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domingo, 31 de octubre de 2010

Mash up II

El año pasado publiqué una entrada sobre el fenómeno de los Mash up, que si bien no es nuevo, sí que se ha popularizado gracias a Youtube. Como conté entonces, un mash up es la mezcla de dos o más canciones en una sola, ya sea intercalando estrofas y estribillos, o combinando la letra de una con la base musical de otra. Con la democratización que proporciona internet para hacer aportaciones artísticas sin coste económico, se descubren cosas muy interesantes, como esta mezcla imposible (y magistral) de los éxitos de 2009, con un tema de los Black eyed peas como hilo conductor:



Es curioso cómo tratándose de música que no me suele llamar la atención por separado, al ponerla en conjunto me resulte atractiva. En cualquier caso prefiero las ocasiones en que se limitan sólo a dos canciones, como esta improbable unión de Pink Floyd con los Bee Gees, que contra todo pronóstico es perfecta. ¿Quién iba a pensar que el contenido político de "The Wall" casaría tan bien con los bailes de Tony Manero?



Claro que si innovas demasiado te salen cosas muy bizarras, como este tremendo WTF para el que no tengo palabras. ¿Qué cojones significa esto? XD




martes, 26 de octubre de 2010

Zanahoria para los ojos

Diálogo con mi primo pequeño; esa eterna fuente de inspiración para el blog:

- ¡¡Déjame la videoconsola!! ¡¡Porfaaa!! :(
- Que no Andrés, que ya has jugado mucho rato.
- ¡¡Joo!! ¿Y qué?
- Que te van a acabar doliendo los ojos.
- ¿Y qué?
- Pues que jugar tanto rato es malo para los ojos.
- Pues da igual, porque a mí me gusta la zanahoria cruda y también hervida.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- La zanahoria es buena pa la vista, así que si me duelen los ojos me como una y listo.
- Mmmm... No creo que eso sea suficiente.
- Bueno, pues entonces me como cuatro y así puedo jugar a la consola. Déjamela anda...

¿Cómo rebatir a una lógica así?



BONUS TRACK
(aportación personal de La Exorsister, de algo ocurrido días después):

Iba yo conduciendo y él detrás en su silla. Me propuso jugar a contar los coches de cada marca que veíamos. Yo le iba señalando: "Ahí hay un volkswagen", y él: "Sí, tiene la W..."
En estas dice:


- Menos mal que tomo mucha zanahoria
- ¿Y eso?
- Porque así veo mejor los coches.
- Ah claro, porque la zanahoria es buena para la vista...
- Si, y para los ojos.

XD

miércoles, 20 de octubre de 2010

Anonimato asegurado

Un amigo de la facultad, al que llamaremos Maybelline, trabaja dando charlas de educación sexual en los institutos. Trata de concienciar a los adolescentes para que no se la jueguen gratuitamente, y como un ejercicio de coherencia para con su mensaje, quiso ir a hacerse la prueba del Sida. No creía que lo tuviera, pero tampoco le costaba nada quedarse tranquilo.
Me comentó que había un sitio en el que te dan los resultados enseguida, evitándote la tensión de una espera de semanas que se haga eterna, y me preguntó si quería acompañarle para así no ir solo. Accedí y de paso me la hice yo, que nunca está de más.

Hace tiempo, cuando era donante habitual de sangre, recibía cada tres meses una carta con los resultados de una analítica completa. Era un gustazo saber que además del acto altruista, estaba siempre actualizado sobre lo sano que estaba. Hacía un año que no donaba, así que me pareció una buena idea apuntarme al plan.
Maybelline me dijo además, que el sitio trabajaba de forma completamente confidencial; que no te pedían datos más allá de un nombre, y que este obviamente podía ser ficticio. A mí me daba lo mismo, pero él quiso apuntarme como “Jorge”.

Llegamos, pasé, y me atendió un enfermero joven:

- Hola. ¿Cuál es tu nombre, para buscarte en la lista? Bueno… o el nombre que me quieras dar, que ya sabes que puedes decirme el que quieras…
- Soy Peibol, aunque creo que me apuntaron como Jorge. Jejeje
- Espera… ¿Peibol? Tú estabas en el colegio X, ¿verdad? ¡Me suena un montón tu cara!
- Jajajaja, sí.
- Es que desde que entraste sabía que te conocía de algo, pero en cuanto dijiste el nombre ya me quedó claro. ¡Me acuerdo de verte allí! Yo es que siempre me quedo con las caras. ¿sabes?
- Jejeje Pues me vas a matar, pero tú a mí no me suenas... ¿Cómo te llamas?
- Yo soy Fulanito.
- Jo, pues sigo sin caer. ¿Qué edad tienes?
- 28, ¿y tú?
- 24.

- Entonces estaba un par de cursos por encima; normal que no me recuerdes...
- Claro, es que con esos años de por medio, es normal que no me acuerde de “los mayores”. Supongo que en aquel entonces me centraba más en mi clase, y si acaso en los del curso anterior y posterior. ;)
- Ya ya… A quien sí puede que conozcas es a mi hermana Menganita.
- ¿Menganita? Esa sí me suena ¿En qué clase estaba?
- En la clase de Zutanita.
- ¡Ah sí! Zutanita; esa es la que tenía el pelo rizado y un piercing en la nariz, ¿no?
- Jajajaja. Exacto. Es ella


(...)

- Pues nada, quédate tranquilo que el resultado es negativo
- Ok. Estaba tranquilo, pero siempre es bueno hacerse la prueba de vez en cuando.
- Por supuesto, especialmente si estás inquieto.
- Yo en ese sentido tengo la conciencia tranquila, que soy el tío más obseso del mundo con las ETS. De hecho tengo una amiga que me llama exactamente así. Jejeje
- Lo mejor que haces, eres como yo entonces. Toma, llévate unos condones de regalo.
- Vaya, ¡gracias! ;)

(...)

- Pues ya te digo; tu hermana creo que sí sé quién es, pero contigo no caigo. Eso sí, seguro que si veo una foto tuya de entonces te reconozco, que para eso éramos cuatro gatos.
- Segurísimo. ;)
- Bueno, pues encantado de re-conocerte Fulanito. Ya nos veremos.
- Jajaja, venga, hasta luego Peibol.


Ya lo decía Maybelline: privacidad y anonimato al 100% ¬¬





jueves, 14 de octubre de 2010

24

Hoy cumplo 24 y estoy encantado de la vida, así que no hay cabida para los derrotismos propios de los cumpleaños. Eso sí, cuando lleguen los 25 auguro un shock mortal.

Antes de ir a clase (estoy de tarde) me iré a comer con unos amigos, y a la salida haré más vida social yéndome a comer con otra. Me espera un gran día, así que a falta de algo más qué añadir, sólo dire que:
"I´m walking on sunshine…. (woooooahh!) , I´m walking on sunshine… (woooooahh!), and don´t it feel god! Hey!"





lunes, 11 de octubre de 2010

El flagelamiento anual

En el último mes he ido dos veces a misa por compromiso. La primera vez llegué justo cuando había empezado el sermón, así que me senté en uno de los últimos bancos en lugar de buscar a algún conocido. Nada más hacerlo, escuché cómo el cura decía lo siguiente:

- "… porque si un pastor tiene 100 OVEJAS y pierde una, no se queda con las 99, sino que va detrás de esa oveja para reunirla con las demás. Eso es lo que hace el señor: ir detrás de la oveja descarriada, del pecador, en lugar de conformarse con quienes ya ha acogido en su seno. Por eso en el cielo hay más gloria entre los ángeles cuando el señor consigue llegar a un pecador, evitando que viva al margen de la sociedad y así salvarlo."
Estupendo: voy a una historia religiosa sin ganas, y me mandan puyitas de que soy un indecente recurriendo al eufemismo de las ovejas. ¿Quién le habrá dado la dirección de mi blog?

El caso es que en ambas ocasiones se trataba de misas “de aniversario” (no sé si existe un término para eso), es decir, el acto que se celebra en nombre de alguien, un año (o varios) después de su muerte. A primera vista suena bonito, pues no deja de ser un homenaje, pero más allá de la primera vista lo veo absurdo. Me explico:

Como la sociedad es la que es, y ante un fallecimiento hay que comerse actos católicos impersonales, uno se resigna y pasa por el aro. Bien. Una vez pasado el velatorio, la misa y el entierro, ¿qué sentido tiene seguir con la parafernalia? Es decir, ¿no es acaso reiterativo? Es como si alguien celebrase un cumpleaños, y a la semana volviera a reunir a todo el mundo para recordar que es un año mayor... para volver hacerlo al mes, y a los tres meses, y de nuevo un poco más adelante. Los amigos de esa persona acabarían pasando de él por cansino, porque no estaría aportando nada nuevo, y sobre todo porque no se sentirían en la obligación de acudir a las nuevas “fiestas”.

Es muy jodido pasar por los momentos posteriores a una muerte, teniendo que mantener el tipo y “recibir” a los demás para que te den ánimos, cuando lo único que quieres es meterte en casa y olvidarte del mundo. Luego viene el funeral, que supone aceptar la realidad que no terminamos de creernos, pero no es hasta pasado un tiempo, al evidenciarse la ausencia de esa persona, cuando de verdad nos hacemos conscientes de la pérdida.
Con el tiempo todo vuelve a su sitio, de modo que no entiendo la imposición de revivir una y otra vez el funeral. ¿No es acaso regodearse en la tristeza? ¿Acaso llorar las penas en casa no es suficiente, y por eso tenemos que poner a los demás en el compromiso de llorarlas con nosotros en público? ¿No nos conformamos con que lo hayan hecho en su momento, y por eso les seguimos “animando” a hacerlo año tras año? ¡Qué engorro!

Por otro lado, cuantas más misas se celebran más significado pierden, pues se convierten en un mero trámite, y menos gente acude a las mismas. Al final serán únicamente los familiares más cercanos quienes sigan sometiéndose a esa pequeña tortura. ¿Para qué insistir entonces? Si se trata de recordar a alguien, ¿no es mejor hacerlo en la intimidad?

Tengo una amiga cuya familia se reúne en el día en que su hermano fallecido cumpliría años. Eso sí me parece una forma adecuada y bonita de recordarle; es una forma de decir “no te olvidamos”, sin necesidad de poner a nadie en un compromiso, ni pasar por el mal trago de lo institucional. Si siguieran convocando misas después de todos estos años se encontrarían solos en la iglesia. ¿Es necesario pasar por algo así? ¿No es acaso más triste?

Lo más absurdo es que esas misas ni siquiera tienen que ver con el difunto, sino que se suelta la misma perorata de siempre sobre magia e imposibles, para luego añadir una lista de nombres al final. Como cuando los locutores de radio, previa petición de terceros, dedican una canción a varios oyentes.

Se da además otro elemento a tener en cuenta: si se hacen varias en el primer año, y luego una cada doce meses, ¿cuándo hay que parar? ¿A los tres años? ¿A los cinco? ¿Veinticinco años quizás? Digo yo que cuando empiezas la rutina, luego sentirás que si paras de hacerlo al par de años, será una falta de respeto o aprecio… ¿no? ¿Acaso hacerla dos años supone alguna diferencia con hacerlo cuatro o ninguno? Será que mi nula espiritualidad me impide comprender estos rituales de flagelamiento, pero lo veo un engorro para todas las partes: La familia protagonista "no pasa página" porque se ve moralmente obligada a no dejar de hacerlo nunca, y los “invitados” sólo van para no quedar mal.

El día que muera me gustaría que me recordasen por haber dejado huella, o porque aparezco en el pensamiento de los demás en cualquier momento, pero no porque reciban una llamada anual instándoles a acudir a la iglesia para escuchar que Dios es la polla. Eso no tiene ningún sentido, y lo veo una falta de respeto hacia la memoria de cualquiera.

lunes, 4 de octubre de 2010

Escoria descerebrada

Anoche iba por Santa Cruz de camino a un sitio, y tuve que lidiar con cuatro despojos sociales con retraso mental profundo: cuatro quinquis (canis). Estaba caminando por el puente Galcerán, que como sabrán los de aquí es muy estrecho, y si te toca delante una vieja lenta o un grupo numeroso, te va a tocar comértelos con toda probabilidad y aminorar el ritmo, porque la alternativa es ir por la carretera y que te atropellen.

En esas estaba cuando sentí que varios pares de pies me pisaban los talones, sin respetar lo que se podría llamar la distancia de seguridad, así que miré hacia atrás, y me hice a un lado para que pasaran; no tenía prisa y estaba claro que ellos cinco sí, así que no encontraba motivo para no hacerlo. Se pararon en seco. No entendí nada, así que seguí caminando… y de nuevo volví a sentir que los tenía detrás acechando; en estas se puso uno a mi lado para usar un viejo truco para robar:

- Pibe, ¿tienes un cigarro?
- No, no fumo
(y si fumara tampoco te lo daría, parásito)

Digo viejo truco, porque tratándose de la morralla que eran, todos sabemos que era el pretexto para que me distrajera sacando algo del bolsillo y alguno de ellos me intentara robar algo, como cuando te piden “un euro”. ¡Nadie quiere UN euro! ¡Quieren tu cartera cuando lo estés buscando!

Seguí andando y se pusieron delante a cortarme el paso. Yo caminaba hacia un lado y ellos lo hacían hacia el mismo, cambiaba de dirección y descojonados giraban para al otro lado, y yo sin entender nada… es decir… ¿qué función tenía? ¿Se supone que eso es divertido? Si me querían robar o hacer algo, que lo hubieran dejado claro directamente, pero… ¿cortarme el paso "disimuladamente" para echarse unas risas? ¿En serio les resulta divertido? Hasta mi primo pequeño pasa de hacer subnormaladas así. ¿Dónde está la supuesta gracia?

No escribo este correo desde la rabia, porque me dieron más pena que otra cosa. Tardé un rato en comprender que no es que fueran torpes (a todos nos ha pasado que intentando facilitarle el paso a alguien, acabamos yendo instintivamente en la misma dirección), sino que de verdad se habían propuesto tocar los cojones… por tocar los cojones. Sin más propósito ni explicación. ¡Y se lo pasaban bomba haciéndolo! Qué tristeza…

El colofón vino cuando mientras yo seguía a lo mío hablando por teléfono, se agacharon todos a la vez para “atarse los cordones”, haciéndome bajar de la acera y rodearlos, sintiéndose los reyes del mundo por su tremenda muestra de ingenio humorístico. En serio, qué lástima más grande y qué ausencia de masa gris más preocupante.

Lo peor es que ahora son "sólo" niñatos envalentonados por ir en grupo y de noche, que se divierten intimidando al personal, pero en unos años serán los inútiles, comemierdas y energúmenos con los que habrá que lidiar en el día a día; quienes montarán un espectáculo en cualquier cola, los que tratarán a sus hijos al trancazo y se jactarán de su ignorancia, por ser lo único de lo que puedan presumir. Pero sobre todo, serán quienes pronto se cansarán de pasar el rato de una forma tan "inocente", y buscarán la diversión en cosas más atrevidas, como quemar contenedores, ser raterillos de poca monta, o violar adolescentes entre varios colegas. Llámenme exagerado, pero tampoco creo que esté diciendo nada descabellado.

De verdad... con lo sencillo que sería que se mataran todos en accidentes, no sé qué necesidad hay de aguantarlos. Hasta sus madres desearían haberlos abortado, no aportan nada positivo y está claro que nadie les echaría de menos. ¿Dónde está el karma cuando el mundo lo necesita?


(Vean el vídeo, es escalofriante)




sábado, 2 de octubre de 2010

¡Más madera!

El final de septiembre marca el comienzo del gran mes de celebraciones familiares, y por ende de mucho gasto, pues parece que todos nos pusimos de acuerdo para nacer en la misma época. La semana pasada La Exorsister cumplió años, ayer lo hizo mi prima, y en breve caeremos mi madre, dos tíos, mi abuela y yo (además de 4 amigos cercanos). Octubre es una ruina.

Ayer salimos a cenar por los 30 de mi prima y, por supuesto, hubo componente sorpresa. Yo de verdad no me puedo creer cómo no se olía nada, tratándose de una fecha tan redonda, celebrándolo donde hemos hecho ya tres cumpleaños sorpresa, y teniendo el de mi abuelo tan reciente. Pues nada, ni por esas; está claro que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Ella tenía la espinita de que por los 30 le hubiera gustado invitar a cenar a su familia y amigos más cercanos, pero que no podía ser por falta de perras. En teoría iba a quedar sólo con los de su casa y su novio, y cuando llegó al sitio… ¡Tachán! Estábamos el resto de la familia y sus mejores amigos.

Como nos gusta hacer sufrir a base de bien, conseguimos que pasara de esto:

A esto:

Somos buenos, ¿eh?

En otro orden de cosas, sigo encantado de la vida con mis clases. Están empezando a intensificar el ritmo, y nos mandan muchos trabajos y pequeños exámenes, la mayoría orales, pero cuando a uno le gusta lo que estudia, lo hace a gusto. En breve me voy de chuletada con la gente de clase, y por lo que tengo entendido, el año que viene nos vamos todos a Madrid a una serie de actos relacionados con los nuevos estudios. La vida me sonríe.


A la espera de entradas con más sustancia (sé que lo que queréis es que eche espuma por la boca con algún tema, que os conozco XD), cierro el post con un vídeo que me encanta y no me canso de ver nunca, y que por alguna razón me transmite mucha paz. Es todo un regalo visual para los enamorados del arte, y algunas transiciones están tan bien hechas, que parece que fuera una sola mujer quien va viendo los siglos pasar, mientras posa para distintos retratistas. ¡Disfrútenlo!