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jueves, 3 de septiembre de 2009

Día 3 - Los visitantes

Tras pasar una buena noche y descansar como señores, esa mañana se nos pegaron las sábanas y disfrutamos del placer de remolonear en la cama durante un buen rato. Habíamos conseguido disipar el calor y el mal olor, y los ruidos habían parecido disminuir, pero por encima de eso habíamos solucionado el problema de las camas con una medida drástica: dormir en los sillones. Cuando la tarde anterior habíamos ido a dar constancia de alguna de las jodiendas de la habitación, el hombre que nos atendió se lo tomó con humor restándole importancia, casi dejándonos por imbéciles. Nos quejamos del escape del aire acondicionado que hacía que el suelo se encharcara, y por el que tuvimos que poner un caldero en el suelo para no resbalarnos. Lejos de disculparse o mostrar empatía, se río diciéndonos que lo del caldero “era muy típico”, que no éramos los primeros que se lo decíamos, pero que lo que debíamos hacer era poner una toalla arrugada en el suelo (el caldero era para aficionados), que así lo absorbería todo mejor y la gota no haría ruido. Lo dijo de tal forma y con una sonrisa tan amplia, que parecía que la culpa fuera nuestra por no haber caído antes en “la solución”. Visto lo visto, preferimos no hacer hincapié sobre nada más, porque intuíamos respuestas del estilo.



Desayunamos junto a mis padres en una terraza con vistas al mar, justo en la bocana del puerto, que te proporcionaba el espectáculo de ver entrar y salir los barcos a escasos metros. A media mañana, sin agobios, mi madre, mi tía y yo fuimos paseando hasta Playa Blanca mientras mi padre se quedaba haciendo arreglos en el barco. Al volver nos embarcamos rumbo a Playa Papagayo, donde pasamos el día en las mismas condiciones que el anterior, con la excepción de que esta vez nos fondeamos más cerca de la orilla, por lo que pudimos ir a nado hasta la costa y tirarnos a coger sol en la arena. Lo pasamos genial, pero en esta ocasión, al tratarse de un sitio más multitudinario (en Lobos estábamos prácticamente solos), contábamos con el añadido de sacarle chiste a todo lo que veíamos desde la cubierta, que no era poco. Quienes más juego dieron fueron dos lagartos de playa que había anclados delante de nosotros. Eran flacos a más no poder, iban con bañadores de estampados animales, e hicieron todas las posturas que se sabían para tratar de seducir a los tripulantes de los barcos colindantes, sin saber que lejos de despertar nuestra líbido o envidia, nos proporcionaron un buen rato de risas.

Tras el día playero a ritmo de Elvis, ABBA, Vonda Shepard y Phill Collins, volvimos a tiempo de presenciar la batukada infantil: Cada lunes, un grupo de jóvenes disfrazados toma las calles a ritmo de batukada, para captar a los niños de la zona y llevárselos a un local. Suena muy sórdido si no fuera porque ese local tiene fines lúdicos y es al aire libre; y aunque la historia recuerde a la del flautista de Hamelin, acuden allí para presenciar trucos de magia o hacer juegos, y no para ser asesinados como en el cuento.


Esa tarde llegaba el resto del grupo (mis dos primas mayores y el novio de una de ellas), que se quedarían en el apartamento de al lado. Como mis padres estaban cansados nos fuimos los demás a cenar a una pizzería, aunque muy agotados no se debían sentir, porque cuando fuimos a dar con ellos al barco para planificar el día siguiente, estaban esperándonos con una ronda de chupitos. Sobra decir que habían empezado la fiesta antes de que llegáramos nosotros... ¡Qué bien sientan las vacaciones!


9 comentarios:

indo dijo...

pero como mola!!!!
adoptarme en tu familia, please, que la mia es una ruina total, nadie divertido, nadie con barco, nadie con casa en playa...
por faaaaa!!

un besazo!!

Cristina dijo...

Jo, nos estás dando una envidia a todos! Buenísimo lo del tipo de los apartamentos. Hay que ver, ¿cómo no se os había ocurrido lo de la toalla? Psss, pringaillos.

Edamal dijo...

Peibol como sigas contando cosas tan fantásticas el año que viene tienes que llevar un transatlántico para todos nosotros!!!

Me alegra saber que lo has pasado tan bien.

Besos

peibol dijo...

Indo:
Jajajaja Como tu familia lea lo que has puesto te vas a buscar un problema XD.
El problema, además del geográfico, es que en mi casa ya no hay camas para más gente. ¿Estarías dispuesta a dormir en el sofá cama de por vida? Créeme, no te sale a cuenta... XD

CRD:
Sí sí, al final resulta que éramos imbéciles por no hacerlo bien desde un principio. Seguro que si le llegamos a decir lo de los colchones imposibles, nos habría respondido descojonado, que lo que teníamos que hacer era dormir en el suelo. :s

Edamal:
La verdad es que sí, que lo pasamos genial. En el barco caben, como mucho y estando cómodos, diez personas. Me temo que vais a tener que poner las miras en alguien con uno más grande XD


¡Saludos!

JuanRa Diablo dijo...

Joder, Peibol, si creo que me estás haciendo babear más con este viaje que con el de Nueva York!!
Qué vidorra y qué lugares tan atractivos.
Apoyo la moción de Edamal: futuras vacaciones en Lanzarote de todos los peibolistas.
¿Dormir en sillones? ¡Y en el suelo si hace falta! ¡¡Compensa!!

Un Saludo (rayando el suelo con los dientes)

PD. Alabo el gusto musical. (Lay all my ABBA on me)

Superpatata dijo...

Qué bien os lo montáis Peibol...
Por cierto, que pachorras las del hombre ese... desde luego... debería haber arreglado ya el aire acondicionado si se habían quejado más veces, pero para qué?... anda qué... bueno, pues espero que para el resto de los días hicieras caso a la idea de poner una toalla porque si no con el ruidito de las gotitas... que en el silencio de la noche eso es muy puñetero...
Un abrazo.

peibol dijo...

JuanRa Diablo:
Eso mismo estuve pensando yo el otro día, que el de Nueva York fue un sueño alucinante, pero este no se queda atrás en espactacularidad, aunque sea enfocada de otra manera. En el primero queríamos apresarlo todo; aquí sencillamente nos relajamos y nos reímos mucho. No son comparables :p

Sabía que me comentarías algo sobre ABBA, de hecho, pensé que el hecho de que hubiera puesto ese tema (que me gusta particularmente), en lugar de otro como Dancing Queen o Super Trouper, llamaría tu atención :p.
El pinchadiscos del barco era yo, que tenía el iPod conectado a los altavoces. Nadie se quejó de mi selección, y si alguien lo llega a hacer... ¡haberse traído su propia música! XD

Un abrazo

PD.Le comentaré a mi padre la idea de pasarnos a un ferry pa poder meter a todos los que se apunten. XD

Superpatata:
Lo hicimos esa misma noche y se notó el cambio... pero no deja de ser una chapuza. Al final del viaje la toalla estaba encharcada como si la acabaran de tirar al agua, y con una peste a humedad insoportable. ¿De verdad les cuesta tanto hacer honor a sus supuestas cuatro estrellas?
Mira que yo no soy nada exquisito para estas cosas... pero joder, hay unos mínimos :s


¡Saludos!

Catalina dijo...

Que recuerdos me has traído con Papagayo. Me lo pasé tan bien en Lanzarote viviendo, que recuerdo la isla con mucho cariño.

Sigo leyendo, que me voy a pegar un atracón con tus vacaciones.

Besos
Cata

peibol dijo...

Es que Papagayo es una gozada, y más cuando entras sin pagar. ¡Juas! XD