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domingo, 13 de enero de 2008

¿Eres sordo o gilipollas?


Al margen de mamarrachadas como que nuestro nombre posee una carga mágica especial, que influye en el devenir de nuestra vida y en el destino, que decidan llamarnos de una u otra forma puede marcarnos más de lo que parece.

Existen diferentes criterios sobre la carga “estética” de los nombres que, en cualquier caso, responden a la subjetividad y a los gustos personales de cada uno. Así, puede tocarnos un nombre popular o desfasado, y no siempre lo primero tiene que ser bueno y lo segundo malo: el popular puede ser cansino y mediocre, y el desfasado resultar tan original que pase a formar parte importante de la identidad de su portador. Igual pasa con los nombres sosos o “con personalidad”. Lo que resulta más objetivo e universal es que un nombre feo, uno feo de verdad, es feo y punto, no hay más vuelta de hoja. Puede que al final le cojamos cariño o nos acostumbremos a él, pero si al grueso de la población le parece un horror será porque realmente lo es.

De todas formas, tener un nombre bonito o aceptable no te libra de poder sufrir las bromas de tus compañeros de clase, ni de que te acompañe un mote estúpido el resto de tu vida. Afortunadamente no es mi caso.

Mi nombre es bastante común y se ha popularizado en los últimos años. Grita Pablo en un parque infantil y verás cuántos niños se dan la vuelta. En general nunca me ha gustado demasiado porque me parece infantil y simple, pero al final me he dado cuenta de que tiene su encanto, y de que para lo que hay por ahí, no está nada mal. Es curioso, porque a pesar de ser tan popular, parece tener más connotaciones negativas que positivas: dos cabronazos de series españolas (el de Cuéntame, y el de Motivos Personales) compartían ese nombre, y una vez leí que estadísticamente los pablos son los más feos del país. Menos mal que para contrarrestar, los actores o famosos llamados así tienden a ser guapos.

Lo que está claro es que mi nombre forma parte de mí: es un componente de mi esencia y me identifico con él, en el sentido de que le atribuyo unas características de personalidad que no atribuyo a otros nombres. Lo que no soporto es que me pongan diminutivos por la cara. Los apodos, mientras sean cariñosos y no despectivos, no me desagradan en absoluto, porque son una muestra de cercanía y complicidad con las personas que los usan contigo. De hecho tengo muchas amistades que recurren a ellos para referirse a mí, y me encanta que lo hagan.

Además de los normales porque son derivaciones de mi nombre (Wolbap, Peibol, Pei, Pau, Pableras…), los hay originales como los que me tiene Davinia, que además de llamarme Querubín (no tengo muy claro por qué, ya que los querubines son blancos, rubios y rubenescos, y yo soy todo lo contrario), me llama Pley porque le recuerdo a un playmobil (¿?). En cualquier caso son motes consentidos con personas a las que yo también suelo ponérselos, y que surgen en el contexto de una relación de confianza y amistad…como tiene que ser. Siendo esto así… ¿por qué coño la gente se toma la confianza de llamarme Pablito sin conocerme de nada?

En el colegio era lícito que lo hicieran para diferenciarme del otro Pablo, y teniendo en cuenta que mi tocayo era considerablemente más alto que yo, era lógico que a mí tocara el “ito”. Llegó un momento en la infancia en el que quise desmarcarme de eso y pedí que me empezaran a llamar por mi nombre, o como les diera la gana, pero sin el diminutivo. Costó trabajo pero finalmente lo conseguí.

Al dejar el colegio y entrar en el instituto, tenía la ingenua suposición de que una vez que me presentara, la gente me llamaría tal y como figura en mi partida de nacimiento. Estaba muy equivocado. Había un chico en mi clase llamado José Manuel, al que todos llamaban Lolo, y al que que podría haber llamado así desde un principio sin que le molestase, porque era el típico payaso ocurrente y simpático que cae bien a todos y a quien le cae bien todo el mundo. Pues bien, aún siendo así, yo no pasé a llamarlo “con confianza”, hasta que no pasó cierto tiempo. ¿Es lógico no?

Pues no, parece que no: cuando apenas has terminado de presentarte como "Pablo" ya hay un par de subnormales que se refieren a ti como "Pablito", como si fuera lo más normal del mundo.

-"Oye mira… llámame Pablo, que lo de Pablito no me gusta nada"

La respuesta normal a esto sería una semi disculpa y que a partir de ese momento intentaran cambiar el chip ¿no? En absoluto, la conversación que suele desarrollarse a continuación viene a ser algo así:

-"Jajajajaja, ¿y eso?"

-"Pues nada, que no me gusta simplemente"

-"Pero es que a mi me sale llamarte Pablito, no sé… me sale natural, como eres bajito y tal…"

-"Bueno y tu eres un aborto y no me sale llamarte engendro...ya ves"

En realidad esto no lo digo aunque lo piense, sino más bien que lo comprendo pero que no me gusta, y les pido por favor, de buenas maneras y siendo simpático, que no lo hagan. En muchas ocasiones lo aceptan sin más, pero en otros casos parecen querer rebatírmelo, como si fuera una cuestión discutible ¿Acaso creen que pienso llegar a un acuerdo? ¡Joder no! Yo no te pongo diminutivos así que no me los pongas tú a mí.

-"¡Pero es que yo a todo el mundo le pongo nombres!" – me espetan.

¡Dios! ¿Tan difícil es de comprender?

Es en este momento cuando invariablemente el “chistoso” de turno suelta jocosamente una frase que no sólo no hace gracia (y el hecho de haberla oído 200 veces tampoco ayuda), sino que no es ingeniosa. Es de gilipollas:

-OK, no te llamaré Pablito, te llamaré Don Pablo entonces…

Es frustrante… ¿La gente es sorda, imbécil, o qué cojones le pasa? ¿Qué clase de razonamiento de mierda es ese? ¿Por qué si te digo que no uses un diminutivo te pasas a un superlativo? ¿Te parece divertido? ¿Te parece lógico? No lo es. Es incongruente, irritante, y tan patéticamente carente de gracia que sólo inspira indiferencia o úlcera de estómago.

¡Llámame por mi nombre joder!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi también me toca muxo las narices, no lo soporto. pero por lo menos a ti no te llevan toda la vida cantando lo de "Susanita tiene un ratón". Pesaos!

Susana

Peibol dijo...

No me llevan toda la vida cantando lo de Susanita, pero sí diciéndome lo de "Pablito clavó un clavito" mientras me miran con cara de cumpleaños....realmente no sé qué reacción esperan que tenga...

Anónimo dijo...

Jajajajjaj....he dedecirte que me hace mucha gracias, yo cuando era pequeña terminé aceptando el que me cantaran la canción de maria e la o, al fin y al cabo preferia eso a cualquier otro mote despectivo, ya que tenia varios, era la tipica niña abasallada, que le vamos hacer. Llego un momento que me dije a mi misma en mi inmensa sabiduria a los 8 años: tranquila, esto es ahora, son niños tontos e infantiles, se les pasara tarde o temprano y cuadno seas mayor, casi no te acordaras. Y asi es, solo me pasa muy de vez en cuando y mas cuando sales de fiesta y conoces al tipico tio borracho que te pregunta el nombre se lo dices y en su borracherate canta la canción como puede y recuerda, y como hace mil que no salgo pos hace mil que no me pasa. Mi tia por ejemplo me llama Mariquilla, y me parece divertido, tal vez sea porque es de mi familia. Pero un nombre que ODIO!!!, es que me llamen Mari. Me parece muy bulgar y sin personalidad, sera porque a todas las Marias las llaman asi, ami no me gusta.Solo hay dos personas que me llaman asi y lo respeto. El marido de mi abuela, que siemrpe que lo dice lo acompaña con un silvido, es divertido. Y a Migue, un compañero de trabajo de telepizza, que al fin y al cabo hay que consentirle algunas cosas porque si le dices que no te gusta, es tres veces peor.

Peibol dijo...

¿Sabes algo equiparable a ser María de la O? Llamarte Clara o Esther como mis primas, para pasar a ser "Estercolero" y "Clara de huevo", o llamarte Oscar en los años en que tan de moda estuvieron las salchichas Oscar Mayer...aún recuerdo la cara de tedio que ponía el Oscar que hubo en mi clase cada vez que le cantaban la canción del anuncio...

Sar@! dijo...

Jajajaja También es terrible que te llamen Sara Montiel.... Sara Ferguson... Sarandonga, Sari (que eso es el dominutivo de Rosario, no me jodas xD), Sarita ( a los 5 minutos de conocerte) o Sa .....

Pero vamos, que digo yo que ya que mi nombre tiene 4 letras y dos están repe..... ¿pa qué me lo quiera acortar? Luego están los que directamente me llaman Yurena xD No, ahora en serio... es cierto lo que dices que de la gente se toma así unas confianzas tremendas ocn el nombre de uno, que a los 10 minutos de conocerte: Ay, no te importa si te llamo sarita, verdad? Pues mira, sí.

Yo la verdad es que motes por mi nombre (salvo los ya citados y en contadas ocasiones, el simpático de turno) así de forma crónica nunca he tenido, pero con mi apellido si que me estudieron jodiendo toda la primaria ....

Sara Medina Balbuena: Balbuena? La que no está buena, la que no es nada buena, ay! pero qué buena! Digo yo que qué originales ¿no? Vamos, menudas mentes prodigiosas...¬¬

Y otros motes que no tienen nada que ver con mi nombre, pues tú que me llamaste "wittel" durante un tiempo, cuando éramos jóvenes y prometíamos xD, mi tio Luis que me llama (ojo, porque tiene su complicación): "Sarasarasasisi" (no me preguntes por qué, porque no lo se....) y nadie más. Yo lo prefiero así, me pusieron Sara y Sara me gusta que me llamen, leñe!

Nils dijo...

Efectivamente, la gente es imbécil. Conozco a muchos que tienden a poner diminutivos a primeras de cambio y se me escapan sapos y culebras cada vez que los veo. Gracias por pasarte por mi blog. Un abrazo!

JuanRa Diablo dijo...

Bueno PABLO, hoy he tenido una de esas tardes relajantes con naaaada que hacer y le he pegado un repaso a tu blog de agárrate y no te menees. Lo he pasado de lo lindo. Me he sentido muy identificado en muchas de las cosas que he leído y verdaderamente me pareces un tipo con un gran criterio, las ideas muy claras y una manera de escribir que engancha. Vamos, que si no viviera tan lejos haría por concerte ;)
Un abrazo y seguiré pastando!!

peibol dijo...

A Sara:
Lod e Yurena sí que es trágico. Pero sí, la gente confianzuda es lo peor, y más aún si siguen siéndolo aunque les digas claramente que NO quieres que te llamen así. ¡Gentuza!

A Nils:
¡Sapos, culebras, y hasta dragones me salen a mí!

A JuanRa Diablo:
¡Aaaay JuanRa! Ya te lo he comentado antes: me encantan estas intruisones en entradas antiguas. Muchísimas gracias por tus palabras, y ten por seguro que si algún día paso por el infierno, te llamaré para tomarnos algo XD.

¡Saludos a todos!