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domingo, 2 de noviembre de 2008

¿Por qué no te callas?


Con motivo del 70 cumpleaños de la reina, ha salido a la calle un libro sobre su vida, elaborado a partir de muchas horas de charla entre esta y una periodista. Sofía se relajó, se mandó una raya o le echaron una pastilla en el colacao, porque si no es incomprensible la incongruencia de los acontecimientos: Se cita con la autora, tienen varias charlas en las que hablan de todo, la periodista escribe un libro con lo extraído de esas conversaciones, lo manda a la casa real para que sugieran las correcciones pertinentes, desde allí dan el visto bueno, se publica, se monta la de Dios, y ahora intentan recular malamente. Dicen varias zarandajas como que hay declaraciones que pueden verse como sacadas de contexto (pero dichas igualmente), e insisten mucho en que figuran cosas que podrían haber sido interpretadas como confidencias, como si eso anulara lo dicho. Siendo así, y teniendo en cuenta de lo que se trataba, ¿cómo es posible que permitieran la publicación? O bien hay alguien en la casa real que le tiene ojeriza a la reina, o son gilipollas y sólo le echaron un ojo por encima, fiándose de la buena voluntad de la periodista. En cualquier caso, lo dicho, dicho está, y la polémica está más que servida.



A mí, y supongo que a cualquiera al que no le guste que se rían de él, la monarquía me parece un despropósito, una anomalía democrática a eliminar, y una institución desfasada e 
inútil, que supone un despilfarro injustificado para mantener la vida de lujo de unos chupasangres. Sin embargo, y muy a mi pesar, persiste, y los republicanos “debemos” aceptar su función. En su caso, al ser reina consorte, su misión no es otra que la de ejercer de florero con la boca cerrada y la sonrisa cordial, y hacerse de vez en cuando una foto con niños africanos o animalitos. Más fácil imposible.

Se supone que nuestros reyes tienen un papel diplomático y moderador, que les obliga a mantenerse al margen de los partidos, no pudiendo por tanto pronunciarse políticamente, ni posicionarse públicamente del lado de una ideología concreta. No pueden y punto. Es así. Hay quien ahora alega que eso atenta contra la libertad de expresión, pero no en este caso, porque ellos pueden pensar y decir lo que quieran, pero siempre que lo hagan en privado, no como representantes de la nación; ser reyes implica que deban cumplir siempre su función social, y si eso significa morderse la lengua, que apechuguen… o que abdiquen. Están obligados a ser neutrales, y si aceptan sin problemas todos los privilegios derivados de su puesto (que no son pocos), también deben comulgar con las trabas que conlleva.

Todo esto además, quedó remarcado en parte de las declaraciones recogidas en el libro, en las que nuestra monarca se contradice de forma inexplicable, creando una interesante disyuntiva que nos hace preguntarnos si es subnormal o se está riendo de nosotros:

“Nosotros somos independientes del signo del Gobierno de turno. 
Independientes, no indiferentes”.
“La Reina no puede decir lo que piensa. No debe. Ni pronunciarse sobre opciones políticas. Ni censurar algo que ha estado mal hecho. (...) Hacerse el sordo, cuesta. Hacerse la tonta cuesta. Callarse cuesta”.

Añade asimismo que:
“Los Reyes estamos para solucionar conflictos, no para provocarlos” (pues quién lo diría bonita), y que “Todos nos sentimos hartos alguna vez. Todos hemos protestado alguna vez. Todos tiraríamos el tacón... las condecoraciones y nos escaparíamos por ahí alguna vez... Pero, como dice el Rey, en esta casa hay tres palabras que jamás pueden decirse juntas: 'No me apetece'”.

Pero la más absurda de todas es sin duda la siguiente:

“La utilidad de la Corona está en servir al pueblo, a la comunidad de tu país, sin entrar en políticas de grupos, de partidos, de sindicatos, de 'lobbies'... Los Reyes no pueden tomar partido ni meterse en política”.

¿Hace falta decir algo más?


Entre las perlas que soltó la improductiva esta, cuyo logro más 
importante es haber sido capaz de llevar el mismo peinado durante décadas, figuran su rechazo total el aborto y la eutanasia, la preocupante frivolización con la que trata el maltrato de género, la condena de la familia no tradicional, o por supuesto la que más ampollas ha levantado: sus palabras respecto a la igualdad de derechos para los homosexuales.

En cuanto al aborto y la eutanasia, soy más transigente en lo que a opiniones personales se refiere, pero como en todo lo anterior, la reina ha de representarnos a todos, y eso incluye a las mujeres que han decidido abortar, a los homosexuales que ven cómo sus derechos constitucionales son violados reiteradamente, a quienes quieren decidir sobre su vida y su muerte, a familias atípicas, y en resumen a todos aquellos grupos o individuos que se han sentido insultados con sus declaraciones. O eres la reina de todos o no lo eres de nadie.

Como es lógico, se muestra a favor de la monarquía, pero como pasa siempre que alguien trata de justificar lo injustificable, sus argumentos dan vergüenza:


“Para los republicanos, nadie tiene derechos de cuna. Ahora bien, cuando esos republicanos son ricos, o tienen un negocio, o una casa, o un campo, ¡bien que dejan las propiedades en herencia a sus hijos! Ahí, en su patrimonio no cuestionan los derechos de cuna. Coherencia, pues”

¿Es acaso comparable que mi padre me deje sus bienes porque quiere (y por ley), a que os mantengamos entre todos porque sí? ¡Cúrrate un poquito tus argumentaciones joder!

Remarca además la valía de su “trabajo” (es un decir), con una sentencia tan falsa como insultante:
“El pueblo ha hablado ya varias veces, y varias veces ha dicho sí a la Monarquía. Es lo que hay. Es la Ley. Hoy, un republicano en España está tan fuera del contexto actual del país como... un monárquico en Francia”.
¿Es por eso que cada dos por tres trata de reabrirse el debate sobre la monarquía, aunque siempre se corra un tupido velo?

Llama mucho la atención que ella, que vive en una familia totalmente atípica, donde abundan los casamientos entre parientes para no mezclarse con la plebe (de ahí que luego les salgan “cosas” como la infanta Elena), critique a las poco convencionales:

“La inmensa mayoría de las familias son normales, como ha sido siempre la familia natural: marido, mujer, hijos, nietos... cuñados, tíos, abuelos. No una comuna de gente en aluvión. O trozos de familia, los hijos de él con la primera mujer, los de ella con el marido anterior, que se pretenden juntar de un modo forzado y artificial”.

¿Y qué pretende acaso? ¿Que no haya divorcio? ¿Qué los divorciados con hijos no puedan juntarse con otra pareja por ser antinatural? Y si finalmente lo hacen… ¿deben mantener a sus hijos al margen por no ser lo habitual? ¿Eres retrasada Sofía, o sencillamente largas por esa boca sin conocimiento?

En referencia a los enlaces homosexuales, añade que Por muy potente que sea una moda y por mucha propaganda que le echen, hay cosas que no pueden cambiar: el hombre y la mujer, como pareja inicial, es una ley congénita con nuestra naturaleza', (...) 'Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país; pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión...”.
Si un matrimonio es un contrato mediante el cual dos personas “se unen” bajo una serie de condiciones legales, ¿por qué dar otro nombre a algo que es exactamente lo mismo? ¿Y cómo que "moda"?

Lo que más ampollas ha levantado a este respecto, es su contribución a la homofobia subterránea, alimentada cada día con comentarios tan peligrosos como este:
“Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays?, ¿que se suban a una carroza y salgan en manifestación? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico en todas las ciudades”.


Personalmente me parece que la forma en que se reivindican los derechos homosexuales está mal enfocada; no creo que unos cachas en calzoncillos bailando al son de Alaska, mientras tratan de mantener el equilibrio sobre unas plataformas y gritan al mundo su condición sexual, sea la mejor 
forma de ser vistos como iguales, y que lejos de normalizar la visión que tiene la sociedad sobre gays y lesbianas, no hacen sino reforzar la idea de que son bichos raros. Me parece que su planteamiento de histrionismo para manifestarse es perjudicial para la causa. Pero lo que está claro es que si salen a la calle, si se manifiestan y piden ser reconocidos, es porque es necesario que lo hagan. Después de siglos de ocultamiento, persecución, maltrato, encarcelación y muerte, parece que poco a poco occidente los ha aceptado (del resto del mundo mejor no hablar), pero aún queda mucho por hacer. Todavía hay sitios en los que ser homosexual supone la muerte, y hasta hace poco nuestras cárceles estaban llenas de personas, cuyo único crimen era amar a los de su mismo sexo; tratar el tema tan trivialmente es asqueroso, y menos viniendo en boca de ella, que representa el exceso y la opulencia, y que corta las calles cada vez que se casa alguno de sus hijos. Eso sí es colapsar el tráfico injustificadamente.

Continúa cavando su tumba al hacer gala de un sexismo sutil que, dados los tiempos de corrección política que corren, pasará desapercibido: Yo estoy por la igualdad social y jurídica entre el hombre y la mujer: igualdad de trato, de educación, de derechos, de oportunidades... Ahora bien, no somos iguales... Tendríamos que conseguir que en las leyes se plasmase esa condición diferente”.

Finalmente remata apostando por la continuidad de la religión obligatoria en la escuela, porque “no puede disolverse el hecho religioso”, y “Los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida; una orientación de moral natural: qué es el bien, qué es el mal; y una seguridad en que no estamos aquí solos, ni por casualidad, que hay algo más, que hay Alguien”.
Con dos cojones Sofi, ¿Por qué no desterramos también el evolucionismo e imponemos el creacionismo? Ya total...

La cosa sigue en el libro, cuya autora, una convencida opusiana de derechas, también es para echar de comer aparte. Y para muestra, dos frases con las que se encumbró:
“Nosotros no tenemos gays (en el Opus). No tenemos ese problema” o “Yo es que soy del Opus Dei, así que tengo muchos amigos a los que acudir”.
Está claro que se juntaron el hambre con las ganas de comer…

¡Viva la república!

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Ole ole y ole! Me quito el sombrero. Ya era hora de q alguien escribiera lo q todos en realidad pensamos.

La frase q pones de Sabina en la cita d la semana lo dice todo: Nos tocó y ay que joderse. q verwenza d pais.

Tercera republica ya!

Anónimo dijo...

Pedazo de post chaval!!!!!!!!!
Yo también soy anti monarquico. A quien le ha venido de perlas el tema de la polémica es a Pilar Urbano, su libro ya está en el top ten de libros más vendidos. Por dinero baila el perro.
Saludetes

El Zorrocloco dijo...

¡¡Viva!!

Te digo una cosa. Sólo tengo 22 años. Jamás pensé que viviría para ver a un negro en la Casa Blanca, y tiene toda la pinta de que así va a ser. Sólo espero vivir lo suficiente como para ver a esta gente dejar de chupar del bote y ponerse a trabajar. Entonces podré decir que vivo en democracia.

Sólo de pensar en ello se me alegra el día XD

Cojonudo el post.

Thiago dijo...

CAri, tu post está genial, muy bien argumentado y muy bien escrito y explicado. YO escribí algo, pero vamos, nada que ver a tu lado.

Es todo demencial. La verdad es que a mi no me molestaba la monarquía, francamente, por lo que allí digo, que me es igual un rey que un presidente que luego vive como un rey...(sarkozy, por ejemplo). Vivenen los mismos palacios y cuestan lo mismo. mas nos gastamos en DIPUTADOS que luego no van al Congreso, que eso si que es de coña.

El caso es que esta tía loqueó pq no tiene sentido este libro. Ya estan buscando un cabeza de turco que parece que es el secretario, pero el caso es que ella recibió en palacio y habló con una periodista y del OPUS además, que el OPUS no ha perdonado a la Monarquia que trajera la democracia al Pais.

En cualquier caso, ella habló cuando tenia que estar calladita. Es curioso que sea tan religiosa y tan catolica, pero no diga nada de los divorcios y las separaciones, claro, eso no le conviene.

Y si a ella le molestan los desfiles de Chueca a mi mas me molestan las procesiones de Semana Santa, no te jode...

Bueno, lo dicho, si la verdad, ya lo has dicho tu todo..... y muy bien además.

Bezos

Ángel dijo...

Yo, sin saber todavía si soy monárquico o republicano, pienso que la Reina luce un cardado digno de mención y que sólo por eso merece todo nuestro respeto y dinero.

Y claro, agradezco tu comentario aun desconociendo cómo has llegado al mejor blog inadvertido de los últimos años.

Anónimo dijo...

Le invito a que , después de leer atentamente los artículos 490 y 491 del código penal, matice su artículo ya que honestamente creo que puede decirse lo mismo sin jugarse la libertad que tanto defiende. un saludo

peibol dijo...

A todos:
¡Muchas gracias por las alabanzas!

A anónimo:
Amén

A oliver:
Esta claro que si aqui hay alguien que ha sacado algo en claro, esa es la autora del libro. Y es que el morbo es lo que tiene...

A el zorroloco:
A ver si no se lo cargan, porque ya lo intentaron hace poco, y algo me dice que volverán a hacerlo :s

Yo también sueño con ese día...

A Thiago:
Dices que no te molesta la monarquía, y que en realidad también pagamos a una gente que no cumple sus funciones, pero hay matices a tener en cuenta:

A esos diputados, hagan mejor o peor su trabajo (que es un trabajo de verdad), los hemos elegido nosotros, no nos los han impuesto porque sí. Además, por muy pagados que estén (que ahora están pidiendo aumentos de sueldo, no te vayas a creer :s) no llevan la vida de despilfarro y opulencia de los monarcas, y no nos obligan a pagar sus caprichos y las bodas de sus familiares. Eso sí que no tiene nombre.

A angel:
Jajajajajajaj touché!
Llegué enlazándote desde el de Nils

A anónimo:
Ya los he leído y estudiaré la propuesta, pero no dejo de pensar que si lo hiciera estaría agachando la cabeza hacia lo injusto y absurdo que es todo esto. No sé...

¡Saludos a todos!

peibol dijo...

He estado curioseando por la red, a ver qué más se ha dicho sobre esta mujer, y si es verdad que yo me he pasado. Pues no, la llaman de todo menos bonita, y recalcan que no tenemos por qué aguantar esto más tiempo. No dejen de leer esto:

http://www.escolar.net/MT/archives/2008/11/la-reina-sale-del-armario.html

Irrer Hutmacher dijo...

Tal como ha dicho Thiago, a mi lo mismo me da uno que otro, total, todos chupan del bote y todos viven como reyes, unos siendolo y otros no. La cuestión es que con nuestro dinero todos los que mandan hacen lo que les da la gana y ellos viven a todo tren y nosotros tenemos que apretarnos el cinturón.
La reina más le valía haber estado callada como hasta ahora, porque pa una vez que habla, la caga.
Pero (siempre hay un pero) yo estoy de acuerdo en lo del día del orgullo... siempre me ha parecido que salir en ropa interior a bailar en carrozas y a mostrar musculos, tetas, culos y pollas no es la mejor forma de igualarnos en nada...
Aun así, te habrás kdado agusto con el post eh :D jajajaja respira... respira...
Besos!

Anónimo dijo...

Yo verdaderamente nunca he tenido postura sobre el tema de la realeza, desde pequeña era una cosa que estaba ahi, en los libros de historia, en las revistas del corazon....pero ahora cuando va pasando el tiempo y te haces mayor, tienes responsabilidades y ves que el dinero no te da, ves a esa peña por la tele, que nunca repiten vestido ni zapatos, que siemrpe tienen una joya en las manos...y te da un poco de rabia y mas rabia aun saber que les pagan un sueldo de tu sueldo... y lo peor es que hoy en dia aun sigue existiendo eso. Alguien tiene que dirigir o gobernar, eso esta claro, pero esta peña solo sonrie y va a eventos. No se si estoy de acuerdo con la republica ya no se exactamente como funciona y nose si seria peor el remedio que la enfermedad.


Mery

Anónimo dijo...

Yo presumo de ser republicano avant la lettre, por principios y por antecedentes familiares. Después de años celebrando en solitario al menos con un brindis de "Salud y República" cada 14 de abril, me alegra ver que la gente joven que no sabe nada de Franco y la transición (así, sin mayúsculas beatíficas) se da cuenta de qué es la monarquía. Hay toda una generación de españoles que han (¿hemos?) aceptado a este Rey y de paso, implícitamente, a la institución, por las excepcionales circunstancias históricas de los años 70-80. Pero como diría Neruda la primavera es inexorable, y tarde o temprano nos daremos cuenta de que la Jefatura del Estado no puede decidirse en una cama.

Laura dijo...

Excelente el post. No suelo dejar comentarios, pero este lo merece con creces; por las ideas expresadas, que comparto al 100%, y por cómo las has contado. Chapó.

peibol dijo...

A el sombrero loco:
Tienes razón en que todos viven como reyes, pero me reafirmo en que no es comparable el despilfarro en pagarse una señorita de compañía y una cena en el Ritz, como hacen algunos políticos, que además deben hacerlo con discreción y un mínimo de vergüenza, que hacerlo alegre y públicamente, con la cabeza bien alta, y tratando de justificarlo con argumentos absurdos. Es vergonzoso.

Me alegra ver que coincides conmigo en lo del orgullo; esperaba recibir pedradas al respecto, y si, me quedé muy a gusto con el post ;)

Saludos

A Mery:
Ahí está el problema, en que la gente llegue a verlo como algo "normal" que sencillamente "está ahí". Es inconcebible que haya qienn no se lleve las manos a la cabeza al analizar fríamente en qué se basa la monarquía, porque mientras exista la suficiente gente que la respalde, seguirá existiendo...

La república es básicamente lo mismo que hay ahora, pero sin mantener los lujos de toda una familia de improductivos.


A jose luis:
¡Si señor!
Se oye mucho eso de "Yo nos monárquico, sino Juancarlista; lo hizo muy bien en la transición y le estoy agradecido..." De acuerdo, ya le hemos dado las gracias... ¿hasta cuando vamos a tener que seguir pagándoselo?

A laura:
Muchísimas gracias. Ahora mismo voy a darme una vuelta por tu blog. ;)

Anónimo dijo...

¡BRAVO!

Cristina dijo...

A mí me da exactamente igual que haya reyes o presidentes de la república, porque si hubiera república tendríamos una figura que se encargaría de hacer lo mismo que el rey, ¿no?, ¿o sólo habría presidente del gobierno? no lo tengo muy claro (no tengo ni puta idea, vamos).
Pero, en el caso de que hubiera presidente de la república y presidente del gobierno, no sé si al final saldría más barato o no, porque tendríamos que hacer elecciones para el presidente de la república cada 4 años, y si tú no votas al que gane, al fin y al cabo también tendrás a alguien a quien no quieres ahí, que también soltará burradas cuando le dé la gana e insultará a la parte de la población que no representa (y a la que representa) como hacen casi todos nuestros políticos.
De todas formas, creo que cuando éstos dos se mueran pasaremos a ser república, y no creo que mejoremos en nada por ello.

Y lo de los desfiles de Chueca es como los carnavales, no creo que les haga ni bien ni mal, es simplemente una fiesta, con mucho desfase. Los que no aceptan a los gays no los aceptarán nunca hagan lo que hagan, porque son unos cerrados de mente y ante eso no hay solución.

(Como me dijiste que te gustaba que comentara tus posts antiguos ahora me tendrás de pesada. Lo hago sobre todo por las ovejitas, no obstante. Me encantan.)

peibol dijo...

Anónimo:
Gracias ;)

CRD:
La cosa es que los paises civilizados tienen a su presidente de la república, presidente del gobierno, primer ministro, o como lo quieran llamar, que cumplen su función junto a su gabinete y son autosuficientes. Nosotros, además de todo eso, tenemos un añadido totalmente prescindible, y para quienes argumenten que hace una labor importantísima, que me expliquen cómo es que la gran mayoría de países no cuentan con monarquía y no se hunden.

La clase política vive una vida de excesos en concepto de sueldos, dietas y cosas "de negocios", que debemos pagar entre todos. Muy mal. Pero es que al menos se trata de gente a la que hemos elegido, de la que podemos formar parte si nos metemos en ese mundo, y que deben rendirnos cuentas y no pasarse. La monarquía es un lastre histórico que no desaparece por eso tan inútil a lo que tanto nos gusta acogernos: "la tradición".
Es una forma de dictadura, en el sentido de que es gente impuesta a la que pagarle las perpetuas vacaciones a todo tren, y sobre la que además no podemos decir zape por miedo a represalias. ¿Pero qué coño es esto?

En cuanto a lo de los desfiles de Chueca, como dije, no me parecen mal (¡faltaría más!), y considero que desgraciadamente aún es necesario que alzen la voz. A lo que me refiero es que si esa es la imagen general que se da de la homosexualidad, las personas que no lo encajan se reafirmarán más aún en su postura. Creo que resulta mucho más beneficioso la normalización que se lleva a cabo, a través de algo tan tonto como la incorporación de personajes homosexuales en las series y películas, que se alejen del estereotipo prejuicioso. Así se vería que son algo más que una boa de plumas y unas plataformas.

Un saludo, y descuida; puedes comentar lo que quieras a lo largo y ancho del blog. Estaré encantado de leerlo. ;)


¡Saludos!