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sábado, 10 de octubre de 2009

Abuela

Hace unos días murió mi abuela y aún no me lo creo. No estaba enferma y nos hemos quedado todos en shock; hemos recibido una bofetada enorme para la que nadie nos había preparado, y aunque hemos llorado todo lo que teníamos dentro y más, sé que no será hasta pasado un tiempo cuando de verdad lo asimilemos. Estoy escribiendo y me parece como si estuviera relatando algo ficticio. ¿Cómo va a haberse ido sin más?

Nos dejó del mismo modo en que vivió; discretamente y sin molestar. Era una mujer “de las de antes”, con un arraigado sentido de la unidad familiar, una poderosa fe religiosa y el temor de su época al “qué dirán”; pero por encima de todo eso, era una persona cuya mayor preocupación fue siempre la de ayudar y servir a los demás. Lo llevaba dentro.
Buscaba el concilio ante cualquier tensión, tratando de mantener la armonía por encima de todas las cosas, y ofrecía cuanto estuviera en sus manos para hacer más agradable la existencia de quienes le rodeábamos. Lo curioso es que en su entrega siempre discriminaba a alguien que merecía tantas o más atenciones: ella misma.
En su velatorio pudimos comprobar lo querida que era, pues la afluencia de personas cercanas sobrepasaba los parámetros normales; ese día no había más fallecidos en el tanatorio, y sólo con nuestra gente parecía que estuvieran todas las salas llenas. Además, en cuanto se supo la noticia vinieron en peso todos sus conocidos y familiares de la isla vecina. Está claro que ha sido una pérdida con mayúsculas para muchísima gente.
Ayer, tras pasar uno de los peores ratos de mi vida en el funeral, nos dirigimos todos a su casa para que mi abuelo no estuviera solo, y fue entonces cuando empecé a darme cuenta de cómo iban a ser a partir de ahora las cosas; era rarísimo estar todos a la mesa con su silla vacía, sin ella inquieta por asegurarse de que todos estuviéramos comiendo bien, y los demás “obligándole” a estarse relajada y disfrutar del almuerzo. No volveremos a ver cómo al meter la pata se lleva las manos a la cabeza y sonríe tímidamente, ni esos maravillosos momentos en los que se contagiaba de la risa ajena y acababa riendo a carcajadas sin saber por qué; no disfrutaremos de su inocencia infantil y sus ataques de espontaneidad, y sobre todo, nunca más podremos escuchar su voz amable ni recibir muestras de su cariño.

Se ha marchado antes de tiempo sumiéndonos en la tristeza y el desamparo, pero nos ha dejado a todos la mejor herencia imaginable: su recuerdo eterno.

Te quiero mucho abuela.

18 comentarios:

LaNiña dijo...

Sabes... al leer esto... no sé he sentido muchísimo más la muerte de tu abuela, persona a la que no conozco, que la de mi abuelo.

A diferencia de la tuya, mi abuelo siempre había pertenecido a la clase de peores personas que te podías encontrar. Y a pesar de que conmigo siempre se portó bien, sus actos pasados con los demás pudieron más que el leve cariño que me profesaba.

Tus palabras me han dado ganas de llorar. Lo único que te puede decir es que lo siento y espero que tanto tú como tu familia os apoyéis y lo superéis juntos ;)

Un grangrangran abrazo :)

Cristina dijo...

Lo siento mucho. Un abrazo.

Nils dijo...

lo siento mucho. Son momentos difíciles, pero tu abuela no se va mientras siga en tus recuerdos. Un abrazo

El Zorrocloco dijo...

Dios, Pablo, lo siento tantísimo... No me quiero imaginar lo que debes haber pasado. Por muy mayores que sean los abuelos de uno, o aunque hayan estado achacosos, llevan ahí toda la vida y uno no se la imagina sin ellos (no sé si te estoy ayudando o hurgando en la llaga, lo quiero decir es que te entiendo).

Pero como dices, queda el recuerdo, su voz, su risa, los pequeños gestos... Eso te lo llevarás tú a la tumba. Tenía ojos de buena persona. Un abrazo muy grande, Peter Pan.

La exorsister dijo...

:`(

Siempre seguirá con nosotros.

Peter Pan dijo...

Te doy mi pesame. Lo siento mucho. Mucho animo y un abrazo!

Superpatata dijo...

Lo siento mucho Peibol.
Mucho ánimo y un abrazo muy fuerte.

Anónimo dijo...

...y una sensación de vació se apodera de nuestros corazones.. en la casa donde su presencia le daba orden a las cosas, parece que falta algo, parece que nadie controla lo que toca hacer en cada momento.
Cuando no se está, no se es y cuando no se es, no se sufre, no se extraña, no se siente dolor. Eso nos toca a los que nos quedamos aqui cuando alguien se va.
Nadie se marcha del todo porque todos los que vivimos cerca conservamos algunos de sus gestos, de sus frases, de sus pensamientos, y los hemos hecho nuestros manteniendo su legado como parte de nuestro propio ser.
Ánimo y mantén vivo algo de tu abuela. El resto de tu familia te lo agradecerá porque su vacío será un poco mas pequeño. Un fuerte abrazo

Lillu dijo...

Lo siento mucho. Hace ahora exactamente un año yo perdí a mi última abuela. Se va con ellos un trocito de nosotros.

Saluditos y ánimo.

peibol dijo...

Muchas gracias a todos, de verdad. Estoy más que de acuerdo con la tónica general que habeis planteado: Mientras la recordemos no se irá nunca. Ahora sólo es cuestión de apoyo y tiempo...

Un par de incisos para LaNiña (1), El Zorrocloco (2), Anónimo (3) y Lillu (4):

1 - Siento que no hayas podido disfrutar de tu abuelo; está claro que la familia es la que hacemos nosotros mismos, al margen de quien venga impuesto genéticamente. :(

2 - Lo era Zorrocloco; era todo bondad.

3 - ¡Es precioso lo que has escrito! Tanto en contenido como en forma; me has sorprendido mucho. Me gustaría destacar que es lo que más me ha gustado, pero es que cada frase supera a la anterior, y a la vez es superada por otra. Gracias, me ha encantado.

4 - Totalmente de acuerdo; es como si me hubieran arrancado un pedacito.


Saludos

Fran dijo...

Siempre en estos casos pienso que nuestros mayoree se llavan con ellos parte de lo que somos. Suelo pensar si aprendimos lo suficiente de ellos, de tamtas historias que nos pueden contar y de las que aprender. Siento tu pérdida Pablo. Un abrazo en la distancia

Edamal dijo...

Lo siento mucho, es muy triste cuando se van las personas que quieres y más si ni siquiera están enfermas y no te has hecho a la idea. Nunca la olvidarás, te lo digo porque yo no he olvidado a mis abuelos, pero con el tiempo las cosas no duelen y además siempre te quedarán los recuerdos vividos y las cosas que aprendiste de ella. Ánimo y un beso muy fuerte.

Ana

JuanRa Diablo dijo...

Ten por seguro que ese vacío que ahora sientes, el tiempo se encargará de llenarlo de todos esos recuerdos que vivisteis juntos. Y siempre estará muy presente en tu vida.

Te envío un fuerte abrazo y mis condolencias para tí y tu familia.

Perradesatan dijo...

vaya, lo siento...
casi es mejor que las personas se vayan así, de repente, aunque bueno, lo mejor es que no se vayan. Pero ver sufrir a un ser querido, y sobre todo recordarle así, es lo peor que le puede pasar a alguien.
Un texto muy conmovedor, cargado de amor... esa fuerza tan grande que te da el amor a la persona querida es la que te ayudará a pasar estos momentos.

peibol dijo...

Fran:
A mí me quedará esa espinita clavada; ¿realmente supe sacar todas las enseñanzas posibles de mi abuela? Al fin y al cabo son testigos vivos de la historia. :o

Edamal y JuanRa Diablo:
Eso creo yo; pasado un tiempo la recordaré (y mucho) con más cariño que tristeza, y será maravilloso. :)

Bea:
Gracias. Yo también creo que en el fondo es mejor no comerse la agonía de alguien, pero no deja de ser una mierda que alguien desaparezca de tu vida así, sin más. De un modo u otro es muy triste. :(

Muchas gracias a todos por las palabras de ánimo. Un abrazo

B dijo...

Un abrazo fuerte.

Catalina dijo...

Lo siento mucho.

Un beso
Cata

peibol dijo...

Gracias...