a preguntar de qué estaba hecho, y cómo se cruzaba, el muro que nos bordea. 

Si bien las islas menores son más "rurales", por decirlo de algún modo, nuestra situación geográfica nos obliga a tener de todo, a diferencia de otros muchas provincias. Todas las islas tienen conexión con el mundo mediante muelles y aeropuertos; tenemos todos los establecimientos normales que se pueden encontrar en cualquier comunidad autónoma, y de hecho, por nuestra historia como punto clave en el transporte marítimo internacional, contamos con  franquicias y productos que es imposible (o muy difícil) conseguir en el resto del país. Por poner un par de ejemplos tontos, en Valencia no hay IKEA, y nosotros fuimos de los primeros en tenerlo en España, y cuando en Madrid sólo existía el Nestea de limón, nosotros llevábamos eones bebiendo hasta tres variedades más. ¿Moraleja? Estamos lejos, sí, pero no somos salvajes.

En serio, ¿qué os venden de nosotros para que exista esa incultura hacia las islas? Y a los lectores de aquí, ¿cuál es la mayor burrada que os han preguntado los peninsulares?