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martes, 28 de septiembre de 2010

Lo más privado del mundo

Voy a lanzar una pregunta hipotética al aire, para que todos, poniéndose en situación, respondan según lo que piensen. ¿ok?

Imagínense que se acuestan con alguien que les despierta pensamientos muy impuros. Todo sale genial; acaban extasiados y empapados en sudor, y piden poder darse una ducha. Están bajo el chorro de agua y empiezan a oír pedos, y cuando abren la cortina ven a esa persona cagando, más a gusto que un arbusto. ¿Soy el único que piensa que es inconcebible de todas todas?

Cagar es lo más sagrado y privado que hay, más que dormir o el sexo. No es algo que se haga en compañía, y menos tan a la ligera. Puedes mear con otra persona, contarle tus miserias o desnudarte en su presencia, pero cagar nunca. Jamás. ¡Eso mata la libido de golpe! ¿A quién se le ocurre?

¿Soy un radical?

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Sólo una semana?

Ayer acabó mi primera semana del curso, y tengo la sensación de llevar ya un mes de clase. Estos cinco días iniciales no han resultado pesados, pero sí muy intensos, como cuando uno se va de viaje y no para la pata en todo el día. Las jornadas se hacen “largas”, pero en el buen sentido; no sé si me explico…

Me encantan las asignaturas, el modo en que se imparten y el sitio en el que se dan. Además hay muy buen rollo con los profesorelos y entre los compañeros de clase; somos un grupo pequeño y muy heterogéneo que enseguida ha entrado en confianza. Estoy en la gloria.

"Los nuevos estudios" exigen que lleve las asignaturas al día y les dedique tiempo en casa, y aunque no fuera así, es algo que iba a hacer de todas formas. Esta vez quiero hacer las cosas bien desde el principio, y al tratarse de algo que he cogido con muchas ganas, no me cuesta ningún esfuerzo.
Esto tiene su parte mala, claro, y es que a partir de ahora no voy a poder dedicarle el tiempo que me gustaría a la bloggosfera. Seguiré posteando aquí y comentando en blogs ajenos, por supuesto, pero no con la asiduidad e inmediatez de antaño. Vamos, que no me voy a ningún lado, pero tardaré en responder más que de costumbre. Todo sea por ser un alumno aplicado, ¿no?

Siguiendo con la estela de canciones que me ponen de buen humor, me despido con otro tema emblemático, antes de irme a pasar apuntes. ¡Nos vemos!




lunes, 20 de septiembre de 2010

Volver a empezar

Por fin he hecho lo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo, y que todo el mundo parecía ver claro menos yo: aparcar la carrera.

No quiero decir que será para siempre, pero ahora mismo tampoco quiero pensar en lo contrario, es decir, que aunque la posibilidad de volver esté ahí, y esto pueda ser una desconexión temporal de algo que me tenía amargado, no me apetece tener presente la idea de que sea un parche momentáneo; ahora no.

El caso es que la psicología, de momento, quedó atrás, y como tampoco iba a estar mano sobre mano mirando los celajes, me he matriculado en una cosa totalmente distinta, que me parece muy interesante, y que he estado estudiando ya por mi cuenta.
Se trata de algo que siempre me había llamado la atención pero no había explorado, y por lo que me había empezado a interesar de nuevo de poco para acá, así que lo he cogido con muchas ganas. No me cabe duda de que va a suponer un gran cambio a mejor.

No he dicho de qué se trata porque es algo tan particular, que sólo con decir la titulación sería como si estuviera posteando mi nombre completo y foto. Si acaso lo haré más adelante, pero de momento lo llamaré “los nuevos estudios”.

Con lo amarga que resulta siempre la vuelta a las clases, nunca creí que pudiera volver a tener tanta ilusión por el comienzo de un año académico. ¡Volveeeeeer a empezaaaaar!



jueves, 16 de septiembre de 2010

Verdades, mentiras y viceversa

Ya han pasado unos cuantos días desde que pusiera en marcha el juego del test, y creo que va siendo hora de levantar el secreto de sumario. Leer las respuestas de forma confidencial ha sido divertidísimo, pues casi todos caísteis en las mismas, y defendías los errores con una convicción que casi me hacía dudar si tendrías razón. XD
Me alegra ver que lo hice mínimamente bien, como para que todo fuera susceptible de ser considerado “posible”.

Ya quité la moderación y publiqué de golpe todos los comentarios del post anterior, además del podio de honor (también en los comentarios). Dicho esto, vamos a destapar el pastel:


- 1: Cuando estaba en esa fase infantil de descubrir la sexualidad, le pregunté a una dependienta si ella tenía vagina. MENTIRA

En realidad esto sí ocurrió, pero con ligeras modificaciones. Fue mi prima quien lo hizo, y en su caso le preguntó a un dependiente si tenía pene. Cambié el sexo en la historia, porque habría quedado absurdo que teniendo yo uno, le preguntara a otro hombre si él tenía, ¿no?

- 2: Me encantaría hacer paracaidismo, escalada y parapente. ¡Qué subidón!
VERDAD

Pues sí, para sorpresa de muchos. Hace años hice el pacto con una amiga de que algún día nos apuntaríamos a unos cursos de parapente que hay en el sur (son carísimos, por eso hicimos el pacto para cuando tuviéramos dinero, en lugar de hacerlo sobre la marcha). Para hacer paracaidismo no hay más que ir a donde se oferte, saltando eso sí con un monitor pegado a la espalda, que es quien tira de la anilla, y en cuanto a la escalada tengo que informarme, que ando más perdido.

- 3: Para disgusto de mi gente, cuando estoy cansado me siento en cualquier lado. VERDAD

Cada vez tiendo a controlarme más porque sé que es algo que incomoda, pero realmente no sé a qué viene tanto escándalo. ¡Ni que me acostara a dormir!

- 4: Hace unos años vi a Maribel Verdú en un aeropuerto, y me puse a hablar con ella mientras esperábamos las maletas. MENTIRA

Como muchos habéis adivinado, de haberme pasado seguramente lo habría contado en el blog. Ni la he visto nunca, ni creo que me pusiera a hablar con ella si lo hiciera. Básicamente porque me pongo en el lugar del otro, y pienso que si yo fuera famoso sería muy hostil, y me tocaría los cojones que la gente viniera a preguntarme polladas todos los días, teniendo además que poner buena cara para no quedar mal.

Con quien sí me encontré en un aeropuerto fue con Fernando Schwartz, y con él sí me puse a hablar y me saqué una foto. Entonces era joven e inocente, y… ¡qué queréis! Me encantaba LO+PLUS, y me hizo ilusión.

- 5: Encuentro un placer morboso en aplastar cucarachas mientras las insulto. VERDAD

¡Oh Dios, sí! En realidad es más una cuestión de rabia intensa y desconcierto lo que me invade, sin parafilias de por medio XD. Veo a una intentando entrar por la solana, y le espeto un severo: "¿Qué coño haces? ¿No ves que esto es una propiedad privada? ¡Que no te escondas, guarra de mierda! Te vas a cagar, asquerosa, ¡Toma pisotón!

Creo que más de una se habrá dejado matar por no seguir escuchando insultos. XD

- 6: El arte moderno me parece una gran tomadura de pelo. ¡Seamos serios! MENTIRA

Tengo que admitirlo, esta era una pregunta trampa, porque tiene matices. A mí el arte moderno, entendido como del siglo XX a aquí, me encanta; me parece fascinante y tremendamente creativo. Ahora bien, por “arte moderno” se suele entender las bazofias conceptuales de quienes quieren pasarse de listos, al margen de la época en que estén hechas. Eso sí me parece una tomadura de pelo. Como conté en una de las entradas newyorkinas, en el museo de arte moderno podías ver obras maestras de grandes autores, y mierdas pretenciosas y anodinas a las que nadie prestaba atención.

El arte moderno por tanto, no me parece una tomadura de pelo; muchas de las imbecilidades que se hacen bajo el amparo del término “vanguardia”, sí.

- 7: Me encanta dormir abrazado a alguien; hace que me despierte de buen humor. MENTIRA

No lo aguanto. Es decir, está bien, y es bonito en el momento post coital, pero… ¿después? ¡Que quiero dormir, joder! Llámenme maniático, pero para dormir de verdad necesito libertad de movimientos, y tener un cuerpo pegado y rodeándote, no es la mejor forma de conseguirlo. Eso sí, si lo dices eres un insensible, así que tienes que ingeniártelas para desprenderte “del lastre” (es una forma de hablar), sin que parezca que quieres hacerlo.

- 8: Una vez jodí un concierto de música clásica por escandaloso; casi me lapidan. VERDAD

Fue hace muchos años, cuando estaba en el conservatorio. Teníamos el coro como asignatura, y de vez en cuando nos llevaban a cantar por ahí, en este caso a un concierto de la orquesta sinfónica.
Sólo teníamos que cantar durante un minuto al final del concierto, y nos tuvieron más de una hora de pie, sin poder movernos y muertos del aburrimiento; no entiendo por qué no podíamos estar sentados. ¡Eso es maltrato infantil!

En esas estaba cuando reparé en que tenía una moneda de cien pesetas en el bolsillo, y a falta de otro entretenimiento mejor, me puse a jugar con ella dándole vueltas en la mano. De repente se me cayó y fue a rebotar en todos y cada uno de los escalones metálicos de la escalera, hasta caer de lleno en las campanas tubulares: un instrumento que viene siendo como esos móviles de palitos metálicos que hacen un ruido agudo al abrir una puerta, pero del tamaño de una persona, e infinitamente más ruidoso (foto). Se armó un escándalo del carajo que eclipsó a todos los demás instrumentos.

El director de orquesta me fulminó con la mirada, así como un gran porcentaje de los músicos, y se oyó al público murmurar. Lo peor de todo es que tuve las narices de pedir mi moneda de vuelta… ¡y me la dieron! Si me llega a pasar ahora, con lo que me hostiliza la gentuza escandalosa que va a conciertos, habría agachado la cabeza negado mi autoría hasta la muerte. XD

- 9: Mi madre pensaba que mi comportamiento excéntrico era fruto de la brujería. VERDAD

Cuando era un bebé, mis padres me acostaban en la cuna, duchado, con el pijama y dormido. Cuando ellos ya estaban en el quinto sueño, me escuchaban balbuceando; se levantaban para ir a dar conmigo, y en lugar de verme donde me dejaron, me encontraban gateando desnudo en el pasillo.

A mis padres les inquietaba mucho ese WTF, y no era para menos. Para empezar no podría haber llegado ahí solo, pues era imposible que saltara de la cuna, y no tenía edad como para saber desvestirme. Todo apuntaba a que “alguien” me despertaba, me quitaba la ropa, me levantaba en peso y me ponía en el suelo, para con la misma desvanecerse, cosa de brujería, pero debía haber otra explicación más racional… ¿o no?

Me espiaron un par de noches seguidas hasta que descubrieron la verdad. Cuando me despertaba me conseguía quitar toda la ropa; a continuación levantaba la colchoneta del fondo, rodaba las lamas de la base de la cuna, y me deslizaba hacia abajo, dejándolo todo de nuevo como estaba. ¡Eso es escapismo y no lo de Houdini!

-10: Soy totalmente incapaz de ver sangre y agujas; hacerme un análisis es una pesadilla. MENTIRA

De hecho soy donante de sangre (bueno, lo era, que ahora estoy muy flaco), y me encanta ver cómo se va llenando la bolsa de medio litro. Cuando era pequeño me hacían análisis cada dos por tres por temas de tiroides, así que lo de las agujas no me causa ningún tipo de trauma; no deja de ser como un pellizquito minúsculo.

- 11: Me encantan los pantalones de campana. Y cuánto más grandes, mejor. VERDAD

Con lo que me habéis avasallado me da miedo admitirlo, pero sí, es cierto. Son mucho más bonitos que los horribles pitillos que nos han querido meter por los ojos en los últimos tiempos, y que le quedan horribles a la gran mayoría de la gente. Hacen a todo el mundo culón y patiflaco; los acampanados equilibran más la silueta de cualquiera.
Cuando estaba en el instituto estaban de moda, y ya estoy volviendo a verlos en las tiendas ¡Juas!
Aquella época pasó, pero yo sigo conservando mis vaqueros de entonces, que no dejo de ponerme. Lo de “cuanto más grandes, mejor” es matizable, que hay unos límites, pero sí, me gustan. ¿Algún problema? ¡Vivan los 70!

- 12: Soy capaz de desabrochar cinturones con los dedos de los pies. ¡Tachán! VERDAD

No es algo que suela hacer habitualmente, pero he constatado que soy capaz. En general hago bastantes cosas con los pies que desconciertan al personal, como abrir gavetas (cajones), recoger cosas del suelo y, cuando tengo las dos manos ocupadas, abrir los manillares de las puertas.

- 13: Aunque a primera vista parezcan marrones, cuando me da el sol me sale un destello verde en los ojos. MENTIRA

Los cojones. ¡Ya me gustaría! En mi familia hay tonos bonitos para aburrir, pero a mí me tocaron marrón oscuro estándar. A joderse toca.

- 14: Mi familia no aprueba mi modo de atarme los cordones. Les parece infantil. VERDAD

Es una cosa que no comprendo. A mí me enseñaron a atármelos de una manera, y esa es la que sigo aplicando; no concibo que haya que pasar al “modo adulto”. ¡Se trata de atar cordones! ¿Qué puede tener eso de infantil?

- 15: Suelo llevarme el teléfono inalámbrico a la calle, para seguir hablando hasta que se corte. VERDAD

Esta fue otra en la que casi todo el mundo picó. Lo hago cuando llevo bandolera o mochila, y es que si estoy en medio de una conversación interesante, y puedo alargarla hasta el final de mi calle (el alcance de la señal es increíble), ¿por qué cortarla? Ya sé que mi límite está en la tienda de los chinos.

- 16: Hace años me echaron de una iglesia por preguntar algo, y que el cura lo considerara una blasfemia. MENTIRA

Como muchos habéis acertado, en la iglesia no suele haber ruego de preguntas, aunque también podría haberla hecho en alto o tratarse de la catequesis (a la que gracias a Transilmonio jamás fui). No ha ocurrido, porque soy más educado que ellos, a pesar de las barbaridades que digan, y sería una falta de respeto hacia los que hayan acudido a misa.

Eso sí, el día que se me muera alguien muy cercano, y en su funeral el cura de ponga a dar sermones que no vengan a cuento (aquí la explicación), no tendré problema en subir al “estrado” a pedirle que tenga un mínimo de vergüenza.

- 17: Una vez afilé un lápiz y se lo clavé en el ojo a una vecina, por zorra. VERDAD

Me gusta que hayáis pensado que no. Eso es que me consideráis una buena persona... pero todos tenemos un pasado (del que por cierto me arrepiento, que conste).

Mi vecina era una mimada tocapelotas. Era amiga de mi hermana, y sus padres y los nuestros se llevaban muy bien, así que solíamos pasar mucho tiempo en su casa. Una tarde recuerdo que fue excesivamente déspota hacia mí. Repartió los tiempos de jugar a la consola de una forma MUY desigual (ella hasta que le dolieran los pulgares, mi hermana unos minutos y yo nada), del mismo modo en que se metió una bolsa de golosinas en la boca como si no hubiera un mañana, y a mí me dejó una puta mierda. Pasó algo más que me infló los huevos, así que me fui a la mesa, afilé un lápiz, y la llamé con una voz dulce.

Se agachó para atenderme y se lo clavé con rabia. Por zorra.

- 18: Los huevos fritos con sal me parecen una asquerosidad; yo me los como con azúcar. VERDAD

Es costumbre familiar, y no conozco a nadie más que lo haga. ¡Y no lo entiendo! El contraste dulce-salado es buenísimo. :D

- 19: Me gustaría tener al menos un hijo antes de los 40, que luego uno no tiene la misma energía pa seguirles el ritmo. MENTIRA

Pues va a ser que no. Una cosa son los mimos hacia mi primo pequeño, y otra que me atraiga la idea de tener uno propio. No entra en mis planes a largo plazo, y aunque no se pueda decir “de este agua no beberé”, hoy por hoy sé que no quiero hijos. Eso se lo dejo a mi hermana, para aguatarlos yo sólo de vez en cuando y ser el tío enrollado con el que hablan de sexo. :D

- 20: Celebraré los resultados del meme, posteando una foto mía con alto contenido erótico. VERDAD

¡Pero cuánta desconfianza! Aquí me tenéis con cinco chicas desnudas de moral laxa. Concretamente con las señoritas de Avignon. Guapas, ¿eh?




sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Verdadero o falso?

Hace tiempo vi un meme que me llamó la atención. Consistía en contar varias cosas sobre uno mismo, y que los bloggers determinaran si eran o no verdad, y por qué. Una vez revelados los resultados, era curioso ver la idea que tenía la gente sobre el autor, y las revelaciones bizarras que salían a la luz.

He tratado de redactar esta entrada varias veces, y es complejo, porque he contado ya tantas cosas por aquí, que todo lo que se me ocurría era fácilmente comprobable. ¡Mierda!

Después de muchos gritos al ordenador y una frustración infinita, por saber que a pesar de estar haciéndolo bien, a blogger no le salía de la polla hacerme caso, he conseguido activar la moderación de comentarios, para que no os deis pistas unos a otros, y así mantener la intriga del ganador hasta la semana que viene.
Ya sabéis; hay que contestar verdadero o falso para cada enunciado, como en el examen de conducir, y si procede explicar por qué.

Comenzamos:

- 1: Cuando estaba en esa fase infantil de descubrir la sexualidad, le pregunté a una dependienta si ella tenía vagina.

- 2: Me encantaría hacer paracaidismo, escalada y parapente. ¡Qué subidón!

- 3: Para disgusto de mi gente, cuando estoy cansado me siento en cualquier lado.

- 4: Hace unos años vi a Maribel Verdú en un aeropuerto, y me puse a hablar con ella mientras esperábamos las maletas.

- 5: Encuentro un placer morboso en aplastar cucarachas mientras las insulto.

- 6: El arte moderno me parece una gran tomadura de pelo. ¡Seamos serios!

- 7: Me encanta dormir abrazado a alguien; hace que me despierte de buen humor.

- 8: Una vez jodí un concierto de música clásica por escandaloso; casi me lapidan.

- 9: Mi madre pensaba que mi comportamiento excéntrico era fruto de la brujería.

-10: Soy totalmente incapaz de ver sangre y agujas; hacerme un análisis es una pesadilla.

- 11: Me encantan los pantalones de campana. Y cuánto más grandes, mejor.

- 12: Soy capaz de desabrochar cinturones con los dedos de los pies. ¡Tachán!

- 13: Aunque a primera vista parezcan marrones, cuando me da el sol me sale un destello verde en los ojos.

- 14: Mi familia no aprueba mi modo de atarme los cordones. Les parece infantil.

- 15: Suelo llevarme el teléfono inalámbrico a la calle, para seguir hablando hasta que se corte.

- 16: Hace años me echaron de una iglesia por preguntar algo, y que el cura lo considerara una blasfemia.

- 17: Una vez afilé un lápiz y se lo clavé en el ojo a una vecina, por zorra.

- 18: Los huevos fritos con sal me parecen una asquerosidad; yo me los como con azucar.

- 19: Me gustaría tener al menos un hijo antes de los 40, que luego uno no tiene la misma energía pa seguirles el ritmo.

- 20: Celebraré los resultados del meme, posteando una foto mía con alto contenido erótico.



domingo, 5 de septiembre de 2010

Independentistas de saldo

El otro día estaba viendo fotos antiguas, y me topé con el álbum de un campamento de verano en Inglaterra. Era el único canario del grupo con el que fui, que estaba formado por gente de todos los rincones del país. Eso hacía que la experiencia cultural no se limitara sólo al hecho de que estuviéramos en el extranjero, sino también a descubrir las diferentes formas de pensar y expresarse de cada uno.

Hice buenas migas con casi todo el mundo, especialmente con andaluces, madrileños y extremeños, pero los dos catalanes eran un mundo aparte, y aunque no me llevaba mal con ellos no eran santo de mi devoción. La razón es que eran absurdos y cerrados de mente, y tenían cosas de gilipollas, como ponerse a hablar en catalán entre ellos en medio de una conversación grupal, para a continuación seguir charlando con todos en español. ¿Se puede ser más maleducado?
Eran independentistas a muerte, y como suele pasar en muchos de esos casos, no sabían razonar el por qué de su pataleta, porque eso es lo que era: una pataleta

Antes que nada, aclaro que esto no es una entrada sobre política ni en la que meterme con las ideologías; creo que uno puede ser nacionalista, independentista o lo que le salga de la polla, pero siempre con argumentos y teniendo los pies en la tierra, porque si no pasas de idealista a subnormal. No sé lo suficiente del tema como para ponerme a dar lecciones a nadie, tampoco me interesa ahora mismo, pero creo que los catalanes que profesan esa animadversión profunda hacia su país, sí que deberían estar informados, porque si no corren el riesgo de hacer el ridículo en cuanto abran la boca. Dicho esto, volvamos a estos dos individuos:

Sacaban el tema cada dos por tres, aunque no viniera a cuento y a nadie le interesara, sólo por ver si alguno le hacíamos caso, y a partir de ahí soltar triunfantes su perorata de lo que molaba Cataluña y lo que apestaba España. Patético.
Ella era una borde, así que ni siquiera le prestaba atención, pero con el chico me llevaba relativamente bien, así que cuando mutaba en independentista orgulloso, diciendo cosas como que él no era español sino catalán, me veía obligado a replicar. Algunas de nuestras conversaciones fueron algo así:

- Porque vosotros los españoles, bla bla bla...
- ¿Los españoles? ¿Y tú que eres, yugoslavo?
- No, soy catalán.
- ¿Y dónde te crees que está Cataluña?
-
No, porque bla bla bla dominación bla bla bla independencia bla bla bla …
- Lo que tú quieras, pero Cataluña, hoy por hoy, pertenece a España. ¿O no?
- No
(con dos collons)
- ¿Cómo que no? ¿Has mirado bien tu DNI?
- Sí, pero es que yo no me siento español.
- Ya, ¿y qué?
- Pues que no soy español, porque no me siento así.
- Te das cuenta de que eso no tiene ningún sentido, ¿verdad?
- Para mí sí.
- Si yo te dijera que yo soy rubio porque no me siento moreno, ¿me convertiría eso en rubio?
- No es lo mismo.
- Es exactamente lo mismo, sólo que mi ejemplo es más simple, pero los dos casos son igual de ridículos.

(…)

- ¿Cuándo alguien de fuera te pregunta de dónde eres, tú que les dices?
- Les digo que soy de Reus
- ¬¬ ¿Y si te preguntan dónde está eso?
- Les digo que en Tarragona
- ¿Y si te preguntan por el país?
- Les digo que Cataluña
- Pero sabes que eso es mentira, ¿verdad?
- ¡Pero es que nosotros deberíamos ser un país independiente!
- Lo que tú quieras, pero no lo son. Y decir lo contrario es ilógico. ¿Debería decir yo que soy del país “Canarias”?

- Es que a mí me han impuesto mi nacionalidad, y por eso no la acepto.
- A ti no te han impuesto nada; tu nacionalidad es la que es porque naciste donde naciste. Igual que eres alto porque has nacido así, no porque te lo haya impuesto nadie.

(…)

- ¿Te puedes creer que la única asignatura que suspendí fue el castellano ?
- ¿Cómo es posible?
- Pues que se me da fatal, porque a no ser que sea absolutamente necesario hablo siempre en catalán.
- Pues me parece tristísimo, la verdad.
- Es que mi lengua es el catalán. Es la que siento de verdad.
- Puedes sentirla todo lo que quieras, pero que no sepas bien el idioma mayoritario de tu país (porque sí, es tu país, por mucho que te duela), por una cuestión de patriotismo, pues qué quieres que te diga… lo veo muy poco práctico.
- En Cataluña todo el mundo habla catalán. No necesito saber español.
- o_O ¿Pe...pero tú te oyes? Sabes que existe más mundo ahí fuera, ¿no?

(…)

Pasados un par de días lo di por perdido. Si al menos tuviera labia para soltarme una explicación mínimamente racional, podría haber dado mi brazo a torcer, pero con unos argumentos tan idiotas y una mente tan cerrada, hacerle razonar era como enseñar a cantar a un cerdo: pierdes el tiempo y molestas al cerdo.

Por lo que sé de otras amistades que viven o han vivido en Cataluña, se ven menos cabezas cuadradas en el centro de las grandes ciudades que en los pueblos, donde existe gente que directamente no entiende ni papa de español. Es lamentable. Tienen la oportunidad de ser bilingües desde pequeños, y en lugar de tomarlo como una aportación cultural, rechazan la lengua “maligna y opresora”. Quieren ser libres, y al final se recluyen ellos mismos en su pequeño reducto, volviéndose inútiles más allá de la frontera. ¡Hay que ser cateto!

Una de las cuestiones del lenguaje que crispa a muchos es el tema de los estudios. Resulta que vivimos en España, donde el primer idioma oficial es el español, y se supone que tenemos libertad para movernos por todo el territorio nacional. Eso sí, si vas a estudiar a Cataluña debes saber catalán (que pa eso “son” su propio país), y si no, te jodes. Alguno podría pensar que es normal que tengan la costumbre de dar las clases en su lengua habitual, pero que si hay estudiantes de fuera, especialmente Erasmus, den el brazo a torcer y las den en un idioma que dominan a la perfección. Pues no. Según me han contado aquello es Esparta, así que o lo tomas o lo dejas; ¡Hablar en español, lo que les faltaba!
Sobra decir que quien dice carreras universitarias, también dice cursos, ciclos y colegios.

Como dato interesante, cabe apuntar que existen colegios ingleses, italianos o alemanes, pero no españoles. Eso son ganas de joder y lo demás es tontería.

Es incomprensible que teniendo una herencia cultural tan interesante como un idioma propio, se cieguen ante consignas de liberación, y haya quienes lo usen como arma y escudo.
Yo tengo unas ganas locas de conocer Barcelona; por lo que he visto y me han contado debe ser una ciudad fascinante, y quiero pensar que lo normal será que si voy allí y hablo en español me respondan igual, y más si ven que soy de fuera; que no lo tomarán como un ataque a su identidad sino como lo que es: un español hablando castellano en España. Tengo plena confianza en ello, pero cuando no pocas personas te cuentan que tuvieron que pedir ayuda para hacerse entender, porque un par de tozudos se cerraron en banda, o que hay catalanes que se quejan si en un comercio alguien les atiende en español, empiezo a perder un poco la fe. Vale que sean la excepción y no la norma, pero no entiendo cómo puede haber gente así. De verdad que no.

Estoy releyendo la entrada antes de publicarla, porque siendo un tema polémico auguro la presencia de más de un comentarista crispado. Creo que ha quedado clara mi postura, es decir: no critico a los independentistas o el hecho de que posean un idioma particular, sino los endebles y risorios argumentos que sostienen muchos para serlo, y el mal uso que se da a una lengua que debería enriquecer a una pequeña porción de los españoles, en lugar de servir para separarles de un porcentaje aún mayor.