Ayer estaba en el club náutico y me encontré un móvil en el suelo; estaba en una esquina apartada, era oscuro y se confundía con la colchoneta que había detrás. Podría habérmelo llevado y así tenerlo de reserva para cuando se me ofreciera, pero no lo hice, y es que ser honrado es una putada y la premisa fundamental para no lucrarse fácilmente.
Pregunté a la gente que estaba cerca si pertenecía a alguien, y ante la negativa general, me propuse investigar la agenda y los mensajes; telefonearía a la persona adecuada, le comunicaría que había encontrado el teléfono, y veríamos cómo hacíamos para devolvérselo. Llamé infructuosamente a varios contactos hasta que atiné a marcar el número de su casa, teniendo luego que entenderme con una anciana sorda, que acabó diciéndome el nombre de la dueña: su hija.
Determiné subir a la recepción a llamarla por megafonía, para que fuera a buscarlo. Imaginé que me lo agradecería, soltaría alguna jocosa frase alusiva a su falta de cabeza, y se despediría con una sonrisa de oreja a oreja. Lo normal en estos casos...
Hace unos años, también allí, me encontré una cartera llena de dinero, tanto que invitaba al más moralista a pasarse por el forro sus principios éticos. Como en el caso del teléfono, preferí entregárselo en mano al despistado dueño, porque los cachocarnes de recepción me inspiran menos confianza que un señor con gabardina ofreciendo caramelos a la puerta de un colegio. Lo llamé por megafonía, vino, me dio las gracias mil veces, estuvo a punto de pedirme que le hiciera un hijo, y como era tarde y me había quedado bastante rato esperándole, me dio dinero para que cogiera un taxi.
El año pasado di con dos carpetas escolares en la universidad; la primera pertenecía a una chica que agradeció mucho que me hubiera molestado en localizarla. En el segundo caso me llevé un chasco muy grande: Su propietario me vio apuntando en un papel su móvil y dirección, que figuraban en una pegatina, y una vez le expliqué con una sonrisa de alivio que pensaba que había perdido el archivador, y por eso apuntaba sus datos; me escaneó con desconfianza y se fue de allí con sus cosas. En esos momentos uno se pregunta si compensa ser honrado.
En esta maraña retrospectiva me encontraba, cuando de repente una mujer comenzó a explorar los alrededores, informando a su amigo de que no encontraba el móvil. Era mi momento de actuar; me aseguraría de que se trataba de quien yo creía, se lo daría, me quitaría la tensión de encima, e imaginé que me dedicaría unas palabras amables. Todo ocurrió según lo previsto salvo por lo último, pues lo tomó, y sin mediar palabra, enseguida se alejó para atender una llamada entrante.
¿Será posible? ¿Para esto me molesto yo en recogerlo y averiguar de quién es, en lugar de dejarlo en recepción y que lo robaran o robarlo yo mismo? ¡Hay que joderse! ¡Si es que se le quitan a uno las ganas de hacer actos altruistas! Por cierto… ¡qué buena idea para una entrada!…
Mientras mi paja mental crecía exponencialmente, la mujer volvió, se disculpó por haberse ido dejándome con la palabra en la boca, me dio las gracias efusivamente, intercambiamos un par de frases amistosas, y nos despedimos con una sonrisa, dejándome satisfecho por saber que había obrado bien, pero habiéndome estropeado una perfecta entrada de crítica en la que despotricaría contra ella. ¡Maldita sea!
9 comentarios:
Hombre, se supone que la recompensa no forma parte de la buena acción.
Pero vamos, que parafraseando a Mafalda, la vida debería parecerse de vez en cuando un poco a la publicidad y menos a la vida.
Yo cuando estuve en la recepción de un hotel currando me pasó lo mismo, tanto con un movil como con una cartera... pero yo no fui tan bueno, los escondí para quedármelos, pero en los dos casos tuve que devolverlos, con el dinero xk un señor me vio recoger la riñonera de una mesa y dijo al dueño cuando preguntaba en el mostrador"que uno de los chicos de recepción la había recogido" y el móvil pasó algo parecido, éste tuve que devolverlo a las 3 de la mañana xk me llamó el del turno de noche diciendo que lo pasaban a buscar a las 7 xk se largaban... en mi actual curro vino una señora diciendo que había perdido un sobre con 900 euros, le dije que no habían traido nada (y era verdad) pero tardé nada en salir de mi departamento a dar vueltas a ver si lo encontraba xD 0% altruista :D
Dios, si hubiera sido yo se me hubiera caído luego la cara de verguenza, porque según se aleja la tía le habría soltado algún improperio (coño, improperio; que fino estoy hoy).
Moraleja: hay que tener un poco de autocontrol XD
A ángel:
Cierto, no forma parte, y no lo hago por la recompensa, pero oye, ¡qué menos que un gracias! ¿no?
A el sombrero loco:
¡Qué poco fundamento! XD
A el zorroloco:
Si, hay que tenerlo...y menos mal que lo tuve ;)
Saludos a todos
La gente hoy en dia no se espera que seas altruista, cuando pierden algo dicen, ya esta, ya no lo recupero, porque cada vez queda menos gente que piense en el progimo mas que en si mismo. Yo una vez cuando era pequeña y aun estaban las pesetas, fui a comprar jamon y queso a la tienda nueva del barrio, lo compre, pague, me devolvio y me fui. Cuando llegue a mi casa me percate que tenia mucho dinero en la mano porque la tipa en vez de darme una moneda de 100 pesetas me habia dado una de 500. SE habia equivocado en el cambio. Pues yo fui toda feliz a devolverle su moneda de 500 pesetas, cuando entre por la puerta y se lo dije la señora se quedo muda mirando la moneda de 500 pesetas. Nose si fue que no se lo creia o que verdaderamente yo me equivoque.
Mery
Jajaja, no me esperaba el final, la verdad. Más que nada porque cuando se van sin decirte nada, esas personas no suelen volver.
Tu, sin embargo, te encontraste con la excepción...xD
Yo este verano me encontré en un parque, junto a mis primos, 540 euros. Y estuvimos tooooda la mañana (a pesar de que mis primos insitían en irse)dándo vueltas por el parque y esperando a que alguien pasara buscando algo por allí.
Pero no pasó nadie. Y, al igual que tu, no iba a dejárselo a la mujer del kiosco, que menuda mujer! Como para fiarse de ella!
Así que nos largamos para casa con una bolsa enorme de chucherías que habíamos comprado antes de encontrarnos el dinero, y con mucho más dinero del que llevábamos a la salida de casa.
Pero estuve todo el fin de semana con cargo de conciencia pensando en que podría haber hecho alguna cosa más...
Es lo que tenemos las personas honradas.
Saludos, y encantada de pasar por tu blog,
Sara.
P.D.: Por cierto, pondré un enlace a tu blog. xD
A Mery:
Si, es muy triste; de hecho, cuando yo he devuelto algo de valor, suelen mirarme con expresión incrédula...
A Sara López:
Si me encontrara un fajo de dinero y no tuviera forma de saber de quién es, no habría cargo de conciencia, porque sé que llevarlo a la policía sería pagarles una cena en un restaruante caro, y pa eso me doy yo el lujo XD
Saludos
Pues yo estaba en Madrid con mi prima un sábado de fiesta esperando a que un grupo de tíos acabaran en el cajero para sacar pasta. Y cuando me acerco veo que de tan pedo que iban se habían olvidado de coger el dinero, 50 euros. Salimos corriendo detrás de ellos, que ya estaban casi al final de la calle, y se los devolvimos.
Que pena que ví que ellos sacaban el dinero..., nos hubieran venido muy bien.
¿Verdad que ser honrado es un asco? XD
Yo tampoco habría disfrutado del dinero si les hubiera visto sacándolo; eso sí, si el billete está ahí abandonado y no parece ser de nadie... ahí no hay delito :p
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