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sábado, 25 de octubre de 2008

¡Vieja de los cojones!


Sé que no está bien, no es ético ni está bien visto, no debería y sin embargo lo hago; y es que no puedo evitar pensar, y vociferar en alto cuando la ocasión lo requiere, que ODIO A LA PUTA VIEJA DEL PISO DE ENCIMA.
¡¡LA O-D-I-O!!

Está todo el maldito día rodando muebles y dando taponazos. TODO EL DÍA: desde antes del amanecer hasta bien entrada la noche; no pasa más de diez minutos sin hacer ruidos molestos, ni quince sin dar golpes de tal intensidad que vibre toda la casa. Estoy hasta los huevos de ella, y sé que el día que le pase algo me sentiré culpable por haberle dedicado tantas blasfemias, pero... ¡Joder! ¡Que se mande a mudar de una puñetera vez! No digo que se muera, que tampoco es cuestión, pero sí que le toque la lotería, la acojan sus hijos en casa, le corten las piernas, o la metan en una residencia... lo que sea, pero que se largue ya coño.
El piso en el que vivo ha estado ocupado por mi familia desde hace cuatro décadas, de modo que siempre ha habido miembros del clan, para atestiguar que en toda una vida la maleducada de arriba no ha dejado de dar el coñazo ni un solo día.


Hace unos meses murió su marido, y pensé que estando ella sola los ruidos disminuirían, pero ¡qué va!; o el fantasma del marido se quedó arrastrando las cadenas entre esas cuatro paredes, o mitiga su dolor tirando muebles al suelo. Si no, no lo entiendo.
Cuando me he puesto a dar escobazos al techo, he puesto la música a todo volumen o he querido subir a plantarle la mosca, enseguida me han reprendido bajo el pretexto de que la pobre es una mujer mayor, y que a estas alturas no la vamos a cambiar. ¡Y una mierda! Mayor es ahora, pero no hace cuarenta años, que era igual de malcriada y escandalosa. Encima la muy zorra tiene la poca decencia de ser insoportablemente amable, agradable y cariñosa, para que a nadie le salga natural darle dos gritos y un bofetón. El otro día sin ir más lejos, subí a aporrear su puerta a las tres de la mañana por estar paseándose en tacones, y al final la muy puta consiguió que acabara despidiéndome con una sonrisa. ¿Cómo lo consigue?

Un día acabaré haciendo una locura, y con razón, pero el sistema judicial dictaminará que el agotamiento de la paciencia no es un motivo reconocido para el genocidio. ¡Malditas leyes!




10 comentarios:

El Zorrocloco dijo...

Peibol, estás lleno de odio! Me gusta! XD

Anónimo dijo...

Pues a mis vecinos ni se les oye, me da un poco de miedo porque no es natural, en un edificio lleno de gente se deben escuchar ruidos típicos de gente viviendo. A veces pienso que son fantasmas los que habitan los apartamentos que lindan con mi casa.
Saludetes

peibol dijo...

A el zorroloco:

Jajajaja, gracias por apreciar este punto de maldad, pero...¿no debería preocuparme?

A oliver: ¡Qué envidia! ¿Nos intercambiamos las casas?

Irrer Hutmacher dijo...

Yo hace un tiempo tambien escribí sobre mis vecinos, y no mejoran, el otro día el mismisimo presidnete de la comunidad (alias el ronkidos) taladraba a las 23.45 de la noche... yo le hubiese pegado dos tiros... a ver si me toca una primitiva y me hago una chalete con varios metros de distancia de las otras casas...
Que suerte tiene Oliver...

Anónimo dijo...

Yo hace tìempo deje de compadecerme de las personas mayores por el hecho de ser personas mayores, porque son humanos y tienen cabeza corazon, piel y todo lo que tenemos los demas, solo que con mas años. Dia tras dia veo pasar viejitos por aqui que por ser mayores te hacen ver que ellos tienen la razon y tu debes servirlos. No me parece nada bien y lo rehibindico, no por ser mayor y achacoso debemos hacertelo todo. Esta bien cederles el asiento cuando los ves que los pobres no se tienen en pie, pero cuando entra una mujer mayor en la guagua y te mira mal porque no le dejas tu asiento, te dan ganas de decirle: pero señora no me extraña que le duelan los pies, si es que esos tacones no me los pongo ni yo!!!!
Se que hay que tener paciencia con ellos pero hay un punto en el que no puedes mas y cuando les repites las cosas 20 veces y aun asi no lo pillan....en fin. Que si tienes que decirle cuatro cosas a la de arriba se lo dices, que ella tambien fue joven una vez y no es boba.

Mery

Anónimo dijo...

jajajajaa ai madre péibol, para un ratito que tengo para pasarme me das estos sustos! ... perdone que no hablemos como antes, no tengo el tiempo que quisiera. Prometo ponerme al día en mis lecturas ;)

Anónimo dijo...

Es vieja para echarle broncas pero no para rodar muebles. Anda ya!
Yo le llevaría galletitas envenenadas. Resultaría ser la misma técnica que utiliza ella contigo. Por delante es amable y cariñosa. Por detrás te la mete doblada.

peibol dijo...

A El Sombrerero Loco:
Yo porque la cabrona esta me ablanda, que si no fuera así y me viera en tu situación, se la armaría bien (¿se usa esa expresión fuera de canarias?)

A Mery:
¡Cuánta razón tienes! Se acabó la tiranía de lo políticamente correcto, cuando está fuera de lugar.

A Hanna Moody:
No pasa nada, serás bienvenida cuando quieras ;)

A Trouble:
Créeme si te digo que me lo pensaré... XD

El extraño desconocido dijo...

jajajaja!
y que paso con esta mujer? acabaste agrediéndole o le compraste flores para navidad?

peibol dijo...

Sí, crisantemos...