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viernes, 16 de enero de 2009

¡Cómo está el servicio!

Mi relación con los camareros siempre ha sido compleja; durante años he tenido que tragar con una serie de jodiendas en las que todos parecen estar instruidos desde la escuela de hostelería. Que nunca tengan la bebida que pido es algo perdonable y ajeno a ellos, aunque no sé qué les cuesta tener algo más que Coca Cola y Fanta en su variedad de refrescos, que tampoco es que les esté pidiendo Slurm. Lo que sí es un suplicio es que durante años tuviera que aguantar la estúpida broma del vino. Consiste en ir preguntando a todos los adultos de la mesa si van a querer vino y servirlo, para luego detenerse delante de mí, poner cara de cumpleaños y formularme la misma cuestión, mientras mira a los demás en busca de la carcajada cómplice. Es obvio que no iba a beber, y aunque sólo quisiera hacer una gracia para ganarse la propina, por el amor de dios, que se buscara otra broma, que esa ya la gastó el trigésimo séptimo camarero que me la hizo. En cualquier caso, todo eso son minucias comparadas con la que más me envenenaba, una injusticia y una falta de respeto que se daba en el 99% de los casos: No darme carta.
Repartían las cartas a todos los comensales, y aún cuando seguían teniendo unas cuantas bajo el brazo, se iban de la mesa como si yo no estuviera. ¿Pero esto qué coño es? Llegó un momento en que dejé de enfurruñarme y cagarme en sus madres o pedírselas luego, a adoptar una técnica mucho más agresiva y, en consecuencia, del todo eficaz: En cuanto me aseguraba de que no pensaban darme una a mí y estaban dispuestos a irse, les espetaba muy serio un: “Yo también voy a comer”.
Muchos se quedaban descolocados, porque no esperaban que aquel mico al que siempre obviaban pudiera ofenderse por ser excluido. Algunos se disculpaban y sobre la marcha me proporcionaban una, pero otros se quedaban con cara de procesar la información, y como si no hubieran oído bien, me contestaban desafiantes: ¿Cómo dices?

-Que yo también voy a comer, así que si no te importa, me dejas a mí también una carta, como has hecho con todo el mundo. – respondía muy serio.

Por alguna extraña razón, tomaron conciencia a la vez en todos los restaurantes de la isla, y desde que “me manifesté” en un par de ellos, no volvieron a hacérmelo en ningún sitio. ¡Hombre ya!

Todo esto había quedado felizmente atrás, hasta que el otro día ocurrió algo inaudito, una de esas cosas que se cuentan y no se creen, y que aunque luego nos dio para un buen ataque de risa, fue denigrante. Había quedado para cenar con un amigo y nos decidimos por una tasca de la que tenía buenas referencias; era modesta pero elegante, se respiraba un ambiente agradable y no había mucho bullicio. Estaba muy bien y comimos de fábula.
De los dos camareros que nos atendieron, uno se deshizo en atenciones hacia nosotros, mientras que al otro no le faltó más que escupirnos; nos largaba los platos sobre la mesa sin mediar palabra, cuando se dirigía a nosotros lo hacía sin florituras, yendo al grano y con la cara muy seria, como con desprecio, y al final se aseguró de que nos fuéramos de allí acordándonos de él.
Habíamos terminado de comer, nos trajo la cuenta, y en cuanto se dio la vuelta y estando a escasos centímetros de nosotros, soltó un estruendoso pedo que por poco rompe los cristales. Casi diría que hasta vi cómo le vibraba el pantalón y el aire se veía borroso, como cuando miras a través del gas.
Los ojos se nos salieron de las órbitas, ¿realmente acababa de ocurrir eso? Incluso al encargado se le puso cara de desconcierto. El hombre siguió caminando hacia la barra como si con él no fuera, y es que en estos casos casi es mejor disimular que darse por aludido y pedir perdón. Además, por mucho que se hiciera el loco, no había dudas sobre lo que acababa de ocurrir, que no somos sordos. ¿Lo habría hecho adrede?
La próxima vez que cuenten anécdotas de personal de restaurantes, podré decir que tengo el dudoso honor de ser el único al que un camarero le ha tirado un pedo en toda la cara.


25 comentarios:

El chache dijo...

Toma ya... a eso le llemo yo despreciar a un cliente. Ni mas ni menos que un pedete en toda la cara.
Que fuerte.
Un saludete

Anónimo dijo...

Pues pasarás a la Historia como el hombre que presenció tal proeza!!!!
Los camareros es un gremio, junto al de taxistas y personal de administración pública ( léase Seguridad Social, Universidad, Hacienda.....), que más me saca de quicio. Lo has clavao!!!!!

Saludetes

Nils dijo...

Joder, ¡cómo está el servicio!

Pat Lawriter dijo...

A mí aún me pasan algunas de la cosas que comentas, pero he tenido la suerte de que nunca se "me han peído" en la cara... joer, qué cosa, nunca habia oído nada igual... te lo tomes a mal... vamos, en serio, ya sabes que hay mucho idiota por ahí suelto... a montones...

peibol dijo...

A El chache:
¿Pedete? Fue un señor pedo con mayúsculas y signos de exclamación, que casi nos despeina las cejas :o

A Oliver:
No hay que tener prejuicios con según qué gremios... pero la verdad, a veces se hace difícil :s

A Nils:
¡Ya te digo!

A Chocolatecontrocitos:
Hombre, al margen de cómo me lo tome, por lo pronto ya sé a dónde no voy a volver a comer, que lo mismo es capaz de volver a despedirnos con otro pedo XD.


¡Saludos a todos!

El extraño desconocido dijo...

jajaja, menudo figura el camarero. Al menos lo hizo cuando habíais acabado de comer y no durante...

Stultifer dijo...

Ahora no te dan la carta porque creen que son los demás los que van a decidir por ti. Dentro de poco te llamarán de usted y no te gustará, Te lo aseguro.

peibol dijo...

A El extraño desconocido:
Si... visto así, pero también podría no haberlo hecho, para dejarnos con el resgusto final de la comida, y no el de sus tripas...

A Stultifer:
Ahora sí me la dan, cuando hablaba en pasado me refería a cuando era más pequeño (no tanto en realidad, hace un par de años); quiero pensar que la perilla y la mirada inquisitiva juegan a mi favor XD.


¡Saludos!

Mi viaje de Chihiro dijo...

Peibol!!

Madre mia..y dices que yo me lo tengo que hacer mirar!! jajaja este camarero me haria mucho bien cuando me levanto a media noche al servicio y me acuerdo de quien ya sabes...seria como mi defensa personal jajaja.

Muy bueno!! Por cierto, gracias por comentar en mi blog y desde ya tienes una nueva ovejilla(pedorra) en tu rebaño.

Saludos!

El Zorrocloco dijo...

What. The. Fuck. Exclamation. Exclamation. XD

Loco, no me puedo creer que... Tío, será que yo ando agresivo últimamente, pero te aseguro que cada vez me cuesta menos plantarle la mosca a la gente. No soporto la mala educación. Yo mismo fui camarero y soy un tipo bastante serio, pero siempre educado. Faltaría plus.

Y veo por ahí que Oliver se queja de los taxistas. El otro día estuve a punto de bajarme a darme de hostias con uno que no dejaba de gritarme ¬¬ Claro que de eso tienen más culpa las doscientas rotondas que han puesto por mi casa que otra cosa.

(Inspiro y suelto el aire, inspiro y suelto el aire...)

Suerte con esos exámenes!!!

peibol dijo...

A El viaje de Chihiro:
De hecho en cuanto leí tu post me acordé de este, que al fin y al cabo, ambos van de pedos XD (¡Cuánta escatología, qué asco!). Encantado y lo mismo digo ;)

A El Zorrocloco:
Yo tampoco tengo problemas en plantar la mosca si la ocasión lo requiere (una de mis próximas entradas va sobre mis encontronazos en el tranvía), pero en este caso nos cogió tan desprevenidos que no supimos reaccionar; no fue hasta que salimos un minuto más tarde, cuando realmente asumismos la situación XD.

Gracias, y suerte a ti también con los exámenes ;)


¡Saludos!

MaRía dijo...

Creo que como alguna vez hemos comentado (¿nos quedará algo de qué hablar?), a mí también me tocaba las narices que no me dieran carta de pequeña... y no de tan pequeña, porque cuando uno sigue yendo a los mismos restaurantes en los que te conocen desde que tenías narices, los camareros pecan de continuar viéndote eternamente como el/la chiquillo/a que algún día fuiste.

Afortunadamente, una va a sitios nuevos donde le tratan como a "una señorita"... que ya una tiene su edad.

Anónimo dijo...

Yo creo que para este hecho hay dos posibles concluciones. Una, que el tipo queria que lo despidieran, porque vamos a ver, hacer eso delante de todo el mundo y encima que el encargado se de cuenta, es de tontos. Dos, tenia un muy mal dia. Yo trabajo cara al publico, ahora mismo no en hosteleria pero si lo he hecho antes. Siempre tienes un mal dia de tratar a todo el mundo al coñazo y sobre todo a los clientes, tiens que cuidar qe esto te pase muy de vez en cuando porque te veras en la calle pronto. Aun sabiendo que los malos dias existen hay que ser respetuoso con los clientes porque si, hay peña que no soportas pero hay muchos otros que no tienen culpa de nada. Yo si hubiera sido tu hubiera pedido la hoja de reclamaciones, porque puedo aguantar mucho de un camarero, porque lo he sido y se lo que hay, pero a mi nadie se me tira un pedo en la cara, basicamente porque se vio que lo adrede.


Mery

peibol dijo...

A MaRía:
Si, aunque a veces en los sitios nuevos también pecaban de hacer lo mismo. Señores, ya sé que tengo cara de niño, pero coño...

Besos "señorita"

A Mery:
No creo que quisiera que lo despidieran y tampoco sé si lo hizo adrede, aunque la verdad es que lo pareció. En cualquier caso, nos dejó tan boquiabiertos que no supimos reaccionar, nos cogió totalmente desprevenidos y sin réplica. En fin, ya sabemos a dónde no volver, y qué sitio no recomendar.


¡Saludos!

JuanRa Diablo dijo...

¿Seguro que era camarero? Mira a ver si en realidad era algún químico probando bombas de destrucción masiva...
Como no le dejasteis propina él os dejó propano.

Anónimo dijo...

Yo he trabajado de camarero varios veranos y cuando alguien hace eso es que está muy muy quemado, más le vale buscarse otro trabajo...

La exorsister dijo...

Lo bueno hubiera sido decirle "Salud", según se iba!

Seguro que se pone a cavar un agujero en el suelo con un tenedor para meterse en el.

peibol dijo...

A JuanRa Diablo:
Puede ser... igual estamos prejuzgándolo :o

A Nesta:
Si, algo que no sea de cara (o de espalda) al público :s

A La Exorsister:
Hubiera estado bien, pero no creo que hubiera funcionado en su caso; no parecía ser el tipo de persona que se sonrojaría.

¡Saludos a todos!

ty dijo...

Jajaja, qué bueno! Peibol, lo tuyo es increíble. Y qué no te ha pasado a ti ya? Jejeje
Te voy a recomendar en mi último post, para que mis lectores se rían tanto o más que yo con tus historias.

Saludos,
Sara.

H@n dijo...

huhoooo!!!

Ami me pasó una buena, en un Bocata (Pans version 2.0) nos salió una modesta y juguetona cucaracha del bocadillo, y el camarero, que arudo y astuto nos quitó la bandeja de la mesa, con las prisas se tropezó con algo (que aún estoy por descubrir si no fue el pie de mi amiga); con tan mala pata que se cayó de bruces contra el suelo, clavando su narizota en mi suculento bocadillo!!

La teoría de mi amiga esuqe se comió él la cuqui, la mia es que vive en su cabeza, entre sus pelos negros largos y desastrados, y quepor eso vino a por la bandeja, porque son amigos!


Pero tu eres un suertudo!!!No te cobraron el pedo!!!

peibol dijo...

A Sara López:
¡Muchas gracias! Ya que estamos, te anuncio en primicia que está a punto de caerte un premio... y hasta aquí puedo leer ;)

A H@n:
JAJAJAJAJAJAJA No sé si reirme o revolverme del asco XD. A veces es mejor no pensar en las cocinas de los restaurantes. Para resolver tus dudas debes preguntarte lo siguiente: ¿Viste a la cucaracha salir corriendo? Entonces es que la hizo desaparecer entre sus fauces XD


¡Saludos!

Anónimo dijo...

Puesto que soy uno de los protagonistas de tan lamentable suceso..no he podido evitar no dejar un comentario.Cuando uno está en el mejor momento de una cena, cuando la comida ha sido perfecta, y uno tiene ese último regusto final, y está apunto de irse con un buen sabor de boca..va, el camarero y se le ocurre tirarse una ventosidad en plena cara de los comensales dejándoles a estos un regusto final a pura mi...en fin, lamentable, pero nos reimos!

peibol dijo...

A greeneyes:
Has descrito a la perfección ese momento perfecto, cuando todavía saboreas el último bocado, que ha sido más sabroso que el anterior pero menos que el postre; que te reporta paz y bienestar, y cuyo aroma aún flota en el aire dibujándote una sonrisa. Parece que nada podría estropearlo, ni siquiera una cuenta elevada, nada excepto un pedo...aún no me lo creo XD. En fin, ya sabemos a dónde no volver.

Saludos ;)

PD. ¡Me encanta el nombre artístico que has escogido! XD

Peter Pan dijo...

y no le dijisteis nada?? Yo lo hubiera hecho. Trabajando de cara al publico y tambien sirviendo bebidas y comida como parte adicional que no fundamental de mi trabajo, reconozco que lo que hizo el camarero es una guarreria, una falta de respeto y deberia ser sancionado por ello. :) Yo, sin dudas, hubiera pedido la hoja de reclamaciones.

peibol dijo...

A Peter Pan:
Me reitero: nos cogió tan desprevenidos que ni siquiera supimos reaccionar; normalmente me hago oír si la ocasión lo requiere, pero en este caso nos dejó en blanco. Además, por un momento estuvimos dudando si había pasado o no, y lo más importante, si había sido adrede. En fin… para la próxima vez estaré más alerta ;).