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domingo, 16 de septiembre de 2007

La peluquera frustrada

En un artículo del pasado mes de Julio (La cocinera siniestra), hablé de cómo las personas más anodinas podían resultar fascinantes si uno se paraba a fantasear sobre sus vidas; ya fuera a partir de unas dotes especiales para inferir cosas a raíz de pequeños detalles, una extraordinaria intuición o algo de imaginación...
El otro día fui a cortarme el pelo a donde voy habitualmente, y mientras la peluquera hacía su trabajo, yo me puse a pensar en la recepcionista que siempre me cobra. No era la primera vez que me detenía a pensar en ella, porque siempre me ha llamado la atención. Es una mujer de unos veintimuchos muy mal llevados o treinta y pocos no muy cuidados, que parece estar siempre en su planeta y rara vez sonríe. Sus movimientos son lentos y algo torpes; como si su mente estuviera entretenida en algún pasatiempo interno y su cuerpo se moviera de forma automatizada, realizando su rutinario trabajo mecánico. A pesar de no ser precisamente una jovencita, da la impresión de que fuera la becaria del lugar, pues no tiene grandes responsabilidades; cobra, barre el pelo del suelo, y en alguna ocasión, si tiene suerte y las demás van mal de tiempo, puede llegar a lavar y secar una cabeza. Parece que hubiera entrado de aprendiz nada más sacarse el título de peluquería, pero no hubiese alcanzado aún el rodaje y aprendizaje necesarios para desenvolverse como la profesional autónoma que ya debería ser. Si no se trata de eso no comprendo muy bien el propósito de que la tengan en nómina, porque en el resto de peluquerías en las que he estado, son los mismos trabajadores quienes se encargan de cobrar y recoger el pelo sobre la marcha. ¿Para qué iban a pagar un sueldo más sin necesidad?

Puede que a raíz de haberse propuesto dar oportunidades a gente a la que normalmente no se le hace caso, la conserven allí, manteniéndola entretenida con "tonterías" que realmente no requieren su dedicación. Seguramente debe ser familia o amiga de alguien relacionado con la contratación de personal, que por cariño o lástima, le habrá dado un trabajo para que haga algo con su vida, diciéndole al resto de empleadas que tengan paciencia con ella, que le hagan sentir importante y la traten como a una más. El por qué situarla en una peluquería y no en cualquier otro sitio, lo atribuyo a que quizás ansiaba ser peluquera, y de este modo, aunque no pueda cortar el pelo sino, como mucho aplicar tintes, está trabajando en el lugar de sus sueños. Quién sabe.

Sería por tanto una potencial peluquera frustrada, pues aunque quiere ejercer como tal y convive cada día con secadores y tijeras, tiene que ver con impotencia desde el mostrador cómo otras cumplen su sueño. Esto por supuesto se manifiesta en su cara, no sólo en su mirada perdida y en sus movimientos carentes de dinamismo y viveza, sino en todo su ser. Anda algo encorvada y arrastra los pies, como si reflejara lo que para ella es su vida, una sucesión de días iguales en los que no hay ningún aliciente lo suficientemente bueno como para calzarse unos tacones y hacer sonar sus pasos. Ni quiere estar ahí, ni quiere estar así, ni quiere que los demás la perciban; cuanto más inadvertida y sin sobresaltos pueda pasar su jornada mejor. Puede que así no tenga emociones en el día a día, pero es mejor no tener estímulos, porque igual que podrían ser buenos, podrían ser malos, y bastante tiene ella con cargar con una existencia que no le termina de gustar como para encima llevarse disgustos sin necesidad.

Además, está en esa edad en la que ve como todas las personas de su alrededor se enamoran, se casan, tienen hijos, y son felices con una vida familiar a la que se dedican con el mismo empeño que antes ponían en estar guap@s para encontrar a ese alguien especial. Los años no perdonan, y con las arrugas y la flacidez, vienen también la perdida de ilusión por las cosas, la envidia hacia quienes han conseguido lo que uno tanto ansía, el cansancio por la vida en general, y la aplastante frustración de saber que realmente no hay nada nuevo bajo el sol. Ella está en ese punto, y hace unos años, en un desesperado intento por competir con las jovencitas que le suponían un obstáculo a la hora de encontrar al hombre de su vida, “rejuveneció” su aspecto con una mustia melena planchada, teñida de un artificial rubio platino, que no tiene ni la más nórdica de las nórdicas.

Obsesionarse por la soledad es contraproducente, pero preocuparse por ella es algo inherente a la condición humana; la gente necesita saber que contará con ese alguien especial con el que compartir la vida, y ver que por más que uno lo busque no llega, y que mires donde mires parece que es un problema que no tienen los demás, puede llegar a frustrar mucho, y lleva a actos desesperados como el que refleja su antinatural cabello.

La sociedad en la que vivimos te hace creer que si llegada una determinada edad no tienes pareja estable, jamás la tendrás, y pasas a ser un sujeto de clase B (al más puro estilo de la película Gattaca). Entre mis amistades que pasan la veintena pero no llegan al cuarto de siglo, hay gente de la que no se puede decir que haya tirado la toalla, pero que desde luego no es demasiado optimista a este respecto. Una buena amiga afirma con tono burlón, pero puede que con algo de pesadumbre oculta, que acabará como la señora de los gatos de Los Simpson: sola, vieja y malhumorada; en una enorme casa llena de tapetes, y rodeada de decenas de gatos que le harán compañía y sobre cuyas vidas girará la suya (lo de arrojárselos a la gente es otra historia).



Cuando el pelo se nos vuelva gris o se nos caiga, podremos empezar a plantearnos que si seguimos solos es porque igual algo falló en nuestra vida y nuestros actos; mientras tanto deberíamos disfrutar de nuestra existencia, ser optimistas, y sobre todo, no dejar que si estos temas llegan a atormentarnos en algún momento, se note. Si no te quieres no te quieren. Es así de sencillo. Siempre he dicho que la mitad de la belleza y el encanto personal de alguien están en su actitud, y si sabes exteriorizar sólo lo que te interesa, tienes la mitad del trabajo hecho. En ese sentido me siento afortunado por ser capaz de sentirme totalmente pleno sin necesidad de emparejarme.

En síntesis, te digo desde aquí Lucy (he decidido llamarla así), que como quiera que sepas y puedas, intentes cambiar el chip, que no tienes por qué resignarte a un destino tan poco atractivo como el de pasar tus días tediosamente hasta que no te queden más; que hay todo un mundo estimulante por descubrir ahí fuera, lleno de gente interesante que, del modo que sea, puede alegrarte la vida, y que aproveches tus días, porque es muy poco el tiempo que pasamos vivos, con un cuerpo y una mente que nos permitan disfrutar de todo lo bueno que tiene el mundo. ¡Atrévete a vivir, Lucy!

9 comentarios:

Sar@! dijo...

!Yuos! Cómo te pasas con la mujer de la peluquería, ¿no? Igual la mujer tiene cara de autómata, o algo así, pero vamos, igual es más feliz que tu y que yo, desde luego hay que ver cómo te montas las películas a veces ¿eh?

Eres lo peor por decir en tu blog xDDD lo de los gatos... eso fue en tono de confidencia en un día de bajón existencial profundo!! xDD ¿Lo usarás siempre en mi contra o qué? Me acuerdo de que de tio un ataque de risa como intenso y tal xDD pero vamos... yo lo sigo pensando, aunque mira, mejor con gatos que con algún indeseable de estos, ¿no?
Besitos ;)

Anónimo dijo...

Hola, soy "Lucy"....que no que no que es broma. Pero vamos a ver es cierto que te pasas mucho, la pobre mujer, vete tu a saber si hasta es la dueña de la pelu y esta hi tocandose los huitos como diria mi jefe y las demas curran poque si, tal vez es eso y tienen cara de mustia porque siempre la pillas con la regla...jajja, no pero en serio, quien no ha fantasead alguna vez con alguien que se encuentra en la calle, yo sin ir mas lejos cada vez que me subia a la guagua cuando era pequeña, ya que hoy en dia lo hago pero no me pongo a pensar en eso a o ser que la personame marque mucho, quien no ha pensado sobre la vida de ese alguien, se ha imaginado eso que es una persona que a perdido la ilusion por todo que tiene un marido horrible y sus hijos la desprecian y etc....pero tal vez pillamos a esa gente en un mal dia, tu sin ir mas lejo, cuando te vistes de jentuza como dices tu, que crees que piensa la gente de la calle de ti, pobrecito que no tiene ni pa comprarse unos calzoncillos decentes y una camisa que le quede de su talla y mira esos pelos!!!si es qu no hay justicia....jajajaja, y de todos igual, todos tenemos esos dias horribles en el mes o en el año o e la semana que nos importa tres carajos lo que piense la gente de nosotros que nuestras pintas estan justicicadas pero que nadie nos pregunta....pues con la chica igual. Tambien es cierto que puede ser una desgraciada de la vida, y si es asi que es lo que tu piensas, te propongo algo, porque no le hablas, sacale conversacion, pero una conversacion decente no en plan chungo, que de pie a que la proxima vez que la veas puedan hablar otra vez y asi sucesivamente y quien sabe tal vez se convierta en tu mejor amiga algun dia y le podras aconsejar un nuevo cambio de imagen....tu dices que eres timido pero sabes sacar conversaciones interesantes, intentalo....
por cierto....ya me dijeron que te encontraste con una selectiva persona el otro dia en la calle del castillo.....
Mery

Peibol dijo...

¡Jesus! ¡Como está la gente de supcestible con Lucy XD!. A ver, seamos serios, no tengo nada en contra de la pobre mujer, tan sólo estaba fantaseando y me salió esa historia, igual que podría haberme salido otra. Lo cierto es que me vino genial para después reflexionar sobre el concepto de soledad en la sociedad actual. En fin, espero que nadie haya sentido que era un ataque directo porque nada más lejos de la realidad.

Un saludo a mis lectores

P.D (dirigida sólo a Mery):si, lo vi, definitivamente las fuerzas del universo han querido que me lo encuentre por alguna razón, porque ya es mucha casualidad...ya la averiguaré XD

Peibol dijo...

Ayer me fui a cortar el pelo, y al ver que no estaban ninguno de mis peluqueros habituales (las dos únicas personas del mundo que han sabido dejarme bien y no como un marine, con el seto en la cabeza y los laterales rapados), decidí volver unas horas más tarde.

Cuando lo hice no sólo estaban ellos dos sino que además les acompañaba...¡Lucy!, y no pude evitar que me fastidiara averiguar que en realidad se llama Vanesa. Me da lo mismo, para mi siempre será Lucy.

JuanRa Diablo dijo...

Excelente Peibol
Como novelista, columnista o psicólogo serías (serás?) sobresaliente.

peibol dijo...

¿Qué puedo decir salvo un inmenso: GRAAAACIAS?

A pesar del tiempo que hace que la escribí, esta sigue siendo una de mis entradas favoritas ;)

Cristina dijo...

¡Mi madre! ¿Pero cómo eres capaz de sacar todo esto sólo de ver a una chica trabajando? Qué imaginación, muy bien escrita, interesante...
Genial la entrada.
Y tienes razón, es inevitable que nos comamos el tarro pensando si encontraremos o no a alguien que nos aguante o nos merezca... pero sin ser catastrofistas, que hasta los 30 tenemos tiempo! (¡Unos más que otros, claro!)

Misaoshi dijo...

A lo mejor Lucy no está frustrada, es que está todo el día pensando en ...

Las chicas somos raras. A mí un compañero de trabajo me dijo un día que yo estaba pensativa en la oficina, sin hacer nada, absorta en mis pensamientos con cara de lerda amargada: "no te preocupes, eres joven, ya encontrarás el amor"

Le pregunté por qué decía eso y me respondió: porque tienes cara de amargada, de que necesitas un chico y que nunca has estado con ninguno.

No le dije nada después de eso.

¿Sabes en qué pensaba? En si volvía a tirarme al anterior o seguía con el que estaba en ese momento porque la tenía más grande.

Sí, debo tener cara de virgen amargada cuando pienso.

A lo mejor Lucy es/era igual.

peibol dijo...

CRD:

¿Los 30 solamente? ¿No has oído eso de que los 40 son los nuevos 30, y los 30 los nuevos 20? XD Yo iría rodando la franja, por la cuenta que me trae. XD

Misaoshi:

Como digo, esto es un ejercicio de imaginación, que igual es una millonaria excéntrica con un harén de chulazos, a la que le gusta mezclarse con la gente normal y hacer como que está triste, quién sabe. XD


¡Saludos!