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martes, 15 de septiembre de 2009

Urgencias

La tarde que volvimos de Lanzarote, mis primas, mi tía y yo nos pusimos de acuerdo para ir al día siguiente al club náutico; necesitábamos una sesión de agua y sol para que el choque con la cruda realidad no fuera tan fuerte. Habíamos estado una semana de descanso absoluto, y en nuestros esquemas no cabía que fuéramos a pasar el día de otra forma. Nada hacía presagiar que nuestra jornada de placer se iba a ver ensombrecida y anulada; está claro que tendríamos que habernos quedado allí.

Llegamos a media mañana y organizamos todo el tinglado de las tumbonas, y cuando apenas llevábamos una hora empecé a sentirme mal. Todos me advirtieron que estaba preocupantemente colorado; comencé a sentirme mareado, me fue entrando dolor de cabeza… y para cuando me senté a comer ya estaba hecho un cristo. Me tumbé en una hamaca a la sombra y me empecé a poner peor: estaba rojo como un tomate, el cuerpo me ardía tanto que pensé que estaba dándome el sol, los ojos los tenía totalmente inyectados de sangre, el dolor de cabeza se hacía cada vez más insoportable, y el corazón me iba a mil; la vena del cuello palpitaba con tanta fuerza que parecía que fuese a reventar, estaba desorientado y confuso, y comencé a temblar. A todas estas mi tía ya estaba movilizando al personal y enseguida tuve una ambulancia a mis pies, porque los conocimientos médicos de los socorristas de allí son nulos, y tampoco tenían cómo atenderme. Por los síntomas parecía que tenía algo de corazón o de cerebro, y la idea de un posible derrame cerebral o aneurisma resultaba bastante plausible.
Conforme me iba quedando atontado a la vez que los síntomas iban en aumento, la gente que se había quedado inmóvil al ver a mi familia pendiente de mí, perdió todo el pudor y se acercó a mojar pan, y es que da igual que se trate de una fractura del meñique o un accidente en cadena, siempre hay morbosos que no se quieren perder detalle.
Al poco de tumbarme para no caer de bruces al suelo e intentar aminorar el ritmo cardíaco (estaba en ciento y pico), se acercó una vieja con afán de protagonismo a hacer el numerito, haciendo gala de una sensibilidad y empatía nulas:

-¡Ay, qué susto más grande! ¡Ay, qué disgusto tan enorme, que creí que era mi hijo!
-¡Ay ay ay, que me mareo! ¡Necesito sentarme!

Acto seguido llamó al hijo:

-¡Ay Fulanito, que desgracia más gorda! ¡Que están atendiendo los médicos a un chico y creí que eras tú! ¡Ay, ay ay…!

El hijo debió reaccionar con la misma pasividad que el resto de la gente, que la ignoraban, pues la llamada duró poco; eso sí, no dudó en sentarse a mis pies y seguir lamentándose en alto por su desgracia, cada vez que alguien preguntaba qué me había ocurrido. El colmo fue cuando vinieron los de la ambulancia y mi prima les comenzó a explicar que me había empezado a sentir mal. Antes de que pudiera añadir nada más, la vieja le interrumpió diciendo que "peor se había sentido ella, que pensaba que se trataba de su hijo".
A continuación me metieron en la ambulancia y no supe si mi prima se lío a bofetadas con ella por retrasada, pero la verdad es que era lo que menos me importaba en ese momento. Luego supe que la historia se había transformado popularmente en que me había caído, y como esto siga rodando, al final va a resultar que me recogieron moribundo del mar.

Me llevaron a un centro de salud que es el último eslabón de la cadena; un lugar al que acudir sólo si necesitas una tirita… o ni siquiera. El médico de turno estaba emperrado en que había tenido una intoxicación, y mi tía, que hablaba por mí, casi lo asesina de la desesperación:

- ¿Qué comió?

- Fue antes de comer

- ¿Tienes ronchas? Eso es que comió algo en mal estado que...

- No, no tiene… Y fue antes de comer.

- ¿Te pica algo? ¿Puedes mover el cuello?

- ¡QUE FUE ANTES DE COMER!


Ella juega con ventaja porque trabaja en un hospital, y sabe que todas esas preguntas son el protocolo para saber si se trata de una intoxicación; el hecho de que nada más llegar le contáramos todos los síntomas con pelos y señales parecía darle igual, él quería que tuviera una intoxicación, y casi diría que estaba dispuesto a envenenarme para sentirse realizado. Además, se puso a hablar tranquilamente por el móvil cuando recibió una llamada, y cuando se metió en el despacho y mi tía se asomo a ver qué coño hacía el inútil aquel, lo vio pensativo mirando por la ventana. Se le estaban agotando los recursos y parecía estar pensando su próximo movimiento sin estrés; que yo estuviera hecho un guiñapo y a punto de explotar era secundario. Por evitar liarse a guantazos con él, llamó a mis primas para que nos vinieran a buscar e irnos a un hospital de verdad, diciéndole textualmente que nos íbamos a otro sitio para que me hicieran las pruebas necesarias, en lugar de estar tonteando. Se ofendió, pero tampoco se atrevió a replicarle nada, porque debía ser consciente de su profunda ineptitud. Luego supe de otra persona que fue al mismo sitio con algo del oído, y que también se acabó largando ante la insistencia de que se trataba de una intoxicación.

En urgencias me esperaron cinco horas de pruebas, mientras me pasaban de unas manos a otras sin dar con el origen de mis síntomas. Me fundieron a preguntas, me hicieron pruebas neurológicas, de reflejos, un escáner cerebral, análisis de sangre y orina, un electrocardiograma, y todo lo que se le puede hacer a alguien que entre a un hospital; sólo les faltó una prueba de embarazo, y seguro que llegaron a pensárselo. Al final, cuando por fin dedujeron que había sido un combinado de golpe de calor, subida de tensión y una cefalea del carajo, comencé a plantearme una cuestión que seguro que pasa por la cabeza de todos los que entran en un hospital; una de esas preguntas que están ahí, en algún lugar recóndito de la mente, pero que sólo toma cuerpo cuando te ves entre tanta camilla y bata blanca: ¿Por qué l@s medicos son tan guap@s en las series, y en la vida real no hay por donde cogerl@s?




18 comentarios:

Mery dijo...

jAJJAJA, que fuerte me parece, eso te pasa por ir al clab....jajajjaja, en fin me alegro de que no fuese nada, pero creo que tu muy angustiado no estabas porque para llegar a la conclusion de que los medicos estan mas buenos en la tele que en la vida real, es que estabas muy aburrido, jajajjaj.....

Cristina dijo...

Dios, que odisea.

Pues esa última pregunta me la hago yo todos los días mientras desayuno en la cafeteria de la candelaria... ¿por qué, por qué, por qué?

Nils dijo...

esa vieja me ha provocado una mala leche que lo flipas!

JuanRa Diablo dijo...

Pero hombre!! NO TE NOS VAYAS A MORIR AHORA!!
Mira, está muy claro, todo tiene un precio y la semanita de millonario con yate en Lanzarote tenía que pasarte factura de alguna forma. Ea!

PD.Pobre señora, qué ataque de ombliguitis le dió!

PD2. ¿Qué son series? ;)

Un abrazo!

peibol dijo...

Mery:
Sí, fue justicia divina hacia quienes trabajan en verano XD. La verdad es que me lo tomé con calma; en temas médicos le quito importancia a todo. Supongo que sigo la máxima de que por mucho que me angustie no voy a cambiar el resultado, así que... ¡que sea lo que Dios quiera!

CRD:
¿Sabes? No eres la primera persona que me dice exactamente lo mismo y que trabaja en "La Candelaria". A que va a ser verdad que no hay nada decente por ahí...

Nils:
A mí no pudo provocármela en el momento porque estaba más pa allá que pa acá... pero sí a posteriori.

JuanRa Diablo:
Otro que apoya la teoría del Kharma XD. Si puntualizo que se trata de un velero y no de un yate, y que salió por mucho menos que su precio habitual, ¿cambiarías de visión? ¿o a los ojos ajenos sigo siendo un pijo con suerte?

PD. Dile a Ana que te explique bien el concepto...


¡Saludos!

PrimaMayor dijo...

ehhh que yo en el hospital me he visto algun medico que esta bastante bien!! y algunos enfermeros.. lo que pasa es que no te mueves mucho por ahi ;P

indo dijo...

a ver, lo primero, espero que estés mejor y que poco a poco se pase el susto, porque vaya.
lo segundo... yo soy poco partidaria de los médicos y a mí siempre me toca la china de que me traten fatal o me toque el más memo o crean que tengo algo que no tengo o... en fin. sólo los de las series molan.
y lo de la vieja... es relativamente normal. a las viejas les encantan esos numeritos. no sé porqué pero es así. cuando me dio el cólico nefrítico había una a mi lado que "lloraba de ver lo que me dolía" según ella. se agradece la solidaridad, pero déjeme en paz, oiga.
en fin, besos!!

Superpatata dijo...

Jajajaja, que bueno que acabes con ese pensamiento, y además, con toda la razón, yo todavía no me he topado con un médico guapo, así que puede que estén reservados para las series ;-)
Desde luego.... vaya médico te tocó, seguro que sólo sabía la solución para la intoxicación.... jajaja.... es como los de House, que como última opción siempre tienen un lupus preparado jeje.
Espero que ya estés mejor.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

pues enfermedades a un lado ( me alegra que no haya sido nada) efectivamente vacaciones como esas sumados al lo del club náutico, el viaje a NY (por cierto tus entradas me gustaron mucho) y te delatan como un pijo de padres montados en el $. ¿estudias o trabajas? ¿estas libre?. creo que empezaré a pensar en ti como un partidazo. jeje.

Anónimo dijo...

No tenemos poco con ponernos malos como para, encima, empeorarnos con todo el trámite de médicos, centros de salud y urgencias. Un médico nunca le dará la importancia que merece tu malestar; cuando has tenido que amputar pies y manos a bebés, una cefalea en un adulto la ven como una simple tos.
A la vieja la hubiera matado aunque me fueran mis últimas fuerzas en ello. Saludos!!!!!

peibol dijo...

PrimaMayor:
¡Es que tu juegas con ventaja, porque te pasas el día ahí! Creo que guardan a la gente guapa en planta, para que no nos veamos tentados de colapsar "Urgencias" :o

Indo:
Sí sí, descuida. Esa noche, en cuanto me dieron el alta, mis primas me llevaron a casa para mimarme, así que todo olvidado. Gracias ;)
De solidaridad nada, yo creo que es el puro aburrimiento, que viven muertas del asco, y en cuanto ven una oportunidad de salirse de la rutina, se lanzan a ella de pleno :s

Superpatata:
Yo estoy convencido de que era eso; relacionó malestar en agosto con intoxicación veraniega, y de ahí no había quien lo sacara. :s

Anónimo:
¡Que no! ¡En serio! ¡Más quisiera! Estuve pensando muy mucho escribir lo del club náutico, porque incluso a mí me suena repelente. El barco fue una ganga, la cuota del club es como quien paga un gimnasio, y fuimos a Nueva York recortando los Reyes Magos. ¿Me salvo de la quema?

Estoy libre... y sin intenciones de dejar de estarlo; este año tengo mucho que estudiar como para plantearme historias XD

(Gracias por lo de las entradas de NY)

Oliver:
¡Joer Oliver! Me has dejado mal cuerpo con lo de las amputaciones; no volveré a quejarme de vicio XD.

La vieja ya tuvo bastante con que nadie le hiciera caso, su hijo incluído.


¡Saludos!

Mery dijo...

Jejeje, a mi esto ya me hace mucha gracias, jajajja, en fin, yo me paso el dia metiendome con Pablo y diciendole que es un pijo repelente y sobre todo cuando me dice que va al "clab" y cuando me entere que tenia barco mas aún, pero no! el es un chico sencillo donde los haya. Asi que tranqui Pablo que aqui la unica que se mete contigo por pijo soy yo, jejejje, pero siempre con cariño. besitos!!!!

El Zorrocloco dijo...

Qué bueno lo de la vieja XDDD Que no le dijeras que se callara la puta boca, síntoma inequívoco de que estabas hecho una mierda XD

Pues yo conozco estudiantes de medicina que están para major pan =P

Peter Pan dijo...

yo tengo la respuesta: porque si fueran tan guapos como en las series... no quedaria no uno "vivo" ... :)

peibol dijo...

Mery:
Que sí mujer, si no hay más que ver cómo voy vestido cuando voy para allá. Bañador viejo, camiseta aún más vieja y toalla de Los Simpson... ¡con razón no encajo con el perfil de los socios!

El Zorrocloco:
Pero eso son estudiantes, así que no cuentan; todo el mundo sabe que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte y mejorando a la actual XD.

Ahí le has dado, si no hubiera estado zumbado sabes que habría sido el primero en estar a la altura :p

Peter Pan:
Interesante reflexión... ¿será que si fueran todos guapos, se desconcentrarían operando, y en lugar de atender al paciente, estarían más pendientes de sus compañeros de profesión?


¡Saludos!

Catalina dijo...

¡Qué fuerte! jajajaja.
Pues he de decirte que mi médico es la suma de George Clooney y Richard Gere....¡¡está tremendo!! Es cojo, pero al momento se te olvida su cojera de lo impresionante que es...yo cuando voy me arreglo y todo. Ya te daré su nombre que como vivimos en la misma isla...

Besos
Cata

Anónimo dijo...

Que gran verdad!

peibol dijo...

Catalina:
Jajajaja. Si es que no se puede tener todo... seguro que si no tiviera cojera y fuera médico sería un incompetente: ¡no puede ser perfecto!


Anónimo:
¡Y tanto que sí!


¡Saludos!