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domingo, 14 de octubre de 2007

¡Cumpleaños feliz!

Hoy soy oficialmente mayor de edad en todos lados (21 añitos), aunque eso no cambia mi vida más allá del bajón que pueda darme en algún momento puntual, al pensar que la cuenta atrás hacia los 30 ha empezado. Es curioso cómo cuando somos pequeños nos ponemos un año más aunque falten meses para que llegue el día en que realmente cumplamos, y ahora apuremos hasta el último día para no afrontar la realidad de que, efectivamente, tenemos esa edad.

Recuerdo que mi primera pequeña crisis al respecto la tuve al cumplir los 18 (¿cómo iba a tener 18 años? ¡Era de locos!), los 19 me ofrecieron una tregua, y a los 20 volvieron a trastocárseme los esquemas. En cualquier caso estoy encantado de tener esta edad, y no me desconsuela pensar en la adolescencia o la niñez, aunque a veces pueda recordarlas con cariño y nostalgia.

A mucha gente le extraña que yo no celebre cumpleaños multitudinarios, en los que reunir a personas que ni se conocen ni tienen interés en hacerlo, y que van a estar incómodas y me van a hacer sentir incómodo a mi; prefiero ser más práctico y quedar cada año con una persona o un grupo diferente, porque en realidad me lo paso mejor que con una multitud impersonal.

Cuando era pequeño si que celebraba fiestas con muchos invitados de lo más divertidas. Intentaba que cada año fuera original y distinto al anterior, y hubo un par de ellos que recordaré siempre. Además de fiestas en casa con visionado de la peli Disney de turno, para luego acabar jugando en la plaza, están “los memorables”, como cuando cumplí los 9 años que fui con una manada de amigos a la antigua plaza de toros, reconvertida en parque infantil donde se celebraban cumpleaños; camas elásticas, juegos, recreativos, atracciones, comida, tarta….debió ser una dejada de perras importante, pero lo recordaré siempre. Cuando cumplí los 13 me fui con dos amigos en el barco de mi padre hasta la playa de Antequera. Se supone que íbamos a ser seis, hizo mal tiempo y uno de ellos mareó. Para colmo estaba el entonces novio de mi tía (ahora su marido), cuya presencia no me hacía demasiada gracia (¡joder!, era mi cumpleaños, ¿qué pintaba ese desconocido allí?), aún así, me gustó mucho porque fue diferente. Al año siguiente hice un cambio total de estilo y llevé a toda mi clase de chuletada al monte. Creo que esa fue mi última celebración multitudinaria.

Otro cumpleaños que recuerdo con gran nitidez fue uno de los que celebré conjuntamente con mi hermana (cumplimos con 2 semanas de diferencia, así que nuestros padres a veces eran prácticos y hacían un 2x1). Fue en el enorme garaje de la casa de mi abuela, y lo recuerdo porque cuando trajeron las dos tartas todo el mundo quiso comer de la mía (chocolate), y la de mi hermana (limón) se quedó apenas sin tocar. Recuerdo ver la cara de mi hermana en ese momento, y en un intento de que no se notara tanto la descompensación, no probé la mía y me mande yo solito casi la mitad de la suya. Fue un acto bonito, pero todavía me duele la barriga cuando lo pienso.

Los cumpleaños son algo que nunca debería dejar de celebrarse, sea del modo que sea; son un día especial, nuestro día en el año, y que seamos mayores, o que hayamos vivido tantos que ya nos parezcan todos iguales, no debería ser excusa para dejar de hacer algo especial y diferente ese día.

Sean cuando sean… ¡Feliz cumpleaños a todo el mundo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tuve un desafortunado mal entendido con el calendario de mi agenda del telefono, y es que me sono una alarma a las diez de la mañana poniendo cumpleaños de pablo, pero claro pense, si fuera su cumpleaños me lo hubiera dicho y seguro me hubiera inviado...asi que pense que era del otro pablo que conozco...pero claro leyendo esto ahora me doy cuenta de que no te felicite, pero de forma inintencionada, es decir que si hubira sabido que era el tuyo seguro te hubira llamado, aunque aun este media mosca por tu planton no intecionado, pero en fin...felicidades y siento no haberte llamado para felicitarte en si. queda asi zanjado nuestro no cabreo????
Mery

Peibol dijo...

Por supuesto que está zanjado, no te lo recordé porque creía que seguías mosqueada, y no sabía si no me habías respondido por eso, o porque por alguna razón se te habá trastocado el día, que era lo más probable, y tal y como leo, lo que realmente ocurrió.

¡Nené! Yo no estoy cabreado contigo, de verdad que fue un malentendido tonto y no quise hacerte un feo, sino curarme en salud y evitarles a los dos el catarro que, sin embargo, le contagié a Davinia ese mismo día, que pasó por mi casa de sorpresa.

En fin...vuelve a mi, ¡oh mi más ferviente admiradora! XD

Un beso

Anónimo dijo...

Felicidades en este domingo de cumpleaños (que no es el del post precisamente) :D

(El diablo viajando en el tiempo)