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martes, 16 de septiembre de 2008

Egoísta de mierda

El egoísmo recalcitrante siempre me ha chocado sobremanera. No concibo que haya gente tan sumamente desconsiderada, que amparándose en razones más que cuestionables y del todo insostenibles, acaben actuando como unos verdaderos hijos de puta. El egocentrismo y el consecuente ánimo de lucro son la base de gran parte del mal del mundo, así que uno se resigna a esperar ese comportamiento de los mandamases sin escrúpulos que manejan la sociedad, pero no de sus seres cercanos. Y es que los sucesos trágicos o intensos sacan lo mejor y peor de nosotros, y en el caso de quien hablo sacó lo peor de lo peor.

Hace pocos años, en mi clase teníamos un grupito compuesto por quienes acabaron resultando mis dos “íntimos” del colegio, otro chico, la amiga que falleció y la cabrona de la que hablo. Dentro de esa tropa, las dos chicas y yo nos llevábamos más de lo que se llevaba el grupo en conjunto, reuniéndonos más a menudo y llegando a hacer un viaje los tres solos. Al llegar al instituto (donde permanecimos juntos) yo no perdí relación con nadie, pero la cabrona si… parecía que los demás ya no estaban a su altura. Desde entonces, además de con “C” (llamémosla así para abreviar “Cabrona”), con quien mantenía una estrecha relación, seguí reuniéndome periódicamente con los chicos y viendo regularmente a la que murió. “C” perdió todo contacto con los demás porque le dio la gana, por mucho que intentara disfrazarlo con excusas baratas, con las que salvaguardar su imagen de egocéntrica y potenciar la de víctima a la que han dejado de lado (cuando en realidad siempre la animaba a quedar en conjunto y los otros me preguntaban por ella). Durante un tiempo yo también estuve parcialmente desconectado de quien luego enfermaría de cáncer, pero recuperamos la relación poco antes de que le detectaran el tumor. Desde antes de la fatídica noticia animé a “C” a vernos los tres juntos de nuevo, y se negó en rotundo aludiendo a que había pasado mucho tiempo y no tenía ganas. El día que le comuniqué lo del tumor su posición se volvió aún más radical y jamás fue a verla, ni viva ni muerta (y de contactar con ella por teléfono, ordenador o carta, ni hablamos).

Aunque mi amiga y yo no hubiéramos quedado antes de enterarme de la noticia, me habría visto en la obligación de acompañarla en mayor o menor medida en el transcurso de su enfermedad, por el sencillo hecho de que tiempo atrás habíamos sido muy cercanos, y si habíamos perdido relación había sido porque cada uno había cogido su camino, pero no porque se hubiera acabado el cariño o nos hubiéramos enfadado; nunca habría podido actuar zanjándolo con un “¡Ahí te pudras!”

Durante meses estuve hablando con ella, visitándola al hospital y a la casa, y preocupándome de que supiera que estaba allí para lo que fuera. Animé a los chicos a venir a verla conmigo y lo hicieron con bombones bajo el brazo, y aún cuando estuvieron mucho más distantes que yo, siempre se preocuparon en preguntarme por ella y el transcurso de la enfermedad. “C” pasó de todo, y cuando le sacaba el tema me daba largas o se ponía de mal humor. El primer día que la fui a ver al hospital la sorprendí con un enorme oso de peluche que le regalé en mi nombre; la idea era comprarlo a medias con “C”, pero si ya de por si no pensaba mover un dedo por ella, menos iba a pagar un céntimo en un regalo para una moribunda ¡Lo que faltaba!

Cuando la abroncaba por mala persona, siempre se amparaba como si fuera excusa suficiente, en que no le gustaban ese tipo de situaciones (¿acaso a alguien le gustan?), que se sentía incómoda porque no sabía cómo actuar, y que en cualquier caso no estaba en la obligación puesto que ya no tenían relación; trató incluso de jugar la sucia carta de que ella seguramente no querría verla (lo cual era mentira, y lo sabía), y finalmente, tras mucha advertencia de que se le acababan las oportunidades, murió. Creo que sobra decir que ni apareció por el tanatorio ni fue al funeral.

Pero sin duda lo más fuerte de todo, es que el día en que murió había una cena programada con “C” y sus amigos. Le mandé un mensaje y la llamé para avisarle de que ya se había acabado todo, y lo único que acertó a preguntar fue si finalmente iba a ir a su comida, porque tenía que saberlo para administrar las raciones. Como en ese momento yo no estaba como para desatar la mala leche, sólo atiné a decirle que no creía, puesto que no tenía yo el cuerpo para jotas, y la muy perra, lejos de comprenderlo y disculparme, me echó la bronca, puesto que “era algo que habíamos planeado hacía tiempo, que todos teníamos problemas, y que la vida seguía”. Sin perder los estribos (ya digo que no tenía sangre en el cuerpo en ese momento), traté de hacer que entrara en razón y despertarle la empatía para que se diera cuenta de que, en cualquier caso, y aunque finalmente fuera para despejarme, seguramente no estaría demasiado elocuente. Su respuesta fue que “si iba a ir pa estar callado que mejor no fuera”. Ver para creer.

Por supuesto ni fui, ni di señales de vida ni nada de nada, no se lo merecía y bastante ocupado estaba con el tour de tanatorio que me esperaba. Al día siguiente por la noche (el del entierro), me escribió algo en el Messenger, y antes de leerlo supuse que se trataría de una disculpa…ni siquiera “C” tenía tan poca vergüenza como para dejar las cosas así…o igual si, porque además de no hacer ninguna referencia a nuestra amiga fallecida, se limitó a llamarme la atención en tono lastimero por no haberle avisado de que no iba. ¿Pero de qué coño va? Estallé y empezó a salir por ambos bandos toda la mierda acumulada durante años. ¿Cómo era posible que no se diera cuenta de que lo último que me importaba en ese momento era su estúpida cena de mierda? Es más, ¿cómo es posible que no la cancelara de inmediato? Quisiera pensar que ahora le carcome por dentro el cargo de conciencia por haberse desentendido como lo hizo, pero no… eso no sería propio de la egoísta que siempre ha sido.

Le lancé mil bufidos sobre lo poco considerada que era al suponer que todos éramos igual de fríos que ella, que parecía no afectarle lo más mínimo lo sucedido, y sobre la poca calidad personal que tenía al tratar de reprender a alguien por algo así, cuando cualquiera excusaría a otro si se le muriera alguien. La animé a hacer un examen de conciencia y me contestó chulesca que no tenía por qué, puesto que ella la ayudó mucho en vida (haciendo referencia a dos días que la acompañó a un par de sitios “de mujeres”), y que yo era un hipócrita por apuntarme al carro después de ese periplo. Increíble. Fui yo quien siguió viéndola, fui yo quien le hizo recados que ella no podía hacer desde la cama, quien hablaba con ella por Messenger, la iba a ver al hospital, la visitaba en casa y se ocupaba de que los demás fueran a hacerle pasar un buen rato; también fui yo quien se comió la enfermedad enterita, desde que “sólo” estaba calva, cansada, inflada por la cortisona y ciega de un ojo, hasta que el declive fue cada vez más notorio, viendo cómo todos sus supuestos amigos la dejaban de lado por sentirse incómodos con la situación, acompañándola cuando pasó de ser optimista a ser consciente de que sus días estaban contadas, pasando con ella los dos últimos días de su vida en el hospital aunque estuviera sedada, y yendo SOLO al funeral. Pero está claro que no haber ido con ella a un asunto médico femenino hace seis años anula todo lo anterior. ¡Hay que joderse!

Hace tiempo que mantenía a “C” como amiga residual, alguien a quien tenía cariño por haber vivido mucho juntos pero que objetivamente ya no me aporta nada, a quien he aguantado innecesariamente más de un desplante, y con quien acababa quedando por obligación y sin ganas. Después de esto, y sin que me entre ya cargo de conciencia, puedo decirle con la boca bien grande: ¡Que te follen egocéntrica!


17 comentarios:

Nils dijo...

Lo importante es que se lo hayas dejado claro a ella, porque escribirlo en el blog te puede servir para desahogarte, pero para nada más. Si le dejas claro lo que piensas de ella y la actitud que vas a tomar en el futuro, el asunto se encarrila.

peibol dijo...

Descuida Nils. Este artículo lo escribo tras una fortísima discusión con ella, que acabó con un "si quieres seguir siendo amigo mío, llámame"...ni pa eso se molesta. Así que la cosa está hecha, y cuando me la encuentre ya veré cómo reacciono. Un saludo

Anónimo dijo...

Morirá sóla! Si esa es la tónica que va a seguir no creo que mucha gente dure a su lado.
Eres tu el que gana, aunque sea el tiempo que le vas a dejar de dedicar a partir de ahora. Es necesario aprender a detectar ese tipo de gente a tiempo, antes de dedicarle tiempo que, al final, será tiempo perdido.
Apuesta por pasar tiempo con aquellos que comparten y hacen de esos ratos algo que vale la pena.
Yo ya me he quitado mucho lastre aunque todavía estoy en ello.
Saludetes

Anónimo dijo...

No sé qué decir salvo "qué espanto". No sé cómo puede haber gente tan absolutamente INCAPAZ de ubicarse en el lugar del prójimo. No soy una persona religiosa, pero no me cabe la menor duda de que gente así no vivirá tranquila por el resto de sus días.

Mike Parga dijo...

Vaya, bien echo por la que le dijiste, y pues desgraciadamente siempre existirá gente con poquísima sensatez como en este caso. Lo único que hay que hacer es dejarla a un lado.
Saludos!

peibol dijo...

Eso mismo le dije yo Oliver, que morirá sola...y sé que ocurrirá. Con esa manía de pensar que todo el mundo está en su contra y por debajo de ella, ha acabado sin amigos (yo era el último que le quedaba, además de una amiga que la trata al trancazo), y con un novio que la deja cada dos por tres porque no soporta su egoismo. Ya recapacitará...

Efectivamente hay que ir librándose de lastre, y yo me alegro de haberlo hecho ya con ella. Saludos a todos ;)

Anónimo dijo...

Si es que ella siempre fue para darle de comer aparte... pero es que esto último es jeavy con J!

Es triste ir sumando años y restando amigos porque ante una situacion dada se "retratan" y no son, ni de lejos, los que un día conocimos.

Te vas a ahorrar el aguantarle llamadas lastimeras, desplantes estupidos, y quebraderos de cabeza.... y no vas a perder nada que yo sepa.

Ánimo exorbrother, que tienes más y mejores amigos.

Anónimo dijo...

valla, que historia. parece que estas realmente cabreado. creo que si dejas pasar un par de meses tendrás otra perspectiva del asunto. por lo menos no te cabreará tanto. lo único que puedo decirte es que hay mucha gente que ante situaciones difíciles les puede el miedo y actuan en consecuencia. puede que ademas de ser como sea, a esta examiga tuya le haya influido también. en fin, ya sabes aquello de arrieros somos...

padinton dijo...

con perdón. creo que estás muy dolido y puede que tengas razón, pero no esperes grandes cosas de la gente porque lo mas probable es que te defrauden y entonces ¿esperabas demasiado o son realmente horribles?. mantenerse al margen en un mal rollo ¿es cobardía o es ser mala persona?. somos muy complicados

peibol dijo...

A anónimo y Padinton:

Es cierto, hay gente a la que este tipo de situaciones les da mucho miedo...pero aún así tienen que enfrentarse a ellas, porque es ley de vida. En cualquier caso, mi cabreo no va tanto en que argumente encontrarse incómoda y pasar (que también), sino que trate de justificarlo rastreramente dándole la vuelta, y que tenga la poca vergüenza de "pelearme" por estar afectado, cuando su cena es más importante. Eso es egoísmo y lo demás es tontería.

Siempre ha sido egoista, pero por unas razones u otras le he pasado lo que no le tenía que pasar. Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Anónimo dijo...

Yo dia a dia me sorprendo mas de la humanidad, en serio, pese a que soy una persona que me gusta mirar los dos lados y las dos historias, relatos como este hacen que no te fies ni de tu madre, poque no sabes con lo quete podra salir. El ser humano es algo inexplicable, yo tengo muy pocos amigos de verdad a los que veo muy poco y la mayor parte de culpa es mia, lo se y lo admito, pero hay que ser consecuente, ver tu errores y enmendarlos, y sobre todo no ser egoista. Historias como esta hacen que no te apetezca conocer a mas gente ya que dia a dia la gente se vuelve más y más rastrera. Algun dia la amistad sera una palabra del pasado, solo espero que ese dia no llegue pronto.
Conserva a la gente que te quiere amigo y pasa de los demas. Muchos besitos

Mery

padinton dijo...

al final esto es como una quiniela. hay unos fijos y otros variables. los variables son los amigos, algunos de los cuales terminas siendo fijos, junto a los padres y los hermanos. esos si que no fallan. puedes tener diferencias pero al final son los que no fallan.

peibol dijo...

Hay muchas personas cercanas que me han recriminado el tono de esta entrada; consideraban que estaba fuera de lugar y era demasiada agresiva. Tratanto de leerla desde una objetividad imposible en mi caso, me doy cuenta de que es impactante, pero lo que no saben (y también es impactante), es lo que he tenido que aguantarle a la susodicha durante años. Sólo con recordar un par de anécdotas cotidianas cualquiera la habría mandado al carajo hace mucho. Esto no ha sido sino la gota que ha colmado un vaso lleno de actos de puro egoísmo.

Por cierto, como era de esperar, y como ha hecho siempre al no enfrentarse a sus errores, después de ponerse chula y ver que no ganaba la batalla, ha dejado pasar los días y me ha mandado un mensaje tonto como si no hubiera pasado nada. A ver si cuela y consigue que me olvide hasta que vuelva a jugármela...

El Zorrocloco dijo...

o__O

Pero qué-pedazo-de-guarra-del-infierno!!

Llevo toda la entrada pensando: "Colega, llega a ser un tío..." u___u

Lo siento mucho, tronco. Pero al final cada uno acaba en el lugar que le corresponde, tú tranquilo.

Pero qué hija de puta...

peibol dijo...

No sabes cuánto Zorroloco... no sabes cuánto...

Te podría contar como en la conversación definitiva de "no me interesa tener a alguien así en mi vida", en la que tuvo su última oportunidad de redimirse o decir al menos que sentía según qué comportamientos, le dio la vuelta, "resultando" que yo la estaba juzgando equivocadamente y sin razón. En fin...

Anónimo dijo...

Me he quedado sin palabras ¿De verdad existe gente así?

Ni caso peibol, no merece la pena

Peter

peibol dijo...

Yo tampoco creía que una amiga de toda la vida pudiera ser así, pero ya ves... sorpresas te da la vida.